Mis ojos se cruzaron con los mamá gata
Recuerdo aquel día en que iba rumbo a una jornada de esterilización. Mis ojos se cruzaron con los de una gata. Quería ayudarla, darle un poco de consuelo en medio de tanto desamparo. Fue entonces cuando me acerqué a una joven en un kiosco para preguntarle por ella.
Cada vez que paso por un basurero, me encuentro con esa triste realidad: muchos animales desvalidos, perros, gatos y sus crías, luchando por sobrevivir en un mundo que a menudo les da la espalda. Es terrible ver cómo, a pesar de las circunstancias, aún mantienen esa chispa de esperanza en los humanos.
La chica me explicó que la mayoría de los animales ya habían sido esterilizados, pero esta gata en particular había parido mucho. Le pregunté si se dejaba agarrar y ella me dijo: “Sí, es muy dulce”.
Sin pensarlo dos veces, la recogí y la coloqué en una cesta de ropa sucia. Pero lo que más me impactó fue descubrir a un pequeño gatito, apenas un cachorro, siguiéndome con desesperación. Era su hijo, un vínculo que no pude ignorar.
Ambos recibieron atención médica y están resguardados. Pero la vida en la calle es cruel y la incertidumbre siempre acecha y encerrados en un baño, tampoco es vida. Me duele pensar en el destino incierto que les espera si no encuentran un hogar.
Meloso, así le llamamos al cachorro, es muy nervioso, pero disfruta muchísimo de las caricias. Supongo que Miel, su madre, tuvo muchos sustos durante la gestación. Ellos podrían ser adoptados en hogares distintos, pero mi anhelo es que puedan permanecer juntos como hasta ahora.
Meloso está sano, grande y muy dulce, Miel, desde el principio, tuvo un ojo lloroso, pero mejoraba unos días y volvía a ponersele el ojo chiquito, hasta que noté que ella tenía una lesión en uno de sus ojos. Es casi imperceptible, quién sabe cuál será la historia detrás de eso.
Meloso y Miel, como los llamamos, han enfrentado muchas adversidades. Pero a pesar de todo, conservan una dulzura innata, una fortaleza admirable. Sueño con encontrarles un hogar donde puedan ser amados y cuidados como se merecen.
Si estás dispuesto a abrir tu corazón y tu hogar a estos dos seres vulnerables, por favor, contáctame 0414.025.27.96 Caracas. Ellos necesitan amor, seguridad y una segunda oportunidad para ser felices. Juntos podemos hacer la diferencia.
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