se sigue olvidando de su principal personaje femenino
La semana pasada se estrenó por fin en España ‘Kimetsu no Yaiba: La fortaleza infinita‘, y es un espectáculo visual tremendo que no va a dejar indiferente a los fans del anime. Gran parte de los protagonistas tuvieron su momento para brillar en los tres combates que nos dejó la película, aunque también se me quedó una espinita demasiado clavada: Nezuko sigue sin pintar nada.
¡Aviso! Este artículo contiene spoilers de ‘Kimetsu no Yaiba: La fortaleza infinita’
El momento llegará, pero mientras tanto…
La historia de ‘Kimetsu no Yaiba‘ arranca cuando la familia de Tanjiro Kamado es asesinada por un demonio… Todos, excepto por su hermana pequeña Nezuko, que es transformada en un demonio. Aunque Nezuko consigue evitar la transformación completa gracias a su amor por Tanjiro (y muchísima fuerza de voluntad y entrenamiento) y se termina convirtiendo en una aliada tremendamente poderosa para el Cuerpo de Exterminio de Demonios.
Aún así, uno de los elementos que menos disfruto de ‘Kimetsu no Yaiba’ es el tratamiento de Nezuko. Quien, a pesar de ser parte del grupo principal que forman su hermano Tanjiro, Zenitsu e Inosuke, casi no tiene personalidad. O, por lo menos, no la dejan brillar demasiado.
Durante las tres primeras temporadas del anime va con un bozal para evitar que muerda a alguien, con lo que Nezuko nunca puede hablar ni compartir lo que le pasa por la cabeza. No solo eso, también a menudo está escondida en la caja de madera que la protege del sol y con la que Tanjiro la transporta de un lado al otro. Así que o no la vemos, o no la oímos, a pesar de que debería ser nuestro personaje femenino más importante.
Sí que es cierto que cuando Nezuko se desata y saca partido a sus poderes de demonio es uno de los personajes más poderosos de todo el anime, aunque tristemente a menudo queda reducida a ser poco más que una mascota cuqui y un recurso narrativo (sin pararnos a hablar de la cosificación en su «forma adulta»)
Las cosas cambian con el final de la tercera temporada, en el que Nezuko está lista para sacrificarse y salvar a su hermano Tanjiro. Aunque en lugar de morir abrasada por el sol, resulta que se ha vuelto inmune a él. En este punto se convierte en el nuevo objetivo de Muzan, ya que es el primer demonio que ha conseguido «conquistar el sol». Pensaríamos que a partir de aquí Nezuko se volvería más relevante para la trama y tendría un papel más activo… pero ¡NOPE!
A partir de aquí Nezuko es prácticamente apartada de la trama principal de ‘Kimetsu no Yaiba‘ y se convierte en un tesoro a proteger. Todas las grandes batallas giran en torno a ella y se puede decir que Nezuko Kamado es ahora mismo el personaje más importante de toda la serie, y sin embargo se le sigue negando tener ninguna agencia en su propia historia.
Y es que durante ‘La fortaleza infinita‘ apenas aparece en una pequeña escena, con Sakonji Urokodaki, Shinjuro Rengoku y Tengen Uzui protegiéndola en caso de que Muzan venga a por ella. O listos para matarla si llegamos a ello, depende de cómo se mire.
Todos estos problemas no son culpa necesariamente de Ufotable, que está marcándose una adaptación formidable que eleva con creces el manga de Koyoharu Gotouge. Pero, teniendo en cuenta que la película de ‘La fortaleza infinita’ ha introducido algún cambio frente al manga, también podría haber mostrado alguna que otra escena adicional centrada en Nezuko haciendo algo más que estar debatiéndose en un sueño febril.
Que, con todo y si lo comparamos con otros animes, creo que ‘Kimetsu no Yaiba’ no lo hace demasiado mal con sus personajes femeninos y tiene un reparto de cazadoras y demonios buenísimo. Con mujeres que demuestran diferentes tipos de fortalezas y sensibilidades y que prueban una y otra vez ser importantísimas para la trama. Porque ahí tenemos a Shinobu, Mitsuri o Tamayo. Pero, considerando la importancia de Nezuko en la historia, me da una pena tremenda a lo que se queda reducida en demasiadas ocasiones.
Si venimos del manga, sabemos que Nezuko será clave en las últimas etapas de la historia. Aunque es una pena que tenga solo momentos contados para demostrar todo lo que puede darnos.
