2 mayo, 2024

Crítica El club de las luchadoras (Bottoms, 2023)

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La directora canadiense Emma Seligman dirige Bottoms, una comedia muy original, llena de personajes marginales, empoderamiento, desfase y violencia.

La película se estrenó en el pasado festival South by Southwest en de Texas y recibió los elogios de la crítica especializada.

Bottoms se ha convertido en todo un fenómeno en Estados Unidos y aún no hay fecha para su estreno en España. Algunos rumores indican que, en nuestro país, podría llegar directamente a plataformas sin pasar por salas de cine. En nuestro blog de cine ya hemos podido verla y a continuación te contamos más sobre ella.

Contenido

Sinopsis de El club de las luchadoras (Bottoms)

Dos amigas homosexuales deciden poner en marcha un club de la lucha en su instituto para conseguir tener sexo con las dos chicas populares a las que idolatran en secreto.

Crítica de El club de las luchadoras (Bottoms)

Bottoms es la segunda colaboración entre la directora Emma Seligman y la actriz y guionista Rachel Sennott tras la interesante Shiva Baby (2020). Un proyecto que comenzó como un corto y terminó convirtiéndose en su debut en el largo. Como en Bottoms, Shiva Baby estaba protagonizada por Sennott que también daba vida a una joven queer.

Aquí, la joven directora de veintiocho años, vuelve a demostrar por qué es una de las voces indies más frescas y originales del cine estadounidense.

Personajes marginales

Hay mucho que alabar en Bottoms. Empezando por sus personajes femeninos. Seligman pone en el centro de la trama a dos estudiantes marginadas y les da voz propia.

Desde luego que una película de institutos protagonizada por los alumnos menos populares no es nada novedoso. De hecho, es prácticamente un subgénero dentro la comedia adolescente. Tenemos infinidad de ejemplos anteriores a esta cinta.

Lo novedoso de la propuesta es el desarrollo de estos personajes en el guion. El panfleto escrito a cuatro manos entre Seligman y Sennott huye de estereotipos a la hora de definir a sus personajes femeninos. A través de su club de la lucha, la directora canadiense crea una camaradería en la que las chicas populares y las marginales se sienten parte del grupo por igual. Todas tienen la oportunidad de compartir sus historias y sus preocupaciones.

Los personajes masculinos se convierten una suerte de satélites deformados y esperpénticos que orbitan alrededor de las protagonistas y cuyos estereotipos sirven de diana al ácido mensaje de esta comedia.

El tono de Bottoms

La sensación al ver Bottoms es similar a la de estar parado frente a una presa en el momento de abrir su esclusa. Todo se desborda libre a nuestro alrededor, a una velocidad frenética.

Nos sorprendería si alguien nos dijera que Seligman y Sennott no han hecho exactamente lo que les ha dado la gana. Bottoms salta de un tema tabú a otro sin hacer rehenes.

Los diálogos explícitos, la violencia cruda y los comentarios salidos de tono se suceden sin parar formando un tornado del que es imposible escapar.

Mucho más que una comedia

Bottoms no se limita a ceñirse a los cánones de un género determinado, sino que deambula con comodidad entre tonos diferentes, usando siempre la mordacidad como andamiaje.

No es una comedia de acción, pero tiene escenas de lucha. Ni un drama, pero deja espacio para analizar y reflexionar sobre las emociones de sus protagonistas. Tampoco es una película gore, pero no recula a la hora de mostrar la violencia.

Esa mezcla de elementos convierten a la cinta en una especie de cóctel explosivo en el que es difícil anticipar lo que está por venir.

Nuestra valoración de El club de las luchadoras (Bottoms)

Los trabajos de Emma Seligman demuestran que viene dispuesta a poner patas arriba los estereotipos de la industria, dando voz a personajes marginales de lo más interesantes.

Su estilo desenfadado, sin pelos en la lengua, no solo resulta estimulante sino que deja poso. Su forma de abordar los tabúes sociales en lo referente al género es refrescante y muy divertida. Seligman y Sennott dejan claro que se puede ser muy serio a través del humor.

Bottoms no es solo un loco divertimento, debajo de esa capa de ironía extravagante y humor cargado de mala leche se esconde un mensaje poderoso: tenemos que estar unidas y firmes ante aquellos que abusan de su estatus para relegarnos a las esquinas de la sociedad.



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