28 marzo, 2024

Los océanos ganaron una – Últimas Noticias

Los océanos ganaron una - Últimas Noticias


Costó. Pero parece que al fin los océanos del mundo y sus animales, vegetales y microorganismos, ganaron una. Y con ellos nosotras y nosotros también, porque todo lo que ayude a preservar la salud del planeta es bueno para los humanos. El pasado 4 de marzo los países miembros de las Naciones Unidas, luego de casi veinte años de negociaciones, llegaron a un acuerdo sobre un llamado “Tratado de alta mar”. Se trata de proteger las aguas internacionales, las que no pertenecen a ningún país y que hasta ahora estaban prácticamente libradas a su suerte. Estamos hablando de una extensión gigantesca, que cubre cerca de la mitad de nuestro planeta. A primera vista podría parecer que tanto mar no hace falta cuidarlo, pero sí: hasta sus últimos rincones está llegando el impacto negativo de una excesiva actividad humana. Lamentablemente, la economía que nos rige no está adaptada a nuestra época, y se mueve según el modelo de una máquina incesante y muy inequitativa de ganar dinero, que asume los recursos de la Tierra como infinitos. 

Ahora ese ávido uso de nuestro hermoso globo azul se controla un poco: el tratado abre un camino para llegar al llamado 30×30, que es conservar el 30% de los océanos y tierras para 2030. Ello es importante, aunque el biólogo Edward O. Wilson -fallecido hace dos años- hablaba de que deberíamos respetar medio mundo: conservar sin explotar 50% de la Tierra. Ojalá se llegue al 30% y luego más allá. De nosotras y nosotros depende.

El tratado permite establecer santuarios marinos totalmente protegidos. Y contempla realizar estudios de impacto ambiental previo a cualquier uso de los recursos de los mares y los fondos marinos, como serían la pesca, las explotaciones mineras o petroleras a profundidad, o la disposición de estructuras para aprovechamiento de energía del viento o las mareas. También promueve la cooperación entre países para llegar a conocer los mares (apenas el 20% de los fondos marinos están cartografiados). Y regula la utilización de los llamados recursos genéticos: la información que se logre sobre la genética de seres vivos marinos deberá compartirse. A fin de que pueda ser conocida y eventualmente aprovechada por toda la humanidad (en medicina, agricultura, industria…).  (Twitter: @AuroraLacueva)



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