3 mayo, 2024

Si es así, la carrera parece perdida antes de iniciar

Si es así, la carrera parece perdida antes de iniciar

El sentido común dice (cuántas veces ha escuchado este inicio de frase) que lo más inteligente es “trabajar con el dinero ajeno, sale menos costoso”, ya sea que lo invierta un inversionista o que lo preste un individuo, una institución bancaria, pública o privada. Esta máxima aplica tanto para personas naturales, como para personas jurídicas, para individuos, colectivos, Estados e instituciones. “Solo a un tonto se le ocurriría trabajar con su dinero”.

Como se ha visto en algunas reflexiones en relación a las Inversiones Extranjeras Directas (IED), la distribución de éstas está concentrada geográficamente, por tipo y tamaño de economía, por lo menos eso indican los datos de las tres últimas décadas. Una razón más para sostener el supuesto de desigualdad de origen estructural entre los países, que se manifiesta en lo económico y en lo social y de allí en otros ámbitos como el científico y el tecnológico.

En una economía real y de mercado sin dinero nada se puede hacer, si además esta economía está mundializada y es el comercio internacional un factor determinante de las economías domésticas o locales, una parte de este dinero debe ser en la llamada moneda dura internacional o divisa. Desde el 15 de agosto 1971, el sistema monetario internacional Bretton Wood se modificó “de hecho” y el mundo se dividió en dos: los países cuya moneda es local, de curso legal y a la vez divisa, y los países que sólo pueden emitir dinero de curso legal, de validez solo nacional. Esta situación concede una posición y peso específico a cada país en el comercio y la economía internacional.

Desde entonces, los países, y sus gobiernos entran en una carrera permanente, las agendas nacionales se relacionan con la agenda mundial que imponen, solapadamente, las nuevas instancia multilaterales en materia política, económica y financiera. A los mercados, de bienes y servicios, de capital, mundializados en cuanto a producción, se le suman estás instancias multilaterales que actúan como campo de fuerza, incidiendo a lo interno de los países. Se termina inscrito en esta carrera así no se quiera. Por partida doble los países, Estados y sus gobiernos necesitan financiamiento, ya sea para sostener las operaciones y el funcionamiento del Estado, pues los ingresos de éste no alcanzan, o para emprender proyectos de prestación de servicios públicos, de desarrollo y crecimiento económico. La alternativa a la IED como fuente de financiamiento es el endeudamiento, tanto en moneda local como en divisas. Ya los países no solo viven al día, sino con el futuro comprometido porque se comen los frutos de una cosecha antes de ser sembrada.

Desafortunadamente en esta carrera las reglas, los árbitros, las canchas, las ligas o asociaciones, están ya decididas, la gobernanza y la democracia en las instituciones multilaterales correspondientes de su regulación y gestión parecen censitarias o hereditarias, cerradas y también concentradas en pocos miembros, por ahora países, “si es así, la carrera parece perdida antes de comenzar”, sobre todo porque es desigual desde el inicio.

Algunas preguntas y sentencias para calentamiento

¿Si la necesidad de dinero es apremiante, quién tiene la ventaja: el que tiene el dinero, el que lo necesita o el que lo gestiona?.

Si el Estado se acostumbró a tener un ingreso en divisas fuerte y en base a ello desarrolló su economía local, ésta se externalizó, aumentando su sensibilidad a los vaivenes de los mercados internacionales. ¿Esta relación de dependencia pudiera haber generado distorsiones en la economía real local?.

¿La deuda pública de los países, pesa por igual a todos los países en el orden mundial actual?.

Si los patrimonios por hogares y por personas, los de las empresas y los de los Estados soberanos rondan los US $400 billones o más, ¿cuánto de estos son activos financieros?, ¿por qué cuesta tanto que está parte de la riqueza acumulada se vierta como oferta para financiar, por medio de inversiones, a los proyectos para mitigar o resolver las dificultades que padece la humanidad?.

¿Qué papel juega el riesgo y la incertidumbre en las restricciones, exigencias y condicionamiento de estos financiamientos?.

Veamos algunos datos y hechos para poner contexto

“Un mundo de Deuda. Una carga cada vez mayor para la prosperidad” Grupo de Respuesta a la Crisis Global de la Organización de las Naciones Unida (GRCG-ONU-1), Julio 2023

“La desigualdad está incrustada en la arquitectura financiera internacional” (ib)

70% de la deuda pública esta concentrada en los 44 países desarrollados y 29% en los 137 países en desarrollo.(GRCG-ON-2, Julio 2023)

“3.300 millones de personas, casi la mitad la humanidad vive en países que gastan más en el pago de intereses que en educación y salud” (António Guterres, 12-7-2023 Pulse).

De los 138 países en desarrollo: 10 destinan al menos 25% de sus ingresos al pago de deuda, entre ellos: Sri Lanka con 77%, Egipto con 39%, Costa Rica con 29% y la India con 27% de sus ingresos. 30 destinan al menos 15% y 50 al menos 10% de sus ingresos. Contrasta con los países en desarrollo, de los 44 al menos 10 destinan entre 5% y 9% de sus ingresos, al menos 33 destinan entre el 1% al 9% de sus ingresos en pago de intereses. (GRCG-ON-2, Julio 2023)

En relación al tamaño de la Deuda Pública Externa (en proporción del PIB), de los 44 países desarrollados sólo 10 tienen Deuda Pública Externa (DPE) y está entre el 9,6% del PIB (Federación de Rusia) al 73% del PIB (Montenegro). Contrasta con los 131 países en desarrollo, donde: 17 tienen su DEP entre 50% (Ruanda) a 122% (Bhutan) de su PIB; 33 entre 30% (Estado Plurinacional de Bolivia) y 49% (Tunisia) de su PIB; 16 países entre 25% (Egipto) y 29% (Eritrea) de su PIB; 29 países entre 11% (República Democrática del Congo) y 23% (Azerbayán) de su PIB. Curioso, las DPE de la India y de China son 6,5% y 2,6% de sus PIB, respectivamente, contrasta con Sudáfrica y Brasil cuyas DPE son 22,7% y 12,16% de sus PIB, respectivamente. (ib.)

“La mitad de los países en desarrollo están destinando al menos el 7,5% de sus ingresos por exportaciones al pago del servicio de la deuda pública externa”. (GRC-ONU-1).

Los rendimientos de los Bonos de Deuda (2022-2023) reflejan la desigualdad entre los países desarrollados y en desarrollo: Alemania 1,1%, Estados Unidos 3,1%, Asia y Oceanía 6,5%, América Latina y el Caribe7,7% y África 11,6%. (ib.)

Esta desigualdad también se refleja en los costos de financiamiento de los proyectos y coloca en desventaja, frente a inversionistas, a los países en desarrollo. Como ejemplo, el caso de la composición de los costos para una planta de Generación Solar, en relación al financiamiento en: Europa representaba el 25%, Estados Unidos el 27%, China el 31%, Sudáfrica el 46%, México y la India el 49%, Indonesia el 53% y Brasil el 58%. (IEA, 2021)

«El costo del capital es una barrera clave para las inversiones en energía en los países en desarrollo, que se consideran más riesgosas…» (World Investmente Report 2023).

¿Dónde está el detalle?. En cómo se objetiva el riesgo y la incertidumbre, es decir, cómo se racionalizan, se interpretan, analizan y comprenden, modela y predicen estos dos factores que están íntimamente ligados.

Hay modelos como el de costo de capital, muy popular, que se basa en un modelo lineal, estático de rendimiento mínimo aceptable en base a los riesgos del mercado, del sector y del país, referidos a una tasa libre de riesgo que en la práctica son los rendimientos de los bonos del tesoro de los EE.UU. o los bonos soberanos de Alemania.

Otras metodologías emplean formas más empíricas para determinar estos riesgos, su probabilidad y su impacto financiero, por país y por sector industrial en base a encuestas de expertos.

Otra forma de estimar el rendimiento mínimo aceptable, para deuda o inversión, es en base al riesgo país, que puede ser tan simple como ver el diferencial del rendimiento de los bonos soberanos del país contra los bonos de un país de referencia, adivinen cuáles.

Igualmente existen las calificadores de riesgo, que en base al análisis de datos históricos, asignan una calificación por grados al país, al sector y empresa en la que se pretende invertir. Las calificadoras más populares son: Standard & Poor’s (S & P), Fitch Ratings, y Moody’s. ¿De dónde son?.

Resultado, el capital tiene un costo implícito que dependen de quién, de dónde y de su historia, este costo será como una especie de hándicap que le asignan a un país, empresa o individuo, para participar en una competencia que no lo iguala sino que lo hace más desigual.

¿Qué hacer?

.-Primero, desvelar esta situación por demás injusta, difundirla, debatirla y hacerla consciente.

.-Explorar nuevas alternativas de estimación de este riesgo e incertidumbre con modelos dinámicos, que aborden la complejidad inherente a estos factores.

.-Registrar, cuidar y gestionar todos los datos posibles para hacer un histórico de riesgo que permita alimentar los modelos que lo estiman, así como su impacto económico.

.-Promover más el financiamiento en moneda local, sea deuda o inversión.

.-Crear fondos soberanos de inversión denominados en monedas nacionales.

.-Todas las que se les pueda ocurrir.



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