27 abril, 2024
La sanción como farsa - Últimas Noticias

Parte fundamental del daño que causan las llamadas sanciones que hoy en día se han impuesto en el mundo occidental como el mecanismo de presión más importante contra gobiernos y naciones enteras, es probablemente el menos perceptible a primera vista, como lo es el del poderío imperial que van construyendo progresivamente a medida que van habituando al mundo a una realidad de control ejercido por los grandes centros hegemónicos de dominación contra las naciones libres y soberanas del planeta, como si dicho mecanismo fuese un medio legal y perfectamente legítimo.

Con el argumento de la supuesta defensa de los principios de la libertad y de la democracia, se atropellan sistemas de gobierno en el mundo entero con el sometimiento a normas impuestas por potencias sin ninguna atribución para ello, violentando en toda su extensión el derecho internacional y la libre determinación de los pueblos, lo que en si mismo constituye hoy por hoy la verdadera mayor afrenta contra la libertad y la democracia.

Ni tiene Estados Unidos atribuciones para aplicar en ninguna parte del mundo la legalidad que rige su desenvolvimiento interno, ni la tiene la Unión Europea más allá de los límites de las naciones que la integran. No las tienen porque no existen en el ordenamiento del derecho internacional tales atribuciones. Por eso las sanciones son de carácter eminentemente económico.

Porque en realidad esa supuesta preocupación por el correcto funcionamiento de las naciones no se trata de ninguna lucha ni por la libertad ni por la democracia, sino por el dinero. Es simplemente el capitalismo expresando de manera soterrada su inmoral naturaleza terrófaga, asaltante, salvaje y depredadora.

Cuando Estados Unidos y la vieja Europa sancionan a países más allá de los mares, en definitiva lo que están haciendo es tratar de revitalizar el poderío imperial que obtuvieron saqueando continentes enteros, solo que esta vez no con la brutalidad de los barbudos piratas que usaron en el pasado, sino mediante el poder corporativo del capitalismo y, por supuesto, de los ejércitos que tienen a su disposición.

La sanción no es pues, de ninguna manera, una medida en función de la democracia. Es solo un crimen escondido tras la mayor farsa en la historia de la humanidad.
@SoyAranguibel



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