6 mayo, 2024

Camilo Ibrahim Issa | Construcción Sostenible: ¿De qué trata y por qué beneficia tanto al Medio Ambiente?

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La construcción sostenible es el primer paso para reducir el impacto medioambiental, mejorar la calidad de vida de las personas y maximizar la eficiencia energética

 

DAT.- En el mundo de la construcción (la cual es una de las industrias más contaminantes), tal y como pasa en la sociedad en general, cada día aumenta la conciencia ecológica con nuestro entorno. Debido a esto, la construcción sostenible se hace hueco poco a poco en el sector con el fin de crear edificaciones más ecoamigables.

Explica Camilo Ibrahim Issa que la construcción sostenible es la creación de edificios e infraestructuras con el objetivo de reducir el impacto en el medio ambiente, tanto durante el proceso de construcción, como en el uso y derribo de los edificios.

Así, la construcción sostenible abarca la utilización y transporte de materiales de construcción, el proceso de edificación, la implementación de fuentes de energía renovables, la gestión de residuos e, incluso, la demolición.

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De cómo hacer una construcción más sostenible

Este tipo de construcción abarca diversas actividades y áreas. Encontramos algunas características similares, como son:

Uso de materiales sostenibles: Los materiales que se eligen deben ser respetuosos con el medio ambiente, reciclados, reciclables o reutilizables, no deben ser contaminantes o tóxicos con el entorno, deben tener un mayor ciclo de vida y, a poder ser, de producción local. A esto se suma que los materiales garantizan una mayor eficiencia energética a lo largo de la vida útil del edificio.

Así, la construcción sostenible también abarca procesos como el transporte, la obtención y colocación de los materiales, con el objetivo de reducir la huella de carbono o la gestión de residuos posteriores. Entre los materiales sostenibles más habituales, destacan la madera, el corcho o las pinturas naturales.

Apostar por fuentes de energía renovables: En la construcción sostenible también se busca la máxima eficiencia energética. Esto pasa por el uso de fuentes de energía renovables, como paneles solares, energía eólica, geotérmica e, incluso, biomasa. Esto supone un ahorro energético y económico, así como una reducción de las emisiones de CO2.

Eficiencia energética: Otra de las grandes apuestas de la construcción sostenible pasa por sistemas energéticos que sean cada vez más eficientes. Entre las alternativas utilizadas en la construcción sostenible destacan:

  • Sistema de ventilación. Los constructores apuestan por un sistema de doble flujo, donde el aire es sustituido por nuevo a la misma temperatura, mejorando la calidad del aire y siendo más eficientes a nivel energético.
  • Suelo radiante. Se trata de un sistema de calefacción situado debajo del suelo que emana calor gracias a un sistema de tuberías o cables. Un sistema que presenta un consumo energético reducido.
  • Aerotermia.
  • Orientación de la vivienda o edificio. En la construcción sostenible, aprovechamos la orientación de la vivienda para evitar gastos energéticos y sacar el máximo partido a la energía solar, fuente lumínica y calor.
  • Uso de sensores de luz automáticos.
  • Luces LED.
  • Sistema de seguimiento del consumo energético del edificio.
  • Sistemas de control de CO2.
  • Aislamiento térmico. El objetivo es evitar los denominados puentes térmicos, esto es, zonas o espacios de la casa, como ventanas o puertas, donde se producen pérdidas de energía.
  • Sistemas de aguas sostenibles. Un ejemplo pasaría por recircular el agua del fregadero o la ducha al inodoro.

 

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Gestión de residuos: El objetivo es reducir a prácticamente cero los residuos generados durante y tras la construcción, de forma que la vivienda, edificio o infraestructura, esté en armonía con el entorno que la rodea.

Y es que una mala gestión de residuos derivados de la construcción puede ocasionar graves problemas medioambientales como la contaminación de aguas por vertido de residuos o la contaminación del suelo.

La gestión de residuos pasa por las ya conocidas 3 R: reducir, reutilizar y reciclar. A esto se suma que los residuos peligrosos se deben desechar conforme a la legislación vigente.

Fin del edificio o vivienda: Otro ejemplo pasa por analizar el ciclo de vida de un edificio, optimizando procesos para que se genere la menor cantidad de residuos posibles. Así, en lugar de demoler un edificio, es más recomendable desmontarlo.

La construcción sostenible es la construcción del futuro, pero implica un cambio radical en la mentalidad del sector. La rentabilidad económica debe supeditarse al cuidado del medio ambiente, lo que repercutirá en la protección del planeta, ahorrará costes energéticos a propietarios y mejorará la salud de las personas.

 

(Con información de Camilo Ibrahim Issa)