24 abril, 2024

Fundación Alma Amiga: ¡Cómo ser solidario con el prójimo!

Enrique Alberto Romero Domínguez - Fundación Alma Amiga ¡Cómo ser solidario con el prójimo! - FOTO

Compartir nuestros recursos, tanto materiales como emocionales, con otras personas no solo las ayuda a ellas, sino también a nosotros mismos debido a que nos conecta más y mejor con el mundo


DAT.- La solidaridad siempre ha estado, está y estará presente en la vida de todo ser humano, ya sea dándola o recibiéndola, eventualmente. Eso porque estamos programados para ser generosos, lo cual trae una sensación de bienestar, además de otros beneficios. Por lo tanto, debemos poner en práctica esta virtud todos los días del año.

Ahora bien, ¿por qué hay que ser solidario? Mostrarse así es una de las bases de la evolución del hombre, y mucho más aún de su supervivencia.

La solidaridad podría definirse como entregar o compartir a otros semejantes aquellos recursos que le ayuden tanto a nivel material como emocional. Ser una persona solidaria implica una conexión con el mundo que nos rodea al servir a los demás de una forma genuina entendiendo que todos somos iguales en esencia.

Aceptar o recibir ayuda no debe ser un motivo de vergüenza. Es un honor compartido que trae muchos beneficios tanto emocionales como materiales a las personas que comparten esta acción:

  • Está al alcance de cualquiera, es fácil y sencillo, podemos ser solidarios con pequeños gestos, desde una sonrisa hasta ceder un asiento en el transporte.
  • Nos humaniza, nos recuerda que todos somos seres humanos, ayudándonos a crear una imagen más por dentro y por fuera de nosotros mismos y de los demás.
  • Mejora la autoestima, nos hace sentir útiles y necesarios, al mismo tiempo que valoramos nuestras virtudes que hacen posible estos gestos, y las reconocemos en nosotros mismos, y que tenemos muchas cualidades que al ponerlas al servicio de los demás se multiplican.
  • Contrarresta tendencias pocos deseables, como ser menos competitivas, egoístas, vengativas o individualistas, además, que nos podemos dar cuenta cuando uno se deja llevar por estas tendencias y remediarlo.
  • Fomenta cualidades y valores positivos, aparece y desarrollamos la compasión, generosidad, empatía y el optimismo.
  • Nos ayuda a socializar, porque la solidaridad implica participación en la sociedad, e interactuar con otras personas, además de conectarnos con otras causas y a otras personas con distintas realidades.
  • Valoramos más lo que tenemos, desarrollamos la gratitud con lo que se tiene y valoran no solo lo material sino lo espiritual. Ser solidarios nos ayuda a salir de nuestra burbuja para ver al mundo como realmente es, y nos ayuda a relativizar lo que tenemos y valorar lo que la vida que Dios nos regala.

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Ser solidario todo el año es posible… ¿Cómo?

La solidaridad no es una virtud que debemos dejarla solo para ocasiones especiales como Navidad, o campañas solidarias, días internacionales, sino más bien todo el año. Hay muchas maneras de ser solidarios diariamente, con pequeñas tareas de ayuda, y aquí presentamos algunas maneras de ser solidarios:

  • Contribuyendo económicamente, aportando con dinero a causas solidarias, puede ser de forma puntual, para un proyecto concreto, o de forma permanente asociándote o adquiriendo un compromiso de aportación física periódica como ocurre por ejemplo con los apadrinamientos, o sponsor. Las nuevas tecnologías han hecho más fácil las formas de donar dinero, para que puedas hacerlo de forma online, aportando un pequeño granito de arena.
  • Comparte con quien más lo necesita, cosas pequeñas como hacer las compras extras de algún familiar necesitado, un vecino adulto mayor, o cualquier albergue.
  • Dona objetos y enseres personales que ya no uses, con libros que ya leíste y no leerás de nuevo, juguetes de los niños para otros pequeños jueguen. Igualmente, puedes llevar ropa a organizaciones que entregan a personas que lo necesiten.
  • Ofrece tu tiempo y afecto, la solidaridad también se puede expresar participando en eventos y dedicando tu tiempo colaborando como voluntario en campañas eventuales, pero constantes, como las recolectas de comidas, ropas, etc.
  • Participa en actividades de sensibilización, es una labor muy amplia y va en consonancia con el refrán de practicar con el ejemplo, hasta la labor de difundir las campañas por doquier. Ser agente multiplicador con las personas en nuestro entorno o a través de las redes sociales, que logran difundir el mensaje y la promoción de cambio de pensamientos de forma exponencial.
  • Organiza tu propia campaña solidaria, siempre puedes desarrollar tu propia campaña o proyecto que desees o crear el tuyo propio.
  • Lánzate a la aventura, vivir la experiencia de voluntariado internacional es incomparable y se puede realizar en los periodos vacacionales, aquellos voluntarios que convierten sus días de descanso en unas vacaciones solidarias a menudo más reconfortantes.
  • Solidarízate con el medioambiente, aquí implica desarrollar la conciencias ecológica y la responsabilidad medioambiental, comenzando con comprometiéndose con el reciclaje, o incluyéndose en campañas solidarias como las mencionadas, ofreciendo recursos a organizaciones que se dedican a crear conciencia sobre el medio ambiente, dar una segunda vida a las cosas que ya no utilizas, contribuyendo así a un mejor aprovechamientos de los recursos y a la conservación del planeta.
  • Solidarízate con la donación de órganos, o con la donación de sangre, incluso de médula, al hacer este tipo de acciones podemos salvar vidas.

La Fundación Alma Amiga practica la solidaridad todos los días, con la ayuda de sus voluntarios y colaboradores como Enrique Alberto Romero Domínguez, desarrollando los Proyectos Humanísticos de la FAA, cuidando del adulto mayor e implementando programas dirigidos a los niños para encontrar sus talentos y dones.

(Fuente: Fundación Alma Amiga)