Pies felices en vacaciones – Últimas Noticias

Para mantener unos pies saludables durante el periodo vacacional –y, por supuesto, en todo el año- es preciso dedicarles una serie de cuidados similares a las atenciones que le brindamos al resto del cuerpo. En vacaciones, cuando acostumbramos a andar descalzos por la playa o sobre la grama en el campo o la piscina, es habitual que, entre los dedos de los pies, queden restos de hierba, arena, cuerpos extraños y gérmenes. De allí la importancia de lavarse bien los pies, especialmente entre los espacios interdigitales, secarse convenientemente entre los dedos, controlar el estado de las uñas y vigilar por si aparecen grietas.
“Si nos limpiamos adecuadamente y nos secamos bien, incluso con un secador de aire entre los dedos y alrededor de las uñas, ya habremos dado un paso importante”, subraya el podólogo José Javier Díaz, quien comenta que luego de un paseo, si notamos que la piel está seca o demasiado dura, debemos aplicar una crema emoliente para que esa dureza o sequedad vayan mejorando.
Una de los achaques que más afectan a los pies durante el periodo vacacional son los hongos, que pueden causar piel seca, enrojecimiento, ampollas, picazón y descamación. Para prevenir su aparición, se recomienda mantener los pies limpios y secos, cambiarse los zapatos y las medias a menudo y no llevar zapatos apretados.
Ante las largas caminatas, otro problema habitual es la aparición de callos. “En estos casos, lo más conveniente es visitar a su médico, especialmente si tiene diabetes o problemas circulatorios”, recomienda Díaz. Asimismo, pueden aparecer ampollas, que no son más que una colección de líquido entre las distintas capas de la epidermis que han perdido la adherencia”, explica Díaz, quien desaconseja pinchar las ampollas, pues «al romper la piel facilitamos el paso de gérmenes”. Por lo tanto, hay que proteger la lesión con algún producto que evite que sobre esa zona se siga produciendo un roce. De este modo, en unos días el líquido se reabsorbe y el problema desaparece.
DUDOSAS CHANCLAS
El podólogo indica que las chanclas deben ser solo un calzado circunstancial y que no hay que usarlas para caminar largos trayectos. “El calzado que se mete en medio del primer dedo y el segundo hace que los dedos vayan sujetándolo. Si estas chanclas se utilizan durante un periodo de tiempo corto, no pasa nada, pero llevarlas mucho tiempo contribuye a que unos músculos se hagan más potentes en detrimento de otros”, apunta, señalando que esto puede ser el comienzo de unos dedos engarrados”, advierte.
NOTA: La limpieza es decisiva para mantener unos pies saludables