7 mayo, 2024
¿Otro príncipe en la UCV?

Cuando aparezca publicado este artículo, ya la UCV tendrá electo un nuevo rector, si es que la Comisión Electoral no suspende el proceso por las consabidas “fallas técnicas” u otras. Y en caso contrario, esa nueva autoridad, en vías de posesionarse, tendrá que comprobar si se eligió algo distinto a los muchos príncipes que han ocupado el cargo.

¿Eso significa que otro principado podría sustituir al más largo y grosero de la historia de esta institución? Y de no ser así ¿habrá llegado al puesto un rectorado de corte democrático capacitado para encabezar el arduo trabajo que reclama la recuperación o rescate de la UCV hoy hundida en sus propias sombras?

En el Diálogo Rectoral organizado por la CP Tamayo, el Ceha y la CL Egresados-UCV, realizado el 26/ 06/ 23, con la participación de los finalistas Víctor Rago y Humberto Rojas, reiteramos la preocupación de muchos años: si el proclamado como rector el 30/ 06/ 23 asume la postura del mismo príncipe, ¿seguiremos en el conocido hundimiento y el reparto de cargos que conforma el tradicional equipo burocrático de la ineficiencia, los vicios y la corrupción?

Elemental preguntarse entonces, si podrá recuperarse, después de 15 años de vacío, determinado por una enorme ausencia creadora, una institución postrada y sin nadie que la levante. Porque el colectivo UCV, ante su impotencia, asumió el silencio, la pasividad y se convirtió en un segundo responsable de este triste escenario. En este sentido, es obligado admitir que ‘todos somos culpables de esta tragedia, unos por acción y otros por omisión’.
Indispensable hoy, señor rector -cualquiera sea el elegido- apelar al colectivo y constituir frentes de trabajo. Junto al equipo rectoral, el académico, administrativo, secretarial, estudiantil, jubilados, egresados, legal, auditor, empresarial, nacional, internacional, deportivo.

Para alcanzar algún rescate-recuperación es indispensable separarse de ese pasado que en 2020, Bernardo Méndez, el renunciante vicerrector administrativo, denunció al equipo rectoral al que pertenecía como portador de una enorme corrupción. Por ello la necesidad de auditar para detener el mal y establecer responsabilidades. Y no es la guerra sucia de la 2ª vuelta denunciada por Rojas, sino la manera de pasar a otro estadio.
Sancho, ¡Si no hay un nuevo rectorado que asuma otra concepción de la Universidad Central de Venezuela, seguiremos en la misma perdición-degredo-corrupción!



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