Las primarias no llegaron a segunda

Si algo asombra es la tenacidad de la oposición ante el fracaso. Suman 25 años de desilusiones. Aunque cada mañana sorprenden con otros alardes. Hoy se anota como triunfo de la Dama Radical creer realizar primarias con un método de papelitos contados manualmente y sin apoyo del CNE.
Ahora se atan a la utopía de las primarias. Pero en este inning del juego aún no acuerdan definitivamente, si es con captahuellas o con otro recurso menos 2.0. Más dudas, no logran resolver cómo tener centros de votación en las zonas populares. Así que terminaran por resolver la ecuación solo con votantes VIP. Exclusivos como su temperamento, o usar una impropia mezcla entre las dos opciones.
Más complejo reconocer -tarde- en este tramo de la jornada que uno de sus candidatos hace público que existe entre sus partidos dos líneas ideológicas. Que una candidata lo expresa en términos bíblicos. O sea lucha entre el bien y mal. El bien, lo controlan aquellos que se radicalizan y no aceptan la colaboración del CNE. El mal quienes piensan pragmáticamente y aceptan el apoyo de los datos automatizados de identificación de todo el universo de votantes del país. Este dualismo entre Dios y Diablo fue símbolo propagandístico que usó Bolsonaro en sus campañas.
Nos retrotraen al eterno dualismo del mal y su axioma diabólico que anuncia que siempre triunfa el bien sobre el mal.
Ideario muy bíblico y propio del uso de los predicadores de iglesias heterodoxas.
Se percibe en las declaraciones políticas de los candidatos a las primarias una fraseología cargada de fatalismo y telenovela: “esta es nuestra última oportunidad de recuperar el país”. Seguidilla, que completan con una frase lastimera, “si ganamos, verán que quienes se fueron volverán al país”. Letra de un bolero, lleno de fantasía que promete regreso, solo si se vota por ellos. Y un himno inmancable: “si ganamos los buenos regresan al país”.
Quieren evitarse el peso de su culpa, ellos que crearon campañas publicitarias y bufetes de animación e información que aguijoneaban a los jóvenes a irse aunque fuera a pie o por las selvas del Darién.
Sin duda que hubo y hay dificultades que causaron los opositores con sus solicitudes de sanciones. Cuyo efecto más impactante no fue sobre el gobierno, sino sobre el pueblo, que con más violencia las padece. Con este temperamento, ¿habrá conexión posible de la gente de la oposición con los procesos políticos del país? ¿Cómo creer en sus primarias?