12 octubre, 2025
Derrotamos el fascismo - Últimas Noticias

El 28 de enero de 2015 falleció en Caracas la periodista y docente universitaria Olga Dragnic, una mujer aguerrida, comprometida y con una inmensa capacidad crítica para el análisis de la realidad sociopolítica, no solo de Venezuela, sino también del mundo. En definitiva, una intelectual de esas que extrañamos en este momento histórico cuando requerimos explicaciones, orientaciones y respuestas a la crisis planetaria que experimentamos desde el asombro y el miedo en igual medida.

Es una década sin una profesora que, en las aulas de la Escuela de Comunicación Social (ECS) de la UCV, formó con pasión y entrega a centenares, tal vez miles de periodistas, eso sí, no solo desde una visión meramente técnico-laboral, sino también desde una enseñanza orientada a formar a profesionales con actitud crítica y combativa; otro aspecto que añoramos en nuestras aulas universitarias donde el pensamiento crítico sigue ausente.

Nacida en Yugoslavia en 1933, Dragnic llegó a Venezuela a principios de los años 60, luego de graduarse de licenciada en Periodismo en la Universidad de Chile, donde conoció a quien sería su compañero de vida, el estimado profesor Federico Álvarez, otro teórico y agudo crítico de la comunicación y quien dirigió la ECS entre 1975 y 1978.

Olga es recordada por sus estudiantes y colegas docentes por su infinita sapiencia y vasto dominio en temas del periodismo y de la comunicación social. De hecho, aún hoy en día son de consulta permanente sus libros más importantes, como su Diccionario de Comunicación Social y su célebre texto La entrevista de personalidad, una fuente obligada para quienes se forman en el difícil arte de plasmar en palabras los encuentros periodísticos con notables personajes.

No tuve la oportunidad de escuchar sus clases, pero sí conté con la suerte de entrevistarla un par de veces, hacia finales de los años 90, para un diario de tiraje nacional “cuyo nombre no voy a mencionar”. De esos encuentros, largos y amenos, me quedó para siempre la poderosa sensación de hablar, a través de ella, con todo un grupo de intelectuales, hombres y mujeres, quienes fundaron una tradición de estudios críticos de periodismo y comunicación en Venezuela, la cual hoy, lamentablemente y a pesar de algunos esfuerzos, se encuentra en grave peligro. Gracias, Olga, por tus enseñanzas, gracias por tus libros.

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