10 diciembre, 2025
Tarek William Saab: escritor hasta el último respiro

Existe incluso la posibilidad de percibir en sus respuestas el tono de un niño asombrado por llevar 45 años de oficio, ejerciendo el arte milenario de la escritura. Se emociona y nos deja intuir la enorme sensibilidad que le ocasiona saber que ha vivido intensamente su compromiso con la palabra, en medio de una existencia que le ha servido para navegar entre las mareas de los derechos humanos, la política, criar hijos y vivir, mecido por las corrientes del verbo reparador, ese que se transforma en poesía, testimonio, denuncia y grito ante un mundo injusto.

Tarek William Saab (El Tigre, 1962) confiesa que ha vivido, y que ser llamado “el poeta de la revolución” en un país donde la poesía forma parte del ADN cultural, implica un compromiso ético y estético. Saab lo asume desde su historia personal, marcada por la formación familiar sólida y hogareña; el ejemplo de sus padres, abnegados trabajadores de origen libanés; sus primeros acercamientos a la lectura con apenas 9 años de edad, sus primeros versos a los 15, la contracultura hippie, haber nacido en los ‘60, la militancia en el PRV-Ruptura, el contacto con movimientos pacifistas, la trova cubana, la obra de Alí Primera, su encuentro con Chávez, su cruzada al lado de la revolución bolivariana.

Contenido

45 años no es nada

En la 16° edición de la Feria del Libro de Caracas, la Galería de Arte Nacional se convierte en el escenario para celebrar los 45 años de carrera literaria de Tarek William Saab, poeta, escritor y Fiscal General de la República. En medio de sus responsabilidades institucionales, Saab reafirma que la poesía ha sido su forma de vida, su refugio espiritual y su herramienta de transformación.

Desde niño, advierte, encontró en la literatura una vía para comprender el mundo a partir de su propia sensibilidad. Su entorno multicultural —compañeros de origen árabe, portugués, italiano, español, griego y chino— y el acceso a editoriales latinoamericanas y europeas moldearon su visión plural y humanista.

“Mi conexión con la poesía y la literatura ha sido desde niño un modo de vida mágico, para ver al mundo de una manera más hermosa y amable”. “Creo que eso va a ser hasta el último respiro de mi vida” enfatiza.

Ha publicado 17 libros, principalmente de poesía, con 36 ediciones y reediciones en diversos países e idiomas.

Poeta de una era

Fue el comandante Hugo Chávez quien lo bautizó como “el poeta de la revolución”. Saab recuerda que, tras el 4 de febrero de 1992, lo visitó en el cuartel San Carlos y le entregó el manuscrito de un poema que luego formaría parte de su libro «El hacha de los santos». Chávez lo leyó con entusiasmo, recitó fragmentos de «Maisanta» —una oda a la rebelión— y lo proclamó: “Tú eres el poeta de la revolución venezolana”.

La relación entre ambos se mantuvo viva a través de la literatura. Saab le regalaba libros, le recomendaba autores, y Chávez llegó a presentar públicamente sus obras. “Fue una empatía directa, una comunicación espiritual”, afirma. En los actos públicos, en los mítines, Chávez citaba sus poemas y exaltaba su obra.

Contracultura y resistencia

En 1983, mientras estudiaba Letras en la Universidad de Los Andes, presenció un concierto de Silvio Rodríguez en la Plaza de Toros de Mérida. “¿Y qué eran esas canciones? Eran poemas”, recuerda. Para Saab, ser hippie fue una forma de vida poética, una manera no violenta de ver el mundo y amar el paisaje: las sabanas de Guanipa, los ríos, el mar Caribe, la cordillera de los Andes.

Su paso por Mérida y luego por Caracas lo conectó con la literatura de la Generación Beat. En la Librería SUMA de Sabana Grande descubrió «Los vagabundos del Dharma» de Jack Kerouac, y desde entonces se sumergió en esa corriente que combinaba budismo, contracultura y escritura como viaje espiritual.

Ya en su adolescencia había leído a Hermann Hesse, Nietzsche y Khalil Gibran, autores que marcaron su decisión de estudiar Letras. Luego de esas conmoción juvenil que lo llevó a internarse en un pueblito cercano al páramos de La Culata, renuncia en el año 83 a sus estudios en Letras y se viene a Caracas a incursionar en Derecho, donde siguió empapándose de literatura.

Más allá de las fronteras

Su primera obra, «Los ríos de la ira», la escribió entre El Tigre y Caracas, y la culminó en 1986. Desde entonces ha publicado 17 libros —principalmente de poesía— con 36 ediciones y reediciones. En 2025, circulan antologías de su trabajo en Egipto (en árabe), Rusia, Italia, Argentina, México y próximamente en Cuba.

Entre sus títulos más destacados figuran «Príncipe de lluvia y duelo», «Cielo a media asta» y «Un tren viaja al cielo de la medianoche», entre otros. Su obra ha sido traducida a seis idiomas y reconocida por críticos literarios de ayer y de hoy, aunque fue vetado por las grandes editoriales durante la 4ta República debido a su militancia revolucionaria.

Su poesía también nace del testimonio. En 2005, fue invitado por Fidel Castro a visitar los campamentos de médicos cubanos en Pakistán, tras el devastador terremoto que dejó más de 100 mil muertos. Durante ocho noches escribió dos libros: «Los niños del infortunio» y «Memorias de Gulan Rubani», una elegía al dolor y a la esperanza. Fidel presentó la obra en La Habana, y junto a Chávez, Saab compartió su testimonio en la Feria del Libro de 2006.

Pese a sus responsabilidades de Estado, asegura que nunca deja de leer y escribir. “A donde yo voy, me acompaña un morral de libros”. Para Saab, la poesía no es un ejercicio de vanidad: “No soy un autor de estar todos los años publicando. Uno tiene que darse el tiempo, para que cada libro sea una especie de luz en medio de la oscuridad”.

Ver fuente