5 octubre, 2024

La lucha por su baja estatura, más ardua que enfrentar el poder de los lanzadores

La lucha por su baja estatura, más ardua que enfrentar el poder de los lanzadores

Los de apellido Delgado son casi todos gordos. Pero los Gordine son flacos… Ahora, los Guerrero son muy pacíficos, mientras a casi todos los Paz, les encanta una pelea. Los que llevan el apellido Feliz, son sufridos, pero los Arriechi siempre están contentos. Y los apellidados Moreno son blancos, mientras que los Blanco son negros en mayoría.

Pues, los de apellido Altuve, no son altos. José mide cinco pies seis pulgadas, o sea, un metro, 68, y es el de menor estatura en Grandes Ligas actualmente.

Uno más pequeño jugó 14 años en las Mayores, 1968-1981, Fred Patek, shortstop de Piratas, Royals y Angelinos, medía 5-5, un metro 65 centímetros. A los 79 años, vive ahora en Oklahoma City.

José fue rechazado por todos los entrenadores y scouts que le vieron jugar y le oyeron decir cuánto amor y entusiasmo profesaba por el beisbol.

Oyó muy seguido cómo se negaban a firmarlo, aún cuando bateaba, fildeaba y corría bien. Era la animadversión contra el muchacho, solo por su baja estatura.

Hasta que en abril de 1997, cuando aún no había cumplido los 17, sus relaciones con ese genio del beisbol, Alfredo Pedrique, quien era entrenador y scout de los Astros, lograron lo que tanto deseaba Altuve.

Después de un tryout, en Maracay, en el cual participó José, Pedrique le preguntó, viéndolo fijamente a los ojos: “¿Puedes jugar a nivel profesional?”.

Altuve, sin desviar la mirada, le respondió con marcada firmeza:

“Cuando quiera, se lo demuestro, señor”.

El resultado: los Astros lo firmaron a los 16 años, fuera del draft, y apenas por 15 mil dólares. Pero a Altuve no le importaba esa suma ni cualquier otra. Su objetivo era llegar a la Mayores.

Entonces, después de Pedrique, tenía que permanecer en las menores, hasta convencer a los Astros de que era material para el equipo grande.

Lo que hizo fue batear sobre 300 en todas las categorías, y en 2011, con el Lancaster, 408, más 19 bases robadas, en 52 juegos y al ser promovido a la Texas League (AA), con los Hooks de Corpus Christi, bateó para 361, poniendo su cuenta de todo el año en 389, más 24 robos.

En Houston no resistieron ese acoso, por lo que el 19 de julio de 2011, lo subieron. Y entonces enfrentó José su primer drama de Grandes Ligas por ser de tan baja estatura.

En la tarde de esa fecha llegó al estadio de Grandes Ligas, e informado acerca del sitio por donde entraban los peloteros de home club, fue para intentar reportarse.

Pero se encontró con un portero muy estricto, quien le dijo:

“Muéstreme su credencial de pelotero de los Astros”.

“Pero, señor, acaban de subirme, ¿cómo voy a tener esa credencial que yo ni sabía que existiera”.

“Si te hicieras pasar por bat boy, quizá me engañarías, pero ¡¿cómo vas a ser un bigleaguer con ese tamañito?!. Tú solo eres un niño malcriado”.

Altuve salió del área donde estaba el portero y esperó fuera del estadio. Cuando vio acercarse a uno que parecía ser jugador, le pidió:

“Señor, ¿puede decirle al mánager, que soy José Altuve, su nuevo pelotero, y que no me dejan pasar?”.

“Así será”, fue la respuesta.

El mánager era Brad Mills, quien mandó al bat boy, con el mensaje para el portero:

“Si esa persona es José Altuve, déjelo pasar, por favor, que es pelotero nuestro”.

Esa noche, uniformado, vio José el juego desde el dugout. Pero al día siguiente, 20 de julio de 2011, a los 21 años y 75 días, se convirtió en el bigleaguer 20 mil 11 de la historia.
Como este nativo de Puerto Cabello, tiene tanto dominio del bate frente a los lanzamientos, ha sido mucho más árdua su lucha por la baja estatura, que frente a los lanzadores.

Incluso, han resultado más rimbombantes las noticias porque mide 5.6 (1.68 metros), que por su bateo en los 14 años de bigleaguer, 306 de promedio, 228 jonrones, 806 carreras remolcadas, 313 bases robadas, en 403 intentos, cuatro veces el home plate; tres títulos de bateo y dos de robos.

El primero de mayo de 2012, se armó tremenda grisapa alrededor del beisbol, porque José Altuve se enfrentó al relevista de los Mets, Jon Rauch, el pelotero más alto en las Mayores, con seis pies 11 pulgadas, igual a 2.11 metros. Las 18 pulgadas, ha sido la diferencia más grande entre un lanzador y un bateador, si no se toma en cuenta el caso del enano, Eddie Gaedel.

José fue llevado al Juego de Estrellas de 2012, en Kansas City, el primero de su carrera y el último de los Astros en la Liga Nacional, ya que desde 2013 están en la Americana.

Y, lógicamente, si usted es de apellido Durand, será una persona blandengue, buena gente.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú

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