18 abril, 2024
odio en internet aumenta ataques en escuelas

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, atribuyó al “odio en internet” y a las políticas en favor de las armas de su antecesor, Jair Bolsonaro, el aumento de ataques armados contra escuelas en el país.

El jefe de Estado brasileño hizo la declaración durante una reunión con los jefes de los poderes públicos para discutir los últimos episodios de terror en las escuelas en donde reconoció que “la violencia existe desde siempre”, pero expuso que las plataformas digitales “ganan dinero con la divulgación de la violencia y están cada vez más ricas”.

Además, criticó las decisiones de Bolsonaro porque facilitaron a los civiles acceder a armas más fácilmente, lo que deja en apuros al Estado para controlarlas.

También, descartó convertir a los centros educativos “en una prisión de máxima seguridad, que no tiene solución”, ante la propuesta de algunos sectores políticos de aumentar el gasto de vigilancia y controles de armas en las escuelas.

“Si tratamos de hacer eso, estamos demostrando que no servimos para mucho, porque no sabemos cómo resolver el problema real”, explicó.

Balance de los ataques

Por su parte, el ministro de Justicia brasileño, Flavio Dino, detalló que los ataques a centros educativos suman 22 desde 2002. Sin embargo, siete ocurrieron desde junio pasado y cuatro en lo que va de 2023.

El más reciente sucedió el 5 de abril en la ciudad de Blumenau, cuando un hombre de 25 años atacó con un hacha a los niños de una guardería, dejando sin vida a cuatro infantes y un número igual de heridos.

La actuación policial para reducir la posibilidad de ataques hasta la fecha dejó a 225 personas detenidas, 694 adolescentes citados a declarar y 155 allanamientos, en el marco de 1.224 casos investigados.

El ministro Dino añadió que se suspendieron 756 perfiles en las redes sociales y que fueron recibidas 7.433 denuncias de amenazas.

Para el titular de la cartera de Justicia existe una “verdadera epidemia de odio” que “atemoriza a las familias”, y atribuyó este ambiente a “organizaciones criminales estructuradas en las redes sociales”, en la misma línea del presidente Lula.



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