Es una de las comedias más salvajes del último año y ya se puede ver en streaming. Jennifer Lawrence se entrega a un divertimento cafre y encantador con una escena chocante
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Uno quiere ver brotes verdes en el pequeño resurgir de la comedia de estudio estadounidense en cines, después de ir haciéndose cada vez más pequeña y relegada al streaming, siendo el más claro ejemplo del sacrificio del cine adulto en las carteleras. Sólo este mes vamos a tener de nuevo comedias de instituto (’Chicas malas’) y comedias románticas (’Cualquiera menos tú’).
Sin embargo, cada vez que se estrena una parece haber una inmensa presión para que funcione, como si se fuera a retroceder varios pasos si una de ellas rinde por debajo de lo esperado. Es una situación viciada que se vuelve cíclica, y pone en un extraño panorama a películas que tienen que ser un buen divertimento, no todas tienen que tener las factura de una ‘Bottoms’. A veces, todo lo que hace falta es una cosa como ‘Sin malos rollos’.
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Sin tapujos ni en la playa
Parte comedia romántica parte salvaje cinta juvenil picantona de antaño, esta cinta fue un modesto éxito de taquilla el año pasado, y un agradable retorno de un tipo de película que podía desatarse un poco la melena. El poderío de estrella de Jennifer Lawrence permite la existencia y el acierto de una película que ya está disponible en streaming a través de Movistar+ (y a partir de hoy a las 22:30 se puede ver en el canal de estrenos).
Lawrence interpreta a una trabajadora de una ciudad costera cada vez más inasumible por la gentrificación y el turisteo. Su manera de encadenar trabajos precarios no le va a ayudar a preservar su casa de la infancia, así que tiene que aceptar un encargo de lo más inusual: salir con el hijo de un par de padres adinerados para que se desfogue y pase a la adultez antes de irse a la universidad.
Premisa que coquetea con la incorrección, recordando a otros ejemplos de comedia sexual que han ido surgiendo en diferentes formas a lo largo de las décadas. Gene Stupnitsky (un director que parece ser el más fiable para la comedia de estudio tras el éxito de esta y ‘Chicos malos’) no reinventa precisamente nada, especialmente porque no tiene finura visual para trascender, pero a cambio entiende bien las paradas por las que debe pasar.
‘Sin malos rollos’: canalla y también encantadora
Y también sabe aprovechar el carisma y la entrega de Lawrence, que está muy convincente y divertida en este personaje desastre. No muchas estrellas se prestarían tan fácilmente a una escena chocante como la de la playa, con una buena mezcla de absurdo hilarante y tantear hasta qué punto se puede tontear con la calificación para mayores de edad.
Pero es capaz de vender también los momentos más encantadores, más de comedia romántica accesible que tenían también canalladas como las de los Farrelly o Judd Apatow. Aunque ‘Sin malos rollos’ no sea redonda (todo el tema de la gentrificación vuelve cuando le apetece) ni tampoco la más salvaje del pasado año (’Cocaine Bear’), es un tipo de película más que agradecida y que debería ser más común en nuestras carteleras en lugar de tener que venir como una salvadora que en realidad no es.
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