‘Weapons’ no hubiese sido lo mismo sin Bill Hader. Su director explica cómo su amigo logró elevar una de las mejores películas del año

Qué importante son las conexiones, las sinergias y el feedback de gente de confianza durante el proceso creativo. Una opinión, una mirada o una «idea monstruo», de esas que parecen una locura sin pies ni cabeza pero que derivan en cambios interesantísimos, procedente de una persona ajena al proyecto pueden marcar la diferencia y llegar a elevar una producción ya de por sí sólida a nuevos e insospechados niveles.
Ole mi arma
El caso de ‘Weapons’, uno de los —le pese a quien le pese— bombazos de terror que nos ha dejado el curso cinematográfico 2025, ilustra a la perfección esta máxima, y lo hace por partida doble, ya que su director contó con el apoyo de dos grandes profesionales del medio para confeccionar una experiencia que puede gustar más o menos pero que, desde luego, es complicado que deje indiferente.
El primero de ellos, y ya hablamos sobre el tema hace cosa de un mes, fue nada menos David Fincher, que acompañó a Cregger durante la fase de preproducción y, más tarde, durante la posproducción, donde le invitó a romper las normas técnicas preestablecidas para permitir que su relato volase libre y alto acorde a su potencial sobre el papel y al material filmado.
Por otro lado, y tal y como ha explicado el cineasta durante una entrevista con The Hollywood Reporter, también contó con la inestimable ayuda de su buen amigo Bill Hader. La función del cómico, actor y responsable de esa maravilla titulada ‘Barry’ no fue otra que sugerir un pequeño cambio en el guión que terminó siendo determinante para el buen funcionamiento de la historia: incluir a Alex, el único niño que no desaparece en la noche que sirve de detonante a los acontecimientos de ‘Weapons’, en el ritual de Gladys.
“Bill Hader es un amigo mío. Hablábamos sobre el guion, y creo que fue idea suya. Me dijo algo como: ‘Deberías encontrar la manera de implicar a [Alex] para que él mismo se sienta implicado’. Así que fue en una conversación con él cuando se me ocurrió la idea de que Alex robara algo [para Gladys]. Era una forma de darle cierta culpabilidad para que pudiéramos creer más fácilmente que quizá no contaría nada [a las autoridades], porque sentía que era responsable y tan culpable [como Gladys], aunque sabemos que no lo era. Pero, en cierto modo, sí lo es”.
Con esta decisión, Cregger consiguió dar más coherencia a la actitud de Alex frente a las autoridades y al modo en que lidia con su situación en la película. Y, de paso, redondear una de las sorpresas más grandes que han aterrizado este año en la gran pantalla y que, probablemente, ocupará un espacio en no pocas listas en diciembre con lo mejor de los últimos 12 meses.
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