5 octubre, 2025
Falsos curas ponen en alerta al pueblo católico

Luego de la polémica surgida el año pasado tras el escándalo de sacerdotes pederastas en Venezuela, otra situación relacionada con el sector eclesiástico, aunque no tan traumática, captó durante esta semana la atención de la opinión pública al conocerse que la propia Iglesia Católica, a través de la Arquidiócesis de Caracas, denunciara y diera a conocer que un ciudadano identificado como Héctor Márquez se hacía pasar como sacerdote para ofrecer sus servicios a personas incautas cuando se encontraban en establecimientos como restaurantes, centros comerciales y clubes privados.

El Episcopado emitió al respecto un comunicado, suscrito por el presbítero Antonio Abeijón, canciller y secretario de la Arquidiócesis de Caracas, acompañado de una imagen, en el que señaló, entre otras cosas, que “el sujeto de las imágenes, identificado como Héctor Márquez, que viste alba y casulla no es sacerdote ni diácono y está realizando bautizos y bodas en el Club Campestre Los Cortijos, municipio Sucre, así como en otras casas de fiesta”.

La iglesia, además de elevar la denuncia ante la colectividad, recordó además que, por orden expresa del arzobispo de Caracas y cardenal Baltazar Porras, está prohibida la celebración de cualquier sacramento en clubes y espacios de fiesta.

Como consecuencia de las acciones de Márquez en el referido club, en el comunicado se “exhortó a los párrocos a remitir una carta a los representantes de estos lugares, que estén dentro de los límites de sus parroquias, para reiterar tal prohibición, y a su vez informen a sus comunidades sobre este hecho”.

Tras lo sucedido, distintos medios de comunicación se han abocado a alertar a la ciudadanía sobre las acciones preventivas que deben tomarse para evitar que este tipo de fraudes se repitan.

Consultamos la opinión de Ramón Antonio Pérez, periodista de larga trayectoria de los temas religiosos en el país, quien comentó a Últimas Noticias que esta situación se ha dado con cierta regularidad en Venezuela y ha sido denunciada por las autoridades eclesiásticas y que en la mayoría de los casos se trata de personas que, apelando a “la condición de católicos, se añaden la etiqueta de ortodoxos, de anglicanos, de tradicionales o reformados, que, amparados en la libertad de cultos y ante el desconocimiento de la feligresía sobre la forma cómo detectar a esos individuos, hacen uso indebido del sacerdocio, presentándose en celebraciones de tipo religioso, como bautizos, matrimonios, exequias y primeras comuniones y con ello rompen con la línea que existe entre la Iglesia Católica y el Estado venezolano, que la reconoce como institución religiosa”.

¿Cómo identificarlos? El comunicador expuso que una de las características que presentan los supuestos sacerdotes es no poseer una documentación legal reconocida que los haga valer como representantes de la Iglesia Católica y ser “incardinados” a cualquier iglesia de Venezuela.

“Un sacerdote se incardina a una arquidiócesis o a una diócesis específica de Venezuela y desde allí él hace su ministerio en las distintas parroquias o en las entidades donde su obispo, o su guía o su pastor lo designe a trabajar”, explicó Pérez, quien agregó que cada sacerdote cuenta con un carnet que lo acredita como miembro de la diócesis o la arquidiócesis correspondiente para poder ejercer sus funciones.

Al respecto, el entrevistado acotó que cada feligrés debe tener plenamente identificadas a estas personas con la correspondiente identificación, “si no la tiene, queda bajo sospecha”.
Agregó que otro detalle que permite identificar a los falsos sacerdotes es el excesivo interés que muestran en recibir el estipendio por la celebración que vayan a realizar.

“Estas personas muestran una ansiedad por percibir un dinero, por lo cual también podrían quedar en sospecha”, recalcó.

El periodista también se hizo eco de las recomendaciones que hizo por el caso la Arquidiócesis de Caracas y añadió que “estos sujetos, con vestimenta religiosa, acuden a clubes, a cementerios, a agencias de festejos para ofrecer sus servicios, y a su vez los directores o responsables de esos lugares, en desconocimiento de que deben presentar un carné o documentación que los acrediten”.

Asimismo, destacó que hay que estar alerta por la oferta fácil de solución a los trámites que son propios de una oficina o despacho parroquial, es decir, que solo ante estas instancias es que se concretan los servicios religiosos y al respecto recalcó que los falsos sacerdotes no tienen la posibilidad de asentar en los libros parroquiales los nombres de quienes hayan recibido los sacramentos como bautizos o primeras comuniones.

Otro aspecto a considerar -añadió Pérez- es la ambigüedad o imprecisión a la hora de ser abordados sobre su lugar de residencia, pues, por lo general, son personas itinerantes que “quizás en algún momento fueron sacerdotes y por algún motivo renunciaron o fueron expulsados como oficiantes del sacerdocio”.

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Estrategia comunicacional

El periodista Jesús Manzanárez, especialista en las actividades de la Iglesia Católica, recomendó que, al surgir una situación de esta naturaleza, los medios de comunicación deben hacerse eco de la denuncia a través de la información institucional “para poder difundir con veracidad qué es lo que está pasando al respecto, y no caer en conjeturas que, en todo caso, puedan dispersar la denuncia”.

En el caso específico del falso sacerdote, Manzanárez destacó el hecho de que la opinión pública se haya hecho eco de la denuncia que se hizo y que ha sido lo suficientemente difundida por los distintos medios de comunicación.

Precedentes sobre estos casos

La existencia de personas que asumen los oficios sacerdotales sin la autorización de la Iglesia no es un fenómeno que se circunscriba a lo ocurrido en el Club Campestre Los Cortijos, pues en el pasado reciente se han registrado situaciones similares en otras zonas del país. Hace exactamente un año, el obispo de Puerto Cabello, monseñor Saúl Figueroa, denunció que falsos sacerdotes “estaban haciendo su agosto ofreciendo misas en el litoral carabobeño”.

Sobre ese caso, el prelado precisó que durante Semana Santa, esos personajes celebraron misas en la Casa de la Cultura de Morón y en el polideportivo Diego Armando Maradona, en Puerto Cabello.

Una de las misas se celebró el 13 de abril, Miércoles Santo, en el mencionado escenario deportivo. En cuanto a la Casa de la Cultura de Morón, allí se ofrecieron falsas misas los días Jueves, Viernes y Sábado Santo. Más atrás, en el año 2015, el obispo de Guarenas, Gustavo García Naranjo, denunció que en varias regiones del país operaba un reducido grupo de impostores buscando crear confusión y pescar incautos.



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