Plan israelí “rendición o hambre” arriesgaría la vida de unos 400 mil palestinos
Un grupo de generales retirados de las fuerzas militares de Israel presentó la estrategia de “rendición o hambre”, que busca bloquear completamente la entrega de ayuda humanitaria al norte de la Franja de Gaza, con el fin de aumentar la presión sobre el movimiento palestino Hamás.
El plan dará a los palestinos una semana para abandonar el tercio norte del enclave, incluida la ciudad de Gaza, antes de que sea declarada zona militar cerrada. Sin embargo, advirtieron que aquellos civiles que “no quieran o no puedan” abandonar el área serán privados de alimentos, agua y medicinas; pero también que serán considerados combatientes y podrán ser asesinados por las tropas israelíes, refiere RT.
Las pretensiones del Estado sionista fueron criticadas por las Naciones Unidas, organizaciones humanitarias y el Gobierno de Estados Unidos (EEUU).
En ese sentido, el secretario de Defensa norteamericano, Lloyd Austin, se comunicó con su homólogo israelí, Yoav Gallant, a quien le manifestó su “preocupación” por la terrible situación humanitaria en el norte de Gaza. También insistió en la necesidad de “tomar medidas urgentes para abordar” la crisis.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, declaró que Washington está en contra de cualquier plan que suponga una ocupación directa en Gaza.
Civiles en peligro
El coordinador humanitario de la ONU, Muhannad Hadi, denunció el domingo que los civiles del norte del enclave palestino están aislados de suministros y servicios esenciales.
“La presión sobre las más de 400.000 personas que permanecen en el norte de Gaza para que abandonen el territorio y se dirijan hacia el sur está aumentando”, subrayó.
“En las últimas dos semanas, más de 50.000 personas han sido desplazadas de la zona de Jabalia, que se encuentra aislada, mientras que otras permanecen atrapadas en sus hogares en medio de un aumento de los bombardeos y los combates”, agregó.
Los grupos de derechos humanos también se sumó a esta ola de rechazo, al destacar que este plan israelí podría provocar la muerte por hambre de civiles y que contradice el derecho internacional, que prohíbe el uso de alimentos como arma y los traslados forzosos.
“Hay señales alarmantes de que el Ejército israelí está empezando a implementar silenciosamente el plan. Los Estados tienen la obligación de prevenir los crímenes de inanición y traslados forzosos”, instó una coalición de ONG israelíes.