13 octubre, 2024

Retos del profesor universitario – Últimas Noticias

Retos del profesor universitario - Últimas Noticias

Para Simone…

En octubre del año pasado, un profesor de química fue despedido de la Universidad de Nueva York (NYU) producto del reclamo de un grupo de sus estudiantes, quienes se quejaron de los altos niveles de exigencia del docente y cómo ello afectaría su futuro profesional. Esto desató una polémica en los medios estadounidenses acerca de la actitud y proceder de los profesores en la etapa postcovid-19. ¿Debemos los docentes universitarios bajar, mantener o aumentar la exigencia ante las nuevas realidades que se imponen en la sociedad contemporánea?

Esa fue la pregunta que se intentó responder en la diatriba pública planteada en periódicos y programas de TV. Sin embargo, la respuesta de la NYU ante el despido irreversible del renombrado profesor e investigador no se centró en la exigencia académica sino en la calidad pedagógica, es decir, pasó de un concepto general y abstracto, como lo es la educación, a un hecho concreto y particular: la incapacidad profesional de ese docente para formar a sus estudiantes ante las nuevas realidades.

Es inevitable pensar en la universidad venezolana. Los cambios exponenciales, no sólo de la tecnología sino también de la sociedad en su conjunto, obligan a las y los docentes no sólo a pensar exclusivamente en los niveles de exigencia, sino también en cómo estamos enseñando.

Hoy en día, se requieren docentes entrenados pedagógicamente y con un conocimiento profundo de las actuales herramientas de enseñanza y evaluación de saberes, aspectos que se han visto afectados por la excesiva profesionalización de las carreras universitarias. Además, es urgente y perentorio, ante los tiempos que vivimos, contar con pedagogos de pregrado que tomen en cuenta la complejísima diversidad contextual que afecta el proceso educativo de cada joven.

En nuestras aulas de pregrado ingresan estudiantes con dudas, depresión, miedos, en fin, durísimas condiciones que tienen su génesis en las crisis globales y locales, los cambios paradigmáticos de la economía y la política, así como la amenaza permanente de nuevas pandemias, guerras y un deterioro ambiental irreversible. “Enseñar” en una universidad sin tomar en cuenta esa inmensa complejidad no es justo para el país y, sobre todo, no es justo para esos jóvenes que esperan tanto de nosotros, como la sociedad espera de ellos.



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