Trump insiste en quitarnos el petróleo por las malas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confesó el 10 de junio de 2023, durante un discurso en Carolina del Norte, que su política “hostil hacia Venezuela fue con la intención de apropiarse de las cuantiosas reservas petroleras venezolanas”, lo que explica el incesante accionar de agresiones y asfixia económica contra la nación.
En su discurso, preguntó a la audiencia: “¿Cómo les parece que estemos comprando petróleo a Venezuela? Al irme (de la Casa Blanca), Venezuela estaba lista para colapsar. Nos hubiéramos apoderado de ella. Hubiéramos tomado todo su petróleo. Pero ahora compramos petróleo a Venezuela. Estamos haciendo a un dictador muy rico. ¿Pueden creerlo?, nadie puede creerlo”.
Trump con estas palabras criticó a la administración de Joe Biden por flexibilizar ciertas transacciones petroleras con el país suramericano en un intento por posicionarse nuevamente como candidato presidencial para un segundo período y minimizar las noticias sobre las acusaciones personales en su contra.
El mandatario había afinado una “obsesión personal” con el petróleo venezolano: en 2019 dejó de comprar crudo nacional y llegó a decir que “tenía el derecho de controlar los recursos de Venezuela, porque eran parte de Estados Unidos”.
Emitió seis decretos ejecutivos para bloquear todas las operaciones y activos de Pdvsa, como parte de su política de “máxima presión”.
Recuerda el Observatorio Venezolano Antibloqueo que el 23 de enero de 2019, Trump dijo, en una entrevista, que en su política de agresiones contra Venezuela colocaba “todas las opciones sobre la mesa”, incluida una “intervención militar en el país suramericano”, situación que ahora, durante su segunda presidencia, parece querer hacer realidad al enviar buques de guerra, aviones y marines al mar Caribe, cercano a las costas venezolanas.
El comercio de hidrocarburos entre los dos países se reanudó en 2022, cuando, a raíz de la crisis energética global ocasionada por el conflicto ruso-ucraniano, la administración Biden morigeró las sanciones, permitiendo que firmas petroleras americanas y de otros países occidentales extrajeran hidrocarburos, colaborando en la reactivación de la industria petrolera nacional.
Sin embargo, de vuelta en la Casa Blanca, Trump ha implementado nuevas políticas que buscan limitar la capacidad de Venezuela para exportar petróleo y generar ingresos. Esto se ha manifestado a través de sanciones a la industria petrolera venezolana y a empresas de otros países que comercian con ella.
Entre sus medidas, EEUU canceló permisos para exportar crudo y derivados de Venezuela a Repsol y a otras petroleras asociadas con Pdvsa.
Global Oil Terminals, la italiana Eni, la francesa Maurel&Prom y la india Reliance Industries habían recibido permisos del anterior Gobierno estadounidense, del demócrata Joe Biden, para operar con crudo venezolano en sus refinerías de todo el mundo, pese a las sanciones del mandato de Trump.
La actual crisis política motivó la cancelación de las licencias a Chevron en marzo de este año. Es evidente que la política de Estados Unidos con Trump no es solamente la de “tomar” el petróleo venezolano y otras tantas riquezas naturales del país, como el oro y el agua potable, sino también la de utilizar la presión económica y, en algunos casos, la presión militar para desestabilizar el gobierno del presidente Nicolás Maduro y promover un cambio en el país.
“Si no hay un cambio de gobierno, Estados Unidos acabará siendo una Venezuela con esteroides. Nuestro país se está yendo al carajo”, declaró.
Génesis intervencionista. Las políticas de injerencia, y ahora guerreritas, de los gobiernos de Estados Unidos hacia Venezuela se han intensificado sistemáticamente desde los últimos 15 años.
Barack Obama (2009-2017), el primer mandato de Trump (2017-2021), Joe Biden (2021-2025) y la segunda presidencia de Trump (2025-2029) han “combinado” una trilogía asfixiante para la economía venezolana.
El asedio se intensificó cuando Obama firmó, el 9 de marzo de 2015, una orden ejecutiva en la que declaró una “emergencia nacional por la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional que representa Venezuela”.
Ello llevaría a implementar otra estrategia más fuerte al aplicar 930 sanciones contra Venezuela, siendo 2018 y 2019 los años con mayor número de medidas de agresión, y que ha ido creciendo, dejando a Venezuela como el cuarto país con más sanciones (1.042), impuestas en tan solo 10 años.
Trump ha dejado ver, a pesar de contar con apenas ocho meses en la Casa Blanca, su intención de continuar hacia un tercer mandato, lo que le daría más tiempo para cumplir su objetivo declarado.
Contenido
2017-2021
- Sanciones económicas y financieras: La administración Trump impuso un número sin precedentes de sanciones, especialmente a la industria petrolera. El punto de inflexión fue el embargo de 2019, que prohibió a las empresas estadounidenses comprar crudo venezolano y bloqueó los activos de Pdvsa en Estados Unidos, incluyendo la filial Citgo.
- Reconocimiento a la oposición: En 2019, EEUU y otros países reconocieron a Juan Guaidó como el “presidente interino legítimo”, en un esfuerzo por deslegitimar al presidente Nicolás Maduro.
- Medidas contra el oro y otros sectores: Las sanciones se expandieron a otros sectores de la economía, como la minería, en particular la producción de oro, con el fin de cortar otras fuentes de financiación para el Gobierno.
- Retórica fuerte y amenazas: La retórica fue consistentemente dura, refiriéndose a Maduro como un “dictador” y no descartando ninguna opción, incluyendo la militar.
- Acusaciones de narcoterrorismo: El Departamento de Justicia ofreció recompensa por Nicolás Maduro y otros altos funcionarios del Gobierno venezolano.
Datos
- Retórica y acusaciones de narcoterrorismo: Se ha mantenido una retórica muy fuerte contra el gobierno de Maduro, al que se acusa de estar involucrado en el narcotráfico y de ser una amenaza para la seguridad de EEUU. Se aumentó la recompensa por su “captura” y la de otros altos funcionarios.
- Aumento de la presencia militar en el Caribe: Trump ha intensificado las operaciones militares en el Caribe con el pretexto de combatir el narcotráfico. Se han incluido el despliegue de buques de guerra y ataques a embarcaciones que, según EEUU, transportaban drogas desde Venezuela. Esto ha elevado significativamente la tensión con el Gobierno venezolano denunciando estas operaciones como un intento de justificar una intervención militar.
- Enfoque en la migración: La migración venezolana hacia Estados Unidos se ha convertido en un tema central, y se han implementado medidas más duras para los migrantes, con un enfoque en la deportación.
- Posible reanudación de sanciones petroleras: Aunque se ha mantenido la licencia para que Chevron opere en Venezuela bajo ciertas condiciones, ha habido amenazas de poner fin a esta excepción.