28 abril, 2024

Real Madrid venció al Granada con goles de Brahim y Rodrygo y es líder de LaLiga

Real Madrid venció al Granada con goles de Brahim y Rodrygo y es líder de LaLiga


El equipo merengue de Real Madrid venció a Granada con goles de Brahim y Rodrygo y ahora comanda LaLiga

El Madrid sostiene el pulso por el primer puesto despachando un partido cómodo, sin apenas oposición de un Granada que se conformó con no salir goleado de Chamartín. En la regularidad blanca tiene especial relevancia Toni Kroos, que ha convertido en costumbre lo que es dificilísimo. Mejora cada jugada que pasa por sus pies, y es capaz de ver lo que no ve casi nadie. Como en el pase del primer gol, una delicatessen que Brahim convirtió con la serenidad de un titular indiscutible. Ambos brillaron en un encuentro sin complicaciones, en el que Lunin no tuvo que intervenir.

Saltó el Madrid al Bernabéu con la obligación de responder a la victoria del Girona, que no falla. Tal vez por ese motivo decidió Ancelotti repetir el once de la Champions salvo Ceballos, falto de rodaje. En su lugar entró Joselu para cargar el ataque ante un Granada deprimido, a la expectativa de lo que pueda aportar su nuevo entrenador, Alexander Medina. Su primer plan se fue al garete a los cinco minutos por la lesión del meta Raúl. Tardó su tiempo Ferreira en entrar, lo que enfrió aún más el gélido ambiente del Bernabéu.

Es verdad que no necesitó demasiado el Madrid para desbloquear el marcador. Un tiro a puerta, un gol. Fue, eso sí, una acción brillante, de alta ingeniería alemana. Toni Kroos viene gobernando los partidos con suficiencia, sea quien sea su compañero de viaje. Con Tchouaméni primero, con Camavinga después y ahora con Valverde, el alemán ha convertido la excelencia, enviar cada pase al lugar exacto, en una rutina. Probó con un balón picado a Carvajal que no pudo resolver el lateral, agobiado por la zaga. Poco después, como el mejor quarterback, controló en su línea y sirvió el pase exacto para dejar mano a mano a Brahim Díaz, que resolvió con frialdad. El malagueño celebró su diana reivindicativa, esa que hace más inexplicable su ostracismo en el primer tercio de torneo, y se fue a limpiar la bota del 8, ese modelo único, personal e intransferible que él se limpia personalmente.

El 1-0 fue lo mejor de un primer acto plomizo, en parte porque el Madrid viene castigado de tensión y de minutos, y en parte porque el Granada se multiplicó para evitar daños en defensa. Por si llegaba al tramo final con opciones de puntuar. Quien caldeó el estadio fue el árbitro, González Fuertes, que empezó castigando las protestas de Bellingham y Rüdiger más que cualquier falta deliberada, como una de Sergio Ruiz, y cerró el primer tiempo pitando el final con córner a favor del conkjunto blanco. «Crorrupción en la Federación» y broncazo al descanso para el asturiano. Otro de los que lo hacen casi todo bien, según Medina Cantalejo.

Entró Lucas por Carvajal en la pausa, pieza por pieza, así que la inercia fue similar. Control blanco a ritmo bajo, sin salidas visitantes por orden de Kroos, siempre bien ubicado. Amenazó Brahim desde la derecha, parándose en el área y cruzando desviado. Desde la izquierda reventó el partido, tras recibir un buen pase de Joselu en profundidad. Ganó la posición a Miquel, sirvió el gol a Bellingham, Ferreira firmó la parada de la tarde y Rodrygo acudió desde la derecha para remachar. El brasileño viene con la flecha hacia arriba y es otro respecto al que arrancó la temporada. La confianza del técnico en aquellos días melancólicos tiene premio. Rodrygo ahora vuela.

Confirmado el mal trago del Cacique, relevó a Uzuni y Manafá, inadvertidos, para buscar alguna reacción. Más allá de algún escarceo de Bryan Zaragoza o de Boyé, apenas hubo noticias del cuadro nazarí. Está donde está por su falta de juego, y además no le sale nada a derechas. Perdió por lesión de inicio al portero y a su mnueva estrella, Bryan, al final. Ancelotti tardó bastante, más incluso que lo habitual, en hacer cambios con el partido prácticamente resuelto. Metió al final a Nico Paz, que no se corta para buscar el disparo, aunque volvió a no agotar cambios. Dejó a Bellingham hasta el final, como si buscara su golito, con el hombro y el tobillo lastimados. En una tarde discreta del inglés, se fue al vestuario aclamado por el público. Es el idolo. Indiscutible.

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