28 noviembre, 2023

Loyo: Los pescadores venezolanos ocupan el territorio y hacen soberanía

Loyo: Los pescadores venezolanos ocupan el territorio y hacen soberanía


Aunque tradicionalmente el consumo de pescado se da en mayor medida en las zonas costeras, marítimas y fluviales, durante los años iniciales del bloqueo y el sabotaje interno a la producción de alimentos -2017 y 2018- fue la proteína pesquera el sustento de miles de venezolanos que debieron consumirlo ante la dificultad de acceder a otras fuentes de nutrientes. En las costas, más allá de las comunidades de pescadores, muchos se acercaron a pescar para poder alimentar a sus familias.

Venezuela tiene la mayor cuantía de costa Caribe y además una riqueza de afluentes internos en ríos, lagos y lagunas, por lo que es imposible no preguntarse por qué el país no es una potencia marítima. Hay quienes aseguran que tiene que ver inclusive con las modalidades de desarrollo que el propio imperio español negó al país.

En el país están presentes varios tipos de pesca, donde destaca la pesca marítima y la fluvial. Existen a su vez subdivisiones importantes, “en el caso de la pesca está la pesca artesanal se hace referencia a sus 165.000 pescadores artesanales. Luego tenemos la llamada pesca artesanal a gran escala, focalizada en estados como Nueva Esparta y que dedican a un tipo de pesca particular y finalmente, la pesca Industrial”, comienza explicando el ministro de pesca y acuicultura, Juan Carlos Loyo. 

A estas subdivisiones se le agrega la pesca deportiva, la pesca subacuática que no solamente está presente en términos recreativos sino también en captura al utilizar el arpón y, cabe destacar, la pesca con fines científicos.

“En el medio fluvial tenemos la pesca artesanal con doble circunstancia, porque muchas comunidades a la orilla del río ejerzan el doble rol: son campesinos que también pescan artesanalmente allí. Y finalmente está la gran pesca industrial donde Venezuela tiene alrededor de 150 embarcaciones, destinadas a la pesca del atún y las llamadas polivalentes que tienen diferentes artes de pesca para distintas especies”, explica el ministro Loyo.

La pesca polivalente son las embarcaciones modificadas luego de la eliminación de la pesca de arrastre.

Luego viene la acuicultura, donde destaca la producción de camarones, principalmente en Zulia y Falcón que también se da con otras especies. En la marinocultura se da el cultivo de algas, “y finalmente están los sectores conexos que cuentan con unas 34 plantas procesadoras tanto de atún como de sardina, también una importante cantidad de plantas de harina de pescado y luego el sector del transporte con unas 6.000 cavas para la movilización de productos de los recursos hidrobiológicos”, expone Juan Carlos Loyo.

—¿En este panorama cuál es el rol que están jugando los pescadores en este momento histórico del país?

—Si hay un sector donde hay una perfecta continuidad, un hilo histórico de lo que fue el legado del comandante Hugo Chávez Frías es el sector de la pesca y acuicultura. Un hilo que comienza en el 2001 cuando en el marco de las leyes habilitantes nace la Ley de Pesca y Acuicultura, que en el 2008 recibe un importante avance cuando el presidente Chávez decreta la eliminación de la pesca de arrastre y en el 2016, el presidente Nicolás Maduro le da mayor fuerza al crear el Ministerio de Pesca y Acuicultura.

Los pescadores reúnen tres grandes condiciones: primero que capturan la proteína pesquera que nos dan nuestros mares y ríos y la hacen llegar al pueblo. Un segundo rol es que hacen hábitat de nuestros espacios, nuestras comunidades pesqueras son una forma de ocupar el territorio fuera de las grandes ciudades y, un tercer componente, es que el pescador hace soberanía en nuestra plataforma económica exclusiva, en nuestra zona marítima.

—¿Cómo ha sido la evaluación de la pesca históricamente?

—La pesca es un oficio ancestral, uno de los últimos grandes oficios que se mantienen en la humanidad. Nosotros tenemos tradición de pesca desde nuestras comunidades aborígenes. El sector pesquero artesanal no tenía mayor reconocimiento en la cuarta república porque se le dio mucho énfasis a la pesca industrial y el pescador no era un protagonista. Es con la llegada de la Revolución Bolivariana que comienzan a conectarse al comandante Chávez con lo que era por ejemplo la lucha de los pueblos de Sucre, por eliminación de la pesca arrastre que históricamente terminaba dañando el lecho marino, agotando la biomasa de los recursos marinos existentes y la consecuencia directa, es que el pescador artesanal se queda sin los productos para poder desarrollar su actividad. Entre el 2008 y 2013 se saldaron deudas, se ejecutaron programas de financiamiento y de apoyo. Obviamente con las sanciones, el sector ha sido golpeado enormemente, pero se mantiene su reconocimiento político con la creación del ministerio de pesca y acuicultura, con el registro de los pescadores en el Seguro Social y con la simplificación de trámites.

—¿Cuáles son las acciones de apoyo que da el gobierno bolivariano a los pescadores?

—La pesca artesanal en Venezuela aporta aproximadamente el 80% de las 240.000 toneladas de captura nacional.

El gobierno bolivariano actúa en dos niveles: uno es el ordenamiento pesquero, la relación del pescador con su medio físico y está seguido por normas de preservación de las especies, como decían los abuelos, “saca lo que necesite, pero déjale para que esa biomasa pueda seguir reproduciéndose”.  El segundo nivel es la formalización de la actividad pesquera. Existe un flagelo mundial, que es la pesca ilegal no declarada, no reglamentada y que no termina tributando a la economía del país.

Tenemos el programa de microfinanciamiento que es autogestionado. Otorgamos financiamiento para artes de pesca, repuestos para motores y materiales para reparación de embarcaciones, de unas 25.000 embarcaciones artesanales. Es un modelo de economía circular donde el pescador paga el crédito y automáticamente surge otro beneficiario. Existe una bancarización inteligente, el pescador paga con su pesca y ese es el pescado que colocamos en las distintas ferias.

Además de la recuperación de rancherías donde los pescadores ubican sus botes, sus artes de pesca, tenemos el programa Venezuela pesca tu plástico, que el propio pescador organizado en Conppa (Concejos del Poder Popular de Pescadores, Pescadoras, Acuicultores y Acuicultoras) dedican un día de faena a la recolección del plástico y una vez reciclado los ingresos vuelven al propio pescador. Tenemos en todo el país 1.120 Conppa y allí hacen vida un 50% de los pescadores y continuamos organizando. Es una figura inédita en el mundo porque normalmente las comunidades artesanales no están organizadas.

También se mantiene el programa de subsidio a los pescadores en materia de combustible con unos 5.000 barriles de petróleo transformados en combustible que semanalmente se entregan a unas 14. 000 embarcaciones de 7 estados priorizados. Este subsidio se da bajo la lógica de la corresponsabilidad social y cada Conppa devuelve entre 5 o 6 kilos de pescado que ellos mismos distribuyan en las escuelas, ambulatorios y para organizar las ferias del cardumen. También en 2016 se entregaron cavas para transportar la captura y producción.

—¿Cómo se enfrenta la distorsión de los precios por los intermediarios que encarecen el producto?

—Estamos trabajando principalmente en el Mercado Mayorista de Coche que recibió entre enero y febrero unas 600 toneladas de pescado y salen de ahí unas 400 toneladas que se distribuye al resto del país. Coche juega un doble rol en la economía pesquera, por un lado, es el mayor fijador de precio aguas abajo pero además cuando las cavas van a pagarle al pescador llama para saber cuál es el precio en Coche.

Tenemos una desigualdad en las capacidades de distribución. 70 cavas de las cuales se están operando 60 versus el universo de la economía capitalista que son 6.000 cavas en todo el país. La estrategia nuestra es enfocar las 60 cavas directamente en operativos como la Feria del Cardumen para incidir el fin de semana en los precios en Caracas, que bajan inmediatamente en Coche por la acción coordinada.

—¿En el año 2022 cómo estuvieron las cifras la producción pesquera del país?

—Cerramos el año con un aproximado a unas 252.000 toneladas de producto de las cuales cerca de 42.000 toneladas es producto de la acuicultura, la producción de alimentos del recurso hidrobiológico. De allí, 38.000 toneladas fueron directamente exportaciones de camarón. Tenemos un sector camaronero que está exportando a más de 18 países del mundo. El Gobierno bolivariano ha creado las condiciones para que el sector privado exportador de camarones pueda acceder al mercado europeo, al ruso y al chino.

El resto de la oferta es producto de la captura de las distintas especies que hacen vida en nuestro país. En los dos últimos años la marinocultura ha producido algas que se incorporan a la exportación.

—¿Cómo se han alcanzado estas cifras de producción y lograr abastecer en buena forma el mercado nacional y la exportación?

—Un trabajo importante que hemos hecho en estos últimos 11 meses es hacer cumplir un ordenamiento pesquero que son normas que rigen la actividad de la pesca y la acuicultura y aseguran unos niveles de sostenibilidad, porque en la pesca se ve un fenómeno que es el agotamiento por sobreexplotación.

—¿Cómo se prepara la distribución de la pesca para Semana Santa?

—Los indicadores señalan que los primeros seis meses del año hay mayor consumo de la proteína pesquera y detectamos que el punto más alto de consumo y precio está en la Semana Santa, por eso comenzamos la operación Venezuela come pescado, el 4 de febrero, y tiene varias herramientas; la feria del cardumen, la presencia nuestra en el Mercado Mayorista de Coche, la activación de puntos y distribución directa. Nuestra aspiración es activar 1.200 puntos de este tipo de distribución.  También invitamos a los distribuidores privados para señalarles que si estabilizamos el precio aumentamos el consumo a lo largo de todo el año.

Hemos incorporado la noción gastronómica para dar a conocer la variedad y la diversidad de especies que en nuestras zonas marinas y fluviales son consumidas.

—¿Cuáles son los sectores productivos del país que están involucrados?

—El sector primario, lo más importante, los pescadores y acuicultores que son los que tienen el componente de la captura y la producción. El sector secundario que tiene que ver con la distribución, los 6.000 vehículos y además cadena de frío que existen a escala nacional. Y el sector terciario que tiene que ver con el procesamiento Industrial, 34 plantas vinculados solamente para el caso del atún y las sardinas y otras especies menores y 10 plantas vinculados a todo lo que es la producción de harina de pescado.

—¿Cómo impactaron las sanciones en el sector pesquero?

—En el sector hubo una resistencia activa. Sin embargo, nos golpearon con el combustible, que es la esencia de su trabajo porque afecta a su medio para poder llegar la captura.  Los artes de pesca son productos importados que no se producen en Venezuela.  Podríamos producir algunos, sobre todo los dependientes del plástico, pero obviamente tenemos que esperar a tener unas mejores condiciones de la economía nacional. La capacidad de financiamiento ha mermado. Para nadie es un secreto que nuestro país no tiene la misma posibilidad de financiamiento que hubo entre el 2008 y 2013.

A pesar de lograr todas las condiciones en permisos para exportar a Estados Unidos, Europa y para el mercado asiático, se nos presenta como costo que no hay suficiente cantidad de navieras, de vuelos, de salidas directas del país para colocar en esos mercados, por las sanciones. De hecho, muchos de nuestros productos llegan primero a Trinidad y Tobago para que vayan en vuelos directos a otros mercados.

En el caso de los camaroneros, por ejemplo, ellos se enfrentan a que podrían triplicar la capacidad de exportación si no tuviésemos bloqueada la capacidad de navieras que viniesen a Venezuela para distribuir a otros mercados.

—¿Los pescadores organizados son una primera línea de defensa del país?

—Total y absolutamente. Tenemos tres grandes zonas de pesca y allí quienes navegan es la flota de pescadores venezolanos y eso es una presencia de soberanía, porque toda embarcación en nuestras aguas tiene que tener bandera del país, un registro tiene que tener un zarpe que otorga el Inea. Si ves el mapa aguas adentro a lo largo del río Orinoco y toda su desembocadura hasta más allá de Elorza, en frontera con Colombia, quienes hacen vida allí son los chalaneros venezolanos. Son los pescadores venezolanos una forma de ocupar el territorio y hacer soberanía.

—¿Eso fue lo que permitió hacerle frente a la operación Gedeón?

—El Conppa Furia de Chuao había escuchado que debían estar pendiente de nuestras costas y salieron en la madrugada a caminar y es donde se dan cuenta que hay un bote, que inmediatamente reconocieron que no era un bote que pertenecía a la comunidad pesquera.

—¿Es lo importante de la organización popular dando sus frutos?

—Nuestra meta es llegar al 100% de los consejos de pescadores organizados en Conppa. Cada día que llegamos a una comunidad pesquera y no tienen Conppa lo organizamos junto a los pescadores y ellos ven los frutos. Eso les da mayor capacidad de organización y hasta seguridad ante cualquier eventualidad, por lo que tienen contactos con Guardacostas. Es una organización maravillosa.

—¿Cuál es el consumo de pescado del venezolano?

—Estamos en casi 9 kilos per cápita al año y nuestra estimación es llegar al 2030 con aproximadamente 15 kilos de consumo de pescado por cada venezolano. Trabajamos para asegurar que un kilo de pescado tenga el mismo precio que un kilo de pollo y de esa manera la población puede utilizar la proteína según su predilección.

Metas al 2030

  • “Sostenibilidad de la pesca, que los niveles de captura dejen beneficios al pescador en condiciones de explotación sostenible, el resguardo de nuestro hábitat y lograr estabilidad en la economía pesquera”.
  • “Fortalecer el programa de mujeres en Conppa, que se organizaron en procesadoras, más allá de la captura, y construyen una economía más diversa y agregan valor a la pesca”.
  • “Soberanía sobre toda nuestra pesca industrial, para que ni un kilo de pescado esté fuera del territorio venezolano, a menos que sea para exportación”.
  • “Incrementar el papel de la acuicultura y llevarla a la par de la pesca. Capturamos y también producimos para el aprovechamiento de nuestro espacio acuático”.
  • “Mayores industrias en Venezuela que generan más empleo, mayor capacidad de exportación y satisfacción del consumo”.



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