30 abril, 2024
Negocio antielectoral - Últimas Noticias

Hubo un tiempo cuando me causaba asombro el discurso preelectoral de la oposición, el mismo que impulsa en estos momentos, el de sembrar dudas sobre la transparencia del sistema electoral venezolano.

Es una cosa muy rara afirmar que no hay posibilidades de ganar una elección, porque está viciada y, a la vez, pedir a la gente que vote en la próxima contienda por los candidatos que “saben” que el sistema electoral no sirve.

La verdad es que la oposición sabe, y lo sabe muy bien, que Venezuela no cuenta con uno de los mejores sistemas electorales del mundo, sino que tiene, efectivamente, el mejor sistema de elecciones de todo el planeta.

La abierta participación de la oposición en todas las etapas de puesta en marcha, evaluación y comprobación de cada uno de los componentes del sistema brinda todas las garantías que se puedan exigir a unas elecciones.

Por si faltara algo, es un sistema auditable antes, durante y después de las elecciones. Ellos los saben porque todo lo que exigieron les ha sido concedido. Sin embargo, prefieren ocultar este conocimiento e insistir en presentar unas dudas que no tienen.

Parte de este mismo discurso lo compone la constante afirmación de que “el chavismo promueve la la abstención” porque supuestamente le favorece.

Mi asombro de otro tiempo era porque entiendo que todo el discurso preelectoral de esta oposición no hace otra cosa que llamar a la abstención, porque convencen a sus votantes de que las elecciones no hay manera de ganarlas. Quizá por ello no sorprende que esta oposición celebre ruidosamente las cifras de abstención y las considere su victoria.
En algún momento posterior me convencí de que tal discurso era parte de una estrategia de asalto a las instituciones democráticas. Ingenuamente llegué a creer que querían el poder por una vía violenta para no tener que respetar nuestra Constitución. Les sobrevaloré.

A veces creí que tenían la esperanza de que ocurriera una intervención militar extranjera que les resolviera el problema, pero ya no lo creo.

Comprendo ahora que han encontrado un negocio muy lucrativo en ser una “oposición sin esperanza”, unas víctimas del chavismo que no podrían vivir si no fuera por los millones que se jalan de Estados Unidos y de Europa. Su negocio no es cambiar el país, ganan dinero es por mantener todo el caos y el sabotaje que puedan lograr. Hay quienes ya poseen considerables fortunas por fingir estar haciendo política.



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