12 octubre, 2025
Armagedón - Últimas Noticias

En mis tiempos de escuela, lo más agresivo que uno cargaba en el bolsillo del pantalón, era una China, que en algunas regiones se llama Fonda, es decir, una horqueta de árbol con dos ligas y un pedazo de cuero al final, que se usaba para dispararle a los pájaros. No recuerdo a nadie que hubiera pensado para agredir a algún compañero.

Este martes, las redes sociales y los noticieros se escandalizaron por las fotos publicadas por un club de tiros en Brasil, en donde se ve a niños menores de diez años, con pistolas en las manos y un instructor indicándoles cómo disparar. El escándalo obligó a la aclaratoria de que eran pistolas de aire comprimido. Aunque ya el daño estaba hecho.

Algunos aseguran que era un camuflaje para ir entrenando niños en la autodefensa, debido a los muy altos niveles de agresión contra las escuelas en el país carioca.

Hace poco, un joven de 25 años asesinó brutalmente con un hacha a cuatro niños, de entre 4 y 7 años, en una guardería.

Uno de los principales instigadores al uso de armas de fuego, fue el propio Jair Bolsonaro, que bajo el lema “pueblo armado jamás será esclavizado”, favoreció la apertura de los clubes de tiros, y en sus cuatro años de mandato se llegaron a abrir uno por día. 

Una de las primeras medidas adoptadas por Luiz Inácio Lula da Silva al llegar al poder fue suspender nuevos registros de armas por parte de cazadores, tiradores y coleccionistas, y reducir los límites para la compra de estos dispositivos y sus municiones.

“Cuando un niño piensa que un arma es la solución, ¿por qué piensa así? ¿Lo vio en la Biblia? ¡No! ¿En el libro de la escuela? ¡No! Lo escuchó a su padre o a su madre dentro de casa. Y por eso hay que tener en cuenta que sin la participación de los padres no se puede recuperar un correcto proceso educativo”, comentó esta semana Lula, durante una reunión ministerial para abordar el problema de la violencia en las escuelas.

No es Brasil únicamente. Es la nueva sociedad, la mundial, donde priva la violencia. La semana pasada, una juez de Estados Unidos, declaró con mucho orgullo que su nieta de dos años, ya tenía una escopeta y un rifle. El país violento por antonomasia que tiene 330 millones de habitantes que poseen 400 millones de armas, pero que existen en las tiendas 857 millones más para que todos compren.

Cómo se revierte un problema de ese calibre, en momentos en que la única forma del Big Brother de salir de la crisis profunda es la poderosa industria militar y las fábricas de armas.

Es un camino precipitado al Armagedón.



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