‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’ tiene al menos tres palabras equivocadas en su título

Ante una situación de cine comercial donde se están eliminando las historias originales y de escala modestas, pero ancladas en géneros anteriormente exitosos, no pocos demandamos su regreso, con presupuestos de verdad, estrellas contrastadas, historias humanas y aspectos visuales reseñables. Con una actitud así técnicamente no deberíamos quejarnos cuando nos las ofrecen aunque acaben saliendo mal.
Para no acabar siendo unos hipócritas, casi deberíamos defender que mejor fracasar con un intento más original y ambicioso que con algo más genérico y olvidable. Pero eso no debería tampoco impedirnos señalar cuando que tiene todo a priori para convencer acaba fallando en lo que ambiciona, como le sucede a ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’.
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Cuando se avería el GPS
David acude solo a una boda, teniendo que recurrir a un coche de alquiler de una misteriosa empresa después de que su propio vehículo esté inmovilizado. Taciturno por todas las decisiones y relaciones fracasadas que le han colocado en un impass vital, conoce en la fiesta a Sarah, que se encuentra en una situación similar. Cuando un extraño error de sus GPS les lleve a tener que recorrer el mismo camino, emprenderán un viaje por el pasado que les hará repensar su futuro.
Es, sobre el papel, la clase de proyecto que desde espacios como este reclamamos a Hollywood. Colin Farrell y Margot Robbie liderando una película romántica con dejes fantásticos, sirviendo de tapiz para una exploración de las relaciones humanas contemporáneas, filmada por un interesante cineasta indie como Kogonada intentando dar el salto a un presupuesto mayor. Visualmente arrebatadora, arriesgada y poco convencional en su tono, y también con cierta alma de ser un lugar confortable para el público necesitado de algo diferente en los cines.
El gran problema es que los riesgos soltados de manera aleatoria y disonante quedan especialmente chirriantes cuando además se tiene un guion que hace aguas por todos lados. Un mal libreto siempre se puede levantar cuando hay artesanía y estilo en cómo se interpreta desde la dirección, algo para lo que Kogonada debería ser idóneo. La preciosa paleta visual de películas como ‘Columbus’ y ‘Despidiendo a Yang’ se traslada con gran acierto a una escala y presupuestos mayores, que se exhiben bien en un diseño de producción notable.
‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’: inconsistencia existencial


Pero todo, al final, acaba experimentándose como pinceladas arrebatadas para enmascarar un cuadro general bastante desigual. Los personajes pasan por momentos de su vida pasada como si todo fuese una concatenación de eventos que les han conducido a ser las personas incompletas y fallidas que son actualmente, pero son instantes dramáticos demasiado desconectados para dar una sensación de arco de personaje, además de con implicaciones ligeramente problemáticas.
Hay también un problema de punto de vista y de construcción de mundo. Lo último queda evidente en cómo no consigue equilibrarse entre una textura más realista y una fantasía bastante disparatada. Lo primero se muestra en cómo intenta plantearse como un cara a cara entre dos personajes, pero el de Robbie es demasiado esbozo y carente de interioridad para que podamos conectar con él.
Tampoco queda clara la química romántica entre los protagonistas, al apostar Kogonada por esa contención tan artística que evite caer en una cursilería excesiva, algo en lo que tuvo éxito una película más madura y trabajada como ‘Materialistas’. El problema, quizá, es que esta película debería haber sido o completamente una cursilería, o una propuesta artística. Su incapacidad para alternar tonos es un problema para un material de base tan débil que claramente necesita uno concreto. ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’ termina fallando en sus ambiciones y también en dar las varias cosas que promete su título.
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