Sabotajes
Las tres explosiones ocurridas en Caracas recientemente deben haber puesto en alerta a los servicios de inteligencia. No hace falta ser un genio para saber que nuevamente se está activando un plan de sabotaje, de cara al nuevo proceso electoral; y para amedrentar a la ciudadanía.
Es un estilo que no cambia, a pesar de los fracasos recurrentes que ha tenido la oposición durante estos veinte años. Es como contar una vieja historia. Primero comenzaron en tiempos de Chávez, con la campaña de insultos y vejaciones, que incluyó el racismo que le brotaba por los poros. El problema no era Chávez, sino que era un zambo, indio, mono, militarcillo, pata en el suelo, drogadicto, homosexual, y hasta c.. de su madre (recuerden a Felipe Mujica, entonces jefe del MAS) Pero la campaña no resultó. Entonces el imperio diseñó una nueva estrategia: sabotear la industria petrolera, y los venezolanos pagamos por largos meses la barbarie de dejar al país sin gasolina y las largas colas de días enteros durmiendo en el carro, para poder surtir. Pero la estrategia del Arañero, terminó por rendirlos, no sin dejar la industria hecha añicos. Hay máquinas a las que le destrozaron las tarjetas, que para entonces costaban cinco millones de dólares. Destruyeron lo que pudieron. Los privilegiados de Dios, habían perdido su privilegio.
Vino entonces el periodo de las violencias, con la primera fase de las guarimbas y las nutridas marchas, las cuales culminaron con la movilización desde Chuao hasta Miraflores, que terminó con un montón de muertos, chavistas todos, incluyendo un fotógrafo, asesinados por la entonces Policía Metropolitana.
Después vino la campaña desde el exterior y el acorralamiento a los militares. “Generales en pantaletas” recuerdan aquel artículo de un oscuro personaje, abogado de la Universidad de Carabobo.
Esa fue la persecución contra Chávez, quien, al morir, le tocó a Maduro recibir las andanadas, con la segunda fase de las guarimbas que le costaron al país 47 muertos, incluyendo, degollados por guayas, quemados, muertos por ladrillos y tres niños aplastados en el frente de su casa porque un animal les tiró un camión encima. Fueron tres meses que también le costaron al país miles de millones. Hasta que todos se fueron de Venezuela, incluyendo los que soltó el gobierno. Están regresando nuevamente, e intentan ponerse de acuerdo en quién será el candidato, aunque los dos inhabilitados arrancaron adelante.
Y parte de ese desastre incluye el sabotaje, el terrorismo, el amedrentamiento a la población. Y es seguro que antes de las elecciones de 2024, veremos muchas más explosiones en distintas partes del país.
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