24 abril, 2024

Estos son los síntomas, causas y tratamientos de un dolor en el pecho por ansiedad

Danilo Diaz Granados - Dolor de pecho por ataque de ansiedad

Es el producto del exceso de adrenalina y cortisona generado por condiciones de altísimo estrés, y puede confudirse con un problema cardíaco real

 

Una sensación de ahogo, hiperventilación, parestesias y pérdida del control del propio cuerpo son síntomas habituales de una crisis de ansiedad, pero el dolor torácico es el síntoma que genera el verdadero temor a morir durante un ataque de estos.

Es un dolor realmente molesto, y es asumido por muchos que padecen un ataque de ansiedad como el principio del fin.

Cuando hablamos de dolor en el pecho por ansiedad hacemos referencia a la percepción de dolor generado por la somatización de un estado ansioso que puede ocurrir durante una crisis de ansiedad, como síntoma de esta o ante la percepción de un estrés continuado sin tener que llegar a una crisis.

El psicólogo Danilo Díaz Granados sostiene que suele percibirse y clasificarse como punzante, en forma de pinchazos y puede aparecer en diferentes puntos del torso. Este tipo de dolor suele desaparecer con prontitud (lo habitual es que no dure más que un par de minutos).

Además del propio dolor es posible que aparezcan síntomas como hiperventilación, adormecimiento de las extremidades y una sensación de estar enloqueciendo, muriendo o perdiendo por completo el control de todas las facultades del cuerpo.

Contenido

Danilo Diaz Granados - Dolor de pecho por ataque de ansiedadCausas

La causa general de una somatización en el pecho es un elevado nivel de ansiedad, y obedece a una serie de aspectos fisiológicos.

En primer lugar, al estar estresados, se teme miedo o existe ansiedad, se genera un elevado nivel de adrenalina y cortisol, algo que a nivel fisiológico se traduce en la activación del sistema nervioso autónomo simpático (encargado de activar el cuerpo para permitir reacciones como las de lucha o huida). Al presentarse una crisis de ansiedad, esto genera una elevada tensión muscular que predispone al cuerpo para responder rápidamente. Esta tensión continuada puede llegar a generar cierto nivel de dolor en diferentes partes del cuerpo, siendo el pecho el más frecuentes.

Asimismo, el miedo y el nerviosismo también suelen generar un aumento de la actividad pulmonar, llegando a generar hiperventilación. Esto supone también un elevado nivel de movimiento de la musculatura torácica y del diafragma, algo que junto a la tensión muscular favorece el dolor. Además, el hecho de estar haciendo de forma constante inhalaciones cortas y superficiales hace que vaya apareciendo la sensación de estar ahogándose, algo que a su vez generará más activación nerviosa y una mayor cantidad de inhalaciones.

Otra alteración frecuente en momentos de ansiedad es la alteración de la motilidad gástrica y la dilatación del tubo digestivo, que incluso puede generar un pinzamiento en los nervios del torso, o la acumulación de gases en el estómago que pueden subirse al pecho y generan dolor.

Danilo Diaz Granados - Dolor de pecho por ataque de ansiedadAprende a tratarlo

Para tratar el dolor en el pecho por ansiedad se va a tener que tratar en primer lugar la causa que lo genera, es decir la ansiedad en sí.

A nivel cognitivo en primer lugar lo primero que hay que valorar es por qué ha surgido dicha sensación de ansiedad, siendo necesario analizar qué factores externos o internos impactan internamente al punto que necesita expresarse a través del cuerpo.

También hay que valorar si se puede o no actuar directamente sobre lo que la causa. En caso de poder hacer algo para cambiarlo se debe intentar generar algún tipo de modificación conductual o elaborar alguna estrategia para solucionar el problema en cuestión. En caso de que la ansiedad se deba a algo no controlable e inmodificable, hay que reestructurar la forma de relacionarse con dicha situación. Se trataría de relativizar el problema, reduciendo su importancia y valorando si este, o sus posibles consecuencias, son realmente tan relevantes para el sujeto.

Otro aspecto que puede servir de gran ayuda es el entrenamiento y la práctica de diferentes ejercicios de relajación, que tengan en cuenta especialmente la respiración, aunque también son de utilidad técnicas de relajación muscular. El yoga, la meditación o el mindfulness son también prácticas de gran utilidad que dificultan que se instaure la ansiedad y permiten relativizar las situaciones ansiógenas.

Si estas en plena crisis de ansiedad, lo primero que debes valorar es que ésta no te matará y que dicho dolor es algo pasajero y producto de la propia reacción natural. Debes intentar, en la medida de lo posible, tranquilizarte (por difícil que parezca). Asimismo, debes intentar centrarte en la respiración, evitando en la medida de lo posible la hiperventilación y procurando hacer inhalaciones profundas y lentas. La crisis pasará eventualmente.