Las paradójicas alegrías antimaduristas
Para algunos analistas de la realidad social, hay episodios que forman parte de la historia política de las naciones y que solo pueden ser “evaluados” en su justa dimensión con “el pasar del tiempo”. Es decir, el análisis reflexivo histórico permite comprender e interpretar determinadas situaciones y sus especificidades que caracterizan los momentos transcurridos.
Sin embargo, en nuestro país hay particularidades y son consecuencias de una brutal polarización política que se ha dado en Venezuela en los últimos 25 años y que presentan ciertas praxis con una alta carga de un fuerte radicalismo entre los extremos que mutuamente se rechazan, utilizando la bandera de la intolerancia política, dentro de una supuesta convivencia ciudadana y respeto a las diferencias políticas.
El hecho real y concreto es que desde hace un tiempo “convivimos” en Venezuela con un sector político opositor que se caracteriza por un radical odio en contra del gobierno nacional. De allí que muchas personas aseguran que es tanta la rabia y la amargura que identifican al “antimadurismo” más extremista, que este grupo de odiadores llegan al extremo de celebrar cualquier tipo de situación o episodios que perjudiquen de una manera u otra al país, pues consideran que eso afecta a la imagen del gobierno y por lo tanto, motiva a una inmensa alegría para el antimadurismo.
Es impresionante como estos subsectores políticos de la oposición venezolana están llenos de felicidad, y lo manifiestan a través de expresiones por todo lo alto, por las decisiones jurídicas tomadas por la Corte Internacional de Justicia en contra de la reclamación del Esequibo, territorio que le pertenece a Venezuela.
Ante la más reciente decisión de ese tribunal todo conduce a pensar que Reino Unido, la Unión Europea Estados Unidos están actuando a favor de Guyana, con el fin de ir preparando el ambiente para que la derecha internacional despoje a Venezuela de una parte importante de su territorio…y que paradójicamente le produce alegría al antimadurismo.
Seguramente la psiquiatría política, en el futuro más cercano, tendrá “mucha tela que cortar” para analizar “la díscola y antinacionalista” conducta del antimadurismo, cuando celebran ruidosamente la posibilidad de que Venezuela pierda el Esequibo.
Politólogo
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