3 mayo, 2024

Luis Alberto Pérez González | ¡Entérate! Presupuesto familiar: ¡Estas son las claves para hacer uno 100% fiable!

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Un presupuesto familiar es un documento en donde se proyectan ingresos, por ejemplo aquellos que obtienes a través de tu empleo o negocios. Y egresos, como los gastos para cubrir necesidades familiares o el pago de deudas

 

DAT.- La vida es dura y su costo aumenta cada vez más. Tanto que a muchas personas les está costando llegar a fin de mes con sus finanzas balanceadas. Esto, sin embargo, puede mejorar: la elaboración de un presupuesto familiar se vuelve esencial ya que nos permitirá conocer a detalle nuestra situación económica y así adoptar medidas que nos permitan vivir más tranquilamente.

Explica Luis Alberto Pérez González que para aquellas personas que nunca han elaborado un presupuesto familiar es posible que al inicio les parezca un proceso tedioso. Ahora bien, con un poco de práctica se podrá hacer sin mayores complicaciones y así tomar las riendas de los gastos en el hogar.

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Elaborando un presupuesto familiar

Un presupuesto es en esencia un documento que incluye tanto los ingresos como los egresos de una familia. Hacer una recopilación mensual de lo que se gana y lo que se gasta permite planificar de mejor manera y ayuda a recortar o reorientar gastos cuando el balance de la cuenta bancaria se va acercando a los números negativos.

El primer paso para la elaboración de un presupuesto es registrar todos los ingresos fijos, es decir, aquellos que se reciben mensualmente de manera segura; por supuesto, hablamos de sueldos u honorarios que se perciben de manera regular pero también pueden incluir pensiones, ayudas sociales, ingresos por rentas o intereses de una inversión.

El segundo paso es el registro de gastos, proceso que conlleva un poco más de trabajo y puede ser aburrido; sin embargo, es esencial que se sea minucioso y honesto, pues de ello dependerá que el presupuesto sea fiable y útil. El registro de los egresos se divide en cuatro apartados:

  • Gastos fijos obligatorios: Son aquellos gastos necesarios y periódicos, cuyo monto y vencimiento conocemos de antemano. Hablamos de la renta y/o hipoteca, seguros, educación, impuestos, créditos. Estos pagos son prioritarios porque de no hacerlos podríamos incrementar la deuda, sufrir penalizaciones o perder nuestros bienes.
  • Gastos variables necesarios: Esta categoría incluye los gastos indispensables para nuestra vida cotidiana pero cuyo monto puede variar mes con mes, por ejemplo, el costo de alimentación, los servicios de vivienda como el agua, electricidad, telefonía e internet; limpieza, transporte, vestimenta y calzado.
  • Gastos discrecionales: Se trata de gastos prescindibles pero que en la mayoría de los casos no queremos descartar. Por ejemplo, el tan criticado café de la mañana de camino a la oficina o los múltiples servicios de streaming que hemos ido acumulando especialmente desde que la pandemia cambió nuestros hábitos de ocio. También incluimos en esta categoría las comidas fuera de casa, el gimnasio, las actividades de esparcimiento, etc. El registro de este tipo de gastos nos permitirá detectar y detener las fugas de dinero, pues es común que no tengamos claro cómo es que gastamos la quincena.
  • Ahorro: Llegamos al rubro del que muchos escapamos cuando hacemos un presupuesto pero que es esencial considerar como si fuera otro “gasto fijo” pues nos ayudará a enfrentar imprevistos. Los expertos recomiendan que del total de nuestros ingresos dediquemos el 50 % a gastos obligatorios y necesarios; el 30 % a gastos discrecionales y el 20 % al ahorro. Pero si te es complicado empezar con ese monto, puedes dedicar al inicio un 10% e ir incrementando el porcentaje conforme mejores el manejo de tu presupuesto y tu situación financiera.

 

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Un presupuesto lo puedes elaborar en una hoja de cálculo como Excel o Google, aunque también existen numerosas apps para teléfonos que te ayudan a controlar tus gastos e ingresos de manera muy sencilla. Hay personas a las que les encanta llenar hojas de cálculo y otras que prefieren registrar todo en su celular. Elige la opción que sea más amigable para ti, pero comprométete a llevar un registro exhaustivo de tus ingresos y egresos.

El trabajo no termina con el registro, falta la tarea más delicada: realizar el balance al final de mes para poder determinar si tus finanzas están en terreno positivo o negativo.

En ocasiones, terminar un mes en negativo se compensa con mejores resultados en otro mes, pero si la balanza siempre está en números rojos, es momento de sacar las tijeras para ajustar tus gastos; comienza por los superfluos o discrecionales, pues dejar de hacer los pagos obligatorios y necesarios pueden repercutir seriamente en nuestra calidad de vida y afectar nuestro historial de crédito o acarrearnos problemas legales.

 

(Con información de Luis Alberto Pérez González)