20 mayo, 2024

Tiene solo seis episodios y arrasa en Netflix. La esperpéntica miniserie del creador de ‘Big Little Lies’ con Jeff Daniels como un magnate inmobiliario en bancarrota

Tiene solo seis episodios y arrasa en Netflix. La esperpéntica miniserie del creador de 'Big Little Lies' con Jeff Daniels como un magnate inmobiliario en bancarrota


La plataforma Netflix sigue fabricando series que, de repente y sin apenas promoción, acaparan el podio de lo más visto. Si hace unas semanas llegaba ‘Mi reno de peluche‘ (que sigue siendo número 1 en la plataforma), ahora nos encontramos en el bronce del podio (plata si solo contamos las series de habla inglesa según su top 10 oficial) una miniserie que nos lleva a un juego de poder financiero tremendo.

Una ficción que de primeras puede llamar la atención del espectador: protagonizada por Jeff Daniels (y con Diane Lane rondando por ahí), con David E. Kelley, el creador de algunas de nuestras últimas obsesiones (‘Big Little Lies‘ o ‘El abogado del Lincoln‘), con Regina King dirigiendo, y basada en la novela homónima de uno de los grandes literatos estadounidenses, Tom Wolfe.

Estoy hablando de ‘Todo un hombre‘ (A Man in Full), miniserie de tan solo seis episodios que nos lleva a todo un juego de poder, financiero, social y político, en Atlanta (Georgia, Estados Unidos). En pocos minutos nos metemos un mundo de hombretones, de lo macho llevado al mundo de los negocios y, sí, de protagonistas terribles.

Hombretones en Atlanta

La figura principal es uno de estos hombres: Charles Croker (Daniels), una antigua estrella deportiva y actual magnate inmobiliario que se ve asediado cuando se enfrenta a la bancarrota y los bancos le dicen que ya no piensan darle ni un solo dólar. Ante él, Zale (Bill Camp) un banquero dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano para que el otro apoquine hasta el último centavo.

No son las únicas tramas de gente terrible, también veremos la campaña algo inmoral de reelección del alcalde (William Jackson-Harper), un ejecutivo del banco (Tom Pelphrey) denunciado por una mujer con la que mantenía sexo y un tipo normal y corriente (Jon Michael Hill) que, de repente, se ve detenido por asalto a la autoridad después de una discusión con un agente de tráfico.

Como podéis intuir, el fuerte de la serie es estos personajes algo exagerados y marcados que rezuman esta ambición y el tenerlos «cuadrados» con cierta intención (al menos la novela original los tenía) de hacer algo de sátira sobre esta cultura del macho, del capitalismo salvaje. De hecho, en el fondo esto podría haber sido una saga de millonarios tipo ‘Billions‘ o incluso tener esa ironía de ‘Succession‘. Ni lo uno, ni lo otro, ni todo lo contrario.

Y es que, si bien es innegable cierta tendencia al esperpentismo —se busca, desde luego, que todo sea un pelín grotesco y descomedido— y es ligeramente entretenida, el tono es algo monótono y hay una ligera sensación de que se quedan en cierto terreno de nadie. Con tales elementos se podría tirar hacia algo muy satírico o, por el contrario, con cierto mamarrachismo, pero se quedan en algo demasiado monocromático.

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