19 abril, 2024

Juan Francisco de Jesús Clerico Avendaño | Ciudades caminables y movilidad eléctrica: ¡Un futuro saludable y sostenible es posible!

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La región de América Latina y el Caribe tiene toda la capacidad para desarrollar una transición hacia un sistema de transporte limpio, seguro, accesible y asequible, pues lo único que haría falta sería la voluntad social y política para trabajar en conjunto hacia ese objetivo

DAT.- Un estudio reciente del BID reveló que los países de América Latina y el Caribe podrían poner fin a la crisis climática y lograr un futuro en el que sus ciudadanos puedan despreocuparse de pasar horas en el tráfico o gastar dinero en gasolina y mantenimiento de vehículos. ¿Cómo? Dándole paso desde ya a la transición hacia un transporte libre de carbono.

Explica Juan Francisco de Jesús Clerico Avendaño, presidente de VINCCLER, que este tipo de transiciones requieren reflexionar acerca de cuáles son las barreras que impiden que las ciudades sean más habitables para, de esta manera, actuar en materia de regulación, desarrollo de infraestructura, y diseño de incentivos para removerlas.

Y es que las soluciones técnicas que permitirían construir y desarrollar mejores ciudades ya están disponibles:

  • Barrios caminables con oferta de servicios básicos que reduzcan la necesidad de realizar largos desplazamientos a diario.
  • Una red de transporte público bien diseñado, seguro y accesible, que incluya buses, tranvías y metros y funcione de manera adecuada, conectando áreas residenciales, zonas de negocios y lugares de ocio y recreación.
  • Infraestructura segura y fácil de usar para caminar y montar en bicicleta, que incentive el transporte activo y saludable.
  • Vehículos y buses eléctricos que permitan mantener las calles limpias y silenciosas.

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Juan Francisco de Jesús Clerico Avendaño: Un mejor transporte para detener el cambio climático

Cambiar la manera en la que nos movemos es esencial para reducir los impactos del cambio climático. Hoy en día, la combustión de diésel y gasolina emite el 15% de los gases de efecto invernadero en América Latina y el Caribe. Por fortuna, la tecnología y algunas prácticas han ido evolucionando favorablemente con el paso de los años.

Los fabricantes de automóviles han entendido cómo comercializar los vehículos eléctricos y su adopción se está disparando. No obstante, existen todavía diferentes barreras que impiden a los negocios y las familias utilizar este tipo de vehículos, optar por la bicicleta o los desplazamientos a pie, o utilizar más el transporte público.

La buena noticia es que, proporcionando subvenciones, infraestructuras e introduciendo cambios normativos, los gobiernos pueden crear condiciones que favorezcan precisamente la movilidad eléctrica, el transporte público, el uso de la bicicleta y los desplazamientos a pie.

Acá hablamos de carriles propios y aceras separadas del tráfico y de los vehículos para ciclistas y peatones; semáforos, puentes y túneles de uso exclusivo para poder cruzar calles y carreteras; iluminación en las carreteras para brindar mayor seguridad; reducir la velocidad máxima de los coches en las zonas urbanas a través de regulaciones; capacitar a la policía y a los agentes de tráfico para que fomenten el cumplimiento de las normas; y un largo etcétera.

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Así las cosas, alcanzar la prosperidad libre de carbono pasa por seguir los lineamientos de una hoja de ruta que está muy clara, al menos para la región: Imaginar un transporte más económico y asequible que mejore la vida de las personas, identificar los obstáculos que pueda haber en el camino de la transición, y darle mandato a los gobiernos que habiliten la transición.

Si todos los grupos de interés trabajan en conjunto de cara a este objetivo, América Latina y el Caribe pueden llevar a cabo la transición hacia un sistema de transporte limpio, seguro, accesible y asequible.

(Con información de Juan Francisco de Jesús Clerico Avendaño)