Hígado porcino, solución temporal para humanos

Trasplantar el hígado de un cerdo genéticamente modificado puede ser una solución temporal para personas que experimentan fallo hepático fulminante.
A esa conclusión han llegado los expertos luego de que se dieran a conocer en días recientes los resultados de un estudio publicado en la revista Nature.
La investigación deriva del éxito del primer trasplante de hígado transgénico de un cerdo de raza miniatura Bama a una persona, el cual se realizó en China.
El órgano animal se modificó a nivel genérico para evitar que el sistema inmunológico del paciente lo rechazara y, a pesar de que duró solo 10 días a petición de la familia, los autores creen que fue suficiente para demostrar la viabilidad de esta práctica como “terapia puente”.
Al referirse a una terapia puente, lo que se quiere decir es que el órgano modificado del animal puede servir como una solución temporal hasta que haya disponible un hígado humano. En otras palabras, sería un apoyo parcial hasta que el hígado se regenere, afirman los expertos.
En relación con esto, el objetivo central del trasplante era determinar si el hígado genéticamente modificado del cerdo era capaz de desempeñar una función similar al órgano humano de la función hepática.
Medios internacionales señalan que el hígado porcino no solo fue capaz de sobrevivir en el cuerpo del paciente, sino que mostró signos de funcionamiento.
“Esta es la primera vez que intentamos determinar si el hígado de cerdo podría funcionar bien en el cuerpo humano y si podría reemplazar al hígado humano original en el futuro. Es nuestro sueño (…)”, declaró Lin Wang, líder del proyecto y miembro del Hospital Militar Xijing.
Esta es considerada una intervención pionera en todo el mundo y, según los datos preliminares, “funcionó muy bien” en el cuerpo del paciente, un hombre de 50 años con muerte cerebral declarada en marzo de 2024.
Al momento de colocar el hígado transgénico, no se removió el órgano original. En cambio, el nuevo órgano se conectó al sistema circulatorio. Días después de la intervención se evidenció buena compatibilidad porque se observó que produjo bilis y albúmina porcina, lo que se traduce en el desempeño de funciones hepáticas básicas.
Opiniones
Especialistas aseguran que esto significa un gran avance y una prueba importante de cara a un posible “escenario clínico particular”.
Algunos son de la idea de que los xenotrasplantes, que son los trasplantes de órganos de animales a seres humanos, serán necesarios en el futuro.
Los principales argumentos son que esta técnica aliviaría la urgencia con la que se requiere un hígado, ya que cuando se da un fallo hepático agudo, conocido como urgencia cero, el paciente puede morir si no recibe un nuevo hígado en el lapso de dos días.
Además, hay que considerar otros factores, por ejemplo, la epidemia del hígado graso, la cual hace que las donaciones no avancen debido a que el órgano donante no está en condiciones.
A pesar de todos estos resultados, que son esperanzadores para la comunidad científica y médica, aún hay limitaciones, como que el estudio duró 10 días. Solo fue posible observar su funcionamiento un poco más de una semana.
Asimismo, el hígado original del paciente no fue retirado durante el procedimiento; eso impidió determinar si tiene capacidad suficiente para sustituir la función hepática natural en una persona con insuficiencia hepática grave.
El hígado del cerdo que se usó para este trasplante recibió seis modificaciones genéticas, entre ellas la desactivación de unos genes que promueven la producción de azúcares en la superficie celular.
Estos genes son conocidos por su capacidad de provocar el rechazo al no ser reconocidos por el sistema inmunológico humano porque los percibe como agentes extraños.
Otra de las modificaciones fue la introducción de genes humanos al órgano porcino con la idea de facilitar su integración en el cuerpo del paciente de 50 años.
Se cree que la xenotransplantación hepática puede ser notable en el futuro y llegar a revolucionar los tratamientos para pacientes que padecen enfermedades terminales.
Antecedentes
En el pasado se han realizado proyectos de trasplantes de órganos de cerdos que también son considerados pioneros, pero de riñones y corazones. Sin embargo, en la mayoría de los casos, con el paso del tiempo los pacientes han muerto; claro que los resultados positivos han alentado a seguir las investigaciones.
El antecedente más antiguo del trasplante de hígado de cerdo a una persona se hizo en 1992 a una mujer de 26 años diagnosticada con una rara enfermedad, pero su sistema rechazó el órgano.
En países como España también ha habido hitos en este sentido, como una operación que se realizó en la Región de Murcia en el 2000, pero no en seres humanos, sino de un cerdo a un mono. Fue un babuino keniano al que se le colocó un hígado de cerdo modificado con la idea de evitar el rechazo del órgano, logrando sobrevivir ocho días.