La conmovedora historia de Harry, el gato con síndrome vestibular
A Harry lo vimos en una alcantarilla saliendo de mi casa la semana pasada y no pudimos dejarlo pasar. Creímos que era hembra. Regresamos y lo alimentamos, estaba muy flaco.
Casualmente el día anterior, una vecina me comentó que había un gato que estaba como golpeado, torcido, con la cabeza ladeada. Me preocupé, pero no lo vi.
El viernes cuando volví del trabajo vi al gato con la cabeza ladeada y dije: “Este es el que la vecina me comentó”. Efectivamente, era él y pensé lo mismo: alguien le había hecho daño.
Con la cabeza inclinada andaba sin rumbo, sabía que el riesgo de morir del pobre gato era alto por eso lo agarré y lo acobijé en la casa. Por mis otros gatos tuve que encerrarlo varios días en el baño, mientras se daba el proceso de adaptación.
Su padecimiento era medio raro, me preocupé mucho y pensé en una posible otitis, infección o golpe. Cualquier cosa era posible, pero para salir de dudas lo llevé al veterinario.
Es un gato hermoso y cariñoso. La verdad es que me dolía mucho imaginar que pudiera tener dolor de oídos o alguna lesión, porque se quejaba. Pero resultó ser un padecimiento nada familiar para mi: Síndrome Vestibular, apuntó el médico. Yo quedé en blanco.
Con mucho amor y dedicación estamos dispuestos a sacarlo adelante porque fue muy cierto lo que nos dijo el veterinario al momento de su diagnóstico: “Si ustedes no lo hubieran rescatado, la calle no le habría dado la oportunidad a Harry de sobrevivir en esas circunstancias”.
¿Qué es el Síndrome vestibular?
A propósito del caso de Harry, la redacción conversó con el veterinario que realizó la consulta para conocer más sobre esta enfermedad felina.
El doctor Williams Quero gentilmente nos explicó que el síndrome vestibular es una afección del vestibulo que es un órgano que se encuentra en el oído interno y se encarga de procesar el equilibrio. Por esta razón se aprecia esa aparente postura con inclinación en la cabeza, siendo este el síntoma más evidente.
Este síndrome puede ser causado por varias razones como: inflamación o infección del vestíbulo, golpes, otitis interna crónica, traumas, tumores, entre otras causas comunes.
Los síntomas más frecuentes son la falta de equilibrio, coordinación y el nistagmo que es un movimiento involuntario en el cual los ojos van de izquierda a derecha y viceversa, dando la impresión de que están desorientados.
El tratamiento aplicado es con antihistamínicos. Si se trata, se controla y el animalito puede salir adelante. El médico nos aclaró que esta enfermada también puede presentarse en perros.
Gracias al oportuno diagnóstico y los cuidados familiares, Harry hoy es un gato que goza de buena salud. Todo fluyó bien porque elegimos el camino de la responsabilidad y el amor al llevarlo a un especialista y al darle un refugio en casa donde pudo recuperarse completamente y tener lo que todo gato merece: Una familia que lo quiera y lo proteja de los sin sabores de la calle.