15 febrero, 2025
Derrotamos el fascismo - Últimas Noticias

Para muchos científicos sociales una referencia ineludible, cuando se habla de economía política, es Albert O Hirschman. Este economista alemán, muy interesado en los procesos políticos y sociales de Nuestra América, escribió un libro muy comentado y que según sus editores sirve para entender la actual y violenta respuesta del neoliberalismo a los procesos de cambios promovidos por movimientos progresistas de todo el mundo. Se trata de Retóricas de la intransigencia (FCE, 1991), reeditado recientemente como La retórica reaccionaria (Clave Intelectual, 2020).

Según la presentación de la nueva edición, durante los últimos dos siglos y medio se han producido las principales conquistas de la sociedad moderna. A saber, la igualdad ante la ley (en el siglo XVIII), la participación política (siglo XIX) y la garantía de los derechos sociales (siglo XX). “Pero a cada una de estas conquistas le siguió una furiosa ola de reacciones conservadoras tan influyentes social y culturalmente como las propias reformas contra las que se levantaban”, reza el texto.

En esta propuesta, podríamos decir, de historia de las ideas, Hirschman sugiere tres teorías o tesis que sustentan la retórica conservadora que se despliega contra las transformaciones sociales que han ayudado, sin duda alguna, al desarrollo de la sociedad, pero que han amenazado a las élites conservadoras.

La primera teoría es la tesis de la perversidad, según la cual, cuando se registra una acción contra el sistema hegemónico, esta producirá un efecto diametral y proporcionalmente opuesto, el cual será usado como justificación argumentativa para afirmar que todo intento de cambio es perverso porque genera resistencia o rechazo.

La segunda razón retórica es la de la futilidad, la cual explica que todo intento de cambio político o social es fallido, porque cualquier alteración pretendida será superficial, cosmética e ilusoria, dado que las estructuras profundas de la sociedad son permanentes y, por tanto, no se pueden cambiar.

Y, por último, la tercera tesis es la del riesgo, la cual afirma que toda propuesta de cambio implica consecuencias inaceptables por peligrosas y porque atentan contra la propia sociedad.

La pregunta es: ¿en cuáles de estas tesis o teorías han caído ciegamente aquellos que creen que todo cambio sociopolítico es perverso, fútil y peligroso?

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