Hay más gasolina – Últimas Noticias

El Sistema Nacional de Refinación, SRN, ha respondido al esquema de precios de la gasolina fijado en mayo de 2022 con un caudal de producción que ya se aproxima a los 110.000 barriles diarios.
En mayo de 2022 el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, fracturó el tabú inoculado en el imaginario colectivo que interrumpía cualquier discusión en torno al incremento del precio de la gasolina.
El tabú tuvo su origen en la tesis creada y usada por el partido Acción Democrática en los años 40 para derrocar al gobierno del presidente Isaías Medina Angarita, la cual sostenía que Venezuela tenía que vender la gasolina a precios bajos porque era el primer productor de petróleo del mundo.
La proclama está expuesta por el líder de esa organización, el expresidente Rómulo Betancourd, en su libro “Venezuela, política y petróleo”, capítulo Gasolina y otros combustibles. Allí relata:
“Habíamos sido intérpretes de una reivindicación nacional, al sostener durante largos años de lucha oposicionista la necesidad de que fuesen reducidos drásticamente los precios de venta de los derivados del petróleo”, decía.
“Era insólito que en el primer país exportador de petróleo del mundo rigieran cotizaciones tan altas para la gasolina y los otros carburantes extraídos del aceite mineral”.
En el texto el líder adeco señala que el primero de diciembre de 1945, a pocos días de haber derribado el gobierno de Medina, se procedió a reducir los precios por litro de los dos tipos de combustibles vigentes en ese momento, a 0,0157025 y 0,005 bolívares por litro.
La decisión llevó a que en marzo de 1949 el precio del galón en Caracas cayera a 11,30 centavos de dólar y el impuesto a 1,22, menos de la mitad que en Nueva York donde era de 25,1 centavos y 5,5, respectivamente.
La caída fue tan abrupta que la empresa Creole, filial de la Standard Oil of New Jersey (actual ExxonMobil), operadora de varios campos petroleros hasta el 31 de diciembre de 1975, emitió un comunicado en el cual afirmaba que Venezuela pasaba a tener el costo de la gasolina más bajo del mundo.
La campaña por la reducción había calado tan profundo, que el bajo precio de la gasolina se instaló en el imaginario popular como símbolo o expresión de propiedad sobre el petróleo, “El petróleo es nuestro”, frase que a su vez sirvió para ocultar y desviar la atención sobre los grandiosos beneficios que obtenían las transnacionales petroleras.
Pero si bien en lo inmediato la rebaja favorecía a la población, en el mediano y largo plazo benefició mucho más a las grandes empresas automotrices estadounidenses y europeas, en perjuicio de los planes para desarrollar un sistema nacional de ferrocarriles.
El mismo Betancourd lo delata al afirmar que el consumo del combustible se disparó tanto que en 1947 fue tres veces superior al de 1938, indicador que revela el incremento vertical de las ventas de automóviles que demandaban nuevas carreteras y autopistas, en desmedro del otrora pujante plan ferrocarrilero nacional.
Valga especular que de haber continuado la instalación de trenes, hoy cualquier venezolano podría subirse a un ferrocarril que en pocas horas lo levaría a las playas de Morrocoy, Santa Fé o a urbes como Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Maracaibo, Carúpano.
Así las cosas, el precio por debajo del costo producción de un litro de la gasolina, que hoy supera un dólar por litro, se transformó en una erogación costosa para la nación, pues implicaba y aun implica para el Estado asumir la diferencia entre ambos costos mediante el pago de un subsidio que resta recursos para ejecutar los planes de inversión y mantenimiento requeridos para la producción de la misma gasolina, entre otros. Basta mencionar que sólo en 2020 el subsidio a la gasolina llegó a ser 11.000 millones de dólares.
De allí que el esquema de precios adoptado en mayo de 2022 de un litro a precio subsidiado y otro a 0,5 dólares se traduce en un aporte de la ciudadanía para una mejor y mayor eficiencia del Sistema de Refinación Nacional.
La mayor compra de gasolina en dólares frente a la subsidiada demuestra cómo, poco a poco, de manera pausada, viene creciendo la conciencia del deber social y del poder adquisitivo de la población, toda vez que, de llenar el tanque con combustible regalado en 2022, hoy el 60% de la gasolina es vendida a 0,5 dólares el litro en las estaciones de servicios denominadas “Internacionales”, dolarizadas.
Y para llegar a los 110.000 barriles diarios el esfuerzo ha sido enorme. Tan pronto como el expresidente de EEUU, Barak Obama, emitió en 2015 el decreto que califica a Venezuela como “…una amenaza inusual y extraordinaria”, comenzó un declive operativo de Pdvsa que derribó en 77% la producción de gasolina.
Desde los 283 mil barriles de combustible que se producían en 2014, cayó a los 64,5 mil barriles en 2021. Pero el esfuerzo de los trabajadores de Pdvsa para extraer el petróleo, dieta requerida por las refinerías, así como en la ejecución de mantenimiento correctivos y preventivos y de suplir con importaciones alternas e inventivas propias los equipos y repuestos, logró revertir el dramático volumen marcado en el cruel y crítico año 2021.
Ya en 2022, la producción de gasolina había subido a 85,3 mil barriles diarios y cerraba 2023 en 88,3 mil barriles, tendencia que se mantiene hasta promediar 99.640 en 2024 y ubicarse entre 100.000 y 110.000 en la actualidad, lo cual se manifiesta, ojo, en la reducción de las colas de usuarios de las 1.430 Estaciones de Servicios Activas del país.
Un efecto similar tuvo y aún tienen las medidas ilegales sobre el comportamiento de la totalidad de los productos generados por las cuatro refinerías del Sistema de Refinación Nacional (SRN).
Además de gasolina, el SRN produce el asfalto usado para impermeabilizar; diesel, empleado como combustible y calefacción; fueloil, en plantas eléctricas y calderas; kerosene, para la maquinaria pesada, calefacción y disolvente de pinturas; Combustible Jet A1 o también llamado gasolina de avión; aceites, lubricantes, grasas para carros y maquinarias; MGO marino o combustible marino; y otras especialidades.
Hoy, al bloqueo, sanciones y el retiro de licencias a las empresas petroleras estadounidenses y europeas, el gobierno de EEUU acaba de añadir penas de aranceles a los países que compren petróleo a Venezuela.
Aun cuando en el mediano y largo plazo tales dificultades serán paulatinamente superadas, en un horizonte cercano es muy probable que los ingresos de Pdvsa se vean afectados y con ellos restringidos las operaciones de las cuatro refinerías del SRN.
Este autor, a título estrictamente personal, sugiere revisar y ajustar el esquema de precios de la gasolina.