Tiró 12 innings perfectos, y fue el pitcher derrotado

Aquello fue la derrota perfecta.
Y la historia es sencilla y dramática.
Harvey Haddix, zurdo y diminuto, pero fiero competidor, estaba uniformado de Pirata de Pittsburgh cuando tiro 12 innings perfectos, ¡hizo 36 outs en fila!. Y sin embargo, perdió 1-0 en el décimo-tercero. Ocurrió en la noche del 26 de mayo de 1959 en Milwaukee, donde entonces jugaban los Bravos.
Solo se han registrado 24 juegos perfectos en la historia de las Grandes Ligas, y este de Haddix, que no cuenta en ese grupo, ha sido sin embargo, el único en extra-innings. En Series Mundiales, desde 1903, se ha tirado nada más el de Don Larsen, Yankees, frente a los Dodgers, el ocho de octubre de 1956.
Haddix terminó su carrera de 14 temporadas en 1965, con record de 136-113, 3.63, y sin la menor posibilidad de llegar al Hall de la Fama. Números parecidos a los de Fernando Valenzuela, 158-133, 3.49, en 15 campañas. Y como Valenzuela, 21-11 en 1986, este otro zurdo ganó 20 veces una sola vez, en 1953, 20-9.
Pero Harvey, nativo de Medway, Ohio, quien murió el ocho de enero de 1994, en Sprinfield, Ohio, a los 68 años de edad, pasó a la historia por aquel final tan decepcionante.
Dominaba una alineación que incluía del segundo al sexto bateadores, a Eddie Mathews, Hank Aaron, Joe Adcock, Wes Covington y Deelmar Crandall.
Del otro lado, Lew Burdette permitió 12 hits en 13 innings, pero no le llegaron a home.
El Milwaukee County Stadium recibió esa noche 19 mil 194 personas. Había gruesa humedad, ambiente nublado y amenaza de lluvia.
En los primeros tres innings, la violenta recta de Haddix, y una slider casi imbateable, hizo los nueve outs con roletazos y flies, más dos struckouts, de Adcock y Burdette.
“Creo que estábamos en el quinto cuando ví la pizarra y me dije, ‘¡ah bueno, estoy tirando sin hits!’. Pero no me daba cuenta que era perfecto” recordó más tarde el zurdo.
En el noveno, Andy Pafko, struckout, fue el out 25 consecutivo. John Logan elevó al leftfield, y Burdette struckout. Así continuó en el tránsito por el primer extra-innings perfecto en las Mayores.
Ahora, ¿cómo perdió el juego este hombre?.
Burdette, lejos del no-hit, pero autor de puros ceros, colgó su cero número 13. Y entonces en la segunda parte de ese mismo inning, Haddix se enfrentaba a su bateador número 37 de la noche, el boricua Félix Mantilla, quien había reemplazado a John O´Brien en segunda base.
Félix conectó roletazo por tercera, el cual parecía garantizar que la perfección se prolongaría. Sin embargo, no… Don Hoak recogió bien pero tiró cortó a primera. Rocky Nelson no pudo dominar el bote. Error en el tiro del tercera base. Primer corredor de los Bravos en todo el recorrido.
Mathews se sacrificó. Mantilla en segunda con un out. Por base por bolas intencional a Aaron, quedaron dos en bases. Adcock al bate, quien no había sacado la bola del infield, por lo que había esperanzas de un doubleplay. Pero en cuenta de 1-0, conectó línea entre right y center, sobre las bardas. ¿Jonrón?… ¡quién sabe!… Mantilla anotó. Pero más nadie.
Porque después de pisar segunda, Aaron se fue al dugout, seguro de que el juego había terminado. Addock siguió su marcha por las bases, es decir, sobrepasó a Aaron, por lo que fue declarado out por Regla, y se le anuló el recorrido a tercera base y a home. Su batazo fue declarado solo doble, por la pifia de Aaron al irse y de Addock mismo, al seguir el trote. Pizarra final, 1-0. Dejados en el terreno.
“Estoy muy orgulloso de ese juego” comentó años después Harvey, “porque yo era un muchacho de un pequeño pueblo que hacía buena historia en el beisbol”.
Acerca de este juego imperfecto se ha escrito y se ha hablado mucho durante 65 años, más que sobre ninguno de los numerosos juegos sin hits en la historia.