28 marzo, 2024
¿Y el tiempo de vivir?


Los ciclos de guerra que registra esta cuasi humanidad, tienen los mismos muertos: pobres, ilusos soñadores, creyentes en valores impuestos y mensajes manipuladores. Una especie de ley, en tanto continuidad y certeza, que rige a lo largo de la historia de la explotación, que tiene como primer actor la propiedad privada y los de las ganancias y los privilegios.

Y a lo largo de los miles de años de la historia del pre-hombre lo que ha aumentado vertiginosamente, no es su vida-existencia sino las posibilidades de destrucción. Hoy los poderes de la dominación cuentan con armas nucleares, máxima expresión de una fuerza que se siente invencible.

Hemos sostenido antes y lo ratificamos: es materialmente imposible una abierta guerra nuclear. No precisamente porque los grandes poderes cuiden de los habitantes de este mundo muerto, sino porque velan por sus propias vidas.

Sin embargo, la guerra de los imperios se mantiene a punta de amenazas. Nadie se atreve a afirmar que, en circunstancias desconocidas y con antelación, no pueda ocurrir una agresión diabólica y criminal, dado que su acción iría más allá del poder imperial. Se estaría asesinando al grueso de la población sin responsabilidad alguna ni participación directa en la toma de decisión de esta tragedia.

En este momento la Otan amenaza con cercar a Rusia y obligarla a retirarse de Ucrania. Esto no parece tener viabilidad y todo irá a la diplomacia, la negociación. Mientras, seguirá la muerte de inocentes de una guerra que para nada les pertenece.

Y esta amenaza nuclear, que tiene el epicentro en Rusia-Ucrania y su consecuente proyección, crea un efecto destructor que no es exactamente nuclear, pero que irrumpe en la producción economía mundial. Es la gran desestabilización que imponen los grandes poderes a los menores y éstos a los de abajo.

¿Es de esta manera, por este camino, como logrará sobrevivir el imperio yanqui y detener el chino-ruso y correspondientes aliados?

Ya están muriendo muchos de los utilizados por los imperios en sus guerras. Pronto podrían contarse por millones. ¿Y hay algún espacio del vivir en medio de esta guerra imperial o todo es inscripción en la muerte-destrucción?

Sancho, En medio de esta fiesta imperial para el capital está la tragedia de las mayorías que ya no tienen base para aspirar ni siquiera a la sobrevivencia. ¿Inevitable entonces vislumbrar una mortandad sin precedente?

@ABlancoMunoz

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