19 abril, 2024

Hugo Chávez vive en el corazón del 23

Hugo Chávez vive en el corazón del 23


Ubicado en el sector La Planicie, entre el barrio Monte Piedad y El Martirio, en la parroquia 23 de Enero de Caracas, se encuentra El Cuartel de la Montaña 4F, lugar donde reposa el comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías, un hombre al que sus leales y habitantes cercanos a su morada final aseguran que vive entre ellos.

“Cuando la gente dice ‘Chávez vive aquí en el 23 de Enero’, eso es así”, comentó una de las mujeres que la parroquia ha acordado sea la guardiana de la capilla del 4F, Elizabeth Torres. Ella es miliciana, con poco más de 50 años de edad, y se encarga de que el lugar esté inmaculado para quienes se acercan a orar por el alma del arañero de Barinas o agradecerle por algún favor concedido.

Después de años de estudio y preparación en las Fuerzas Armadas, Chávez, armado con sus ideales de libertad y soberanía para la patria, siendo teniente coronel, encabezó una rebelión militar para deponer al gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez, el 4 de febrero de 1992.

“Esa madrugada del 92 me desperté a las cuatro de la mañana para preparar la comida de mi esposo cuando escuché ruidos en el frente, me asomé por la ventana y vi a militares con boinas rojas y caras pintadas, ahí mismo me asusté”, relató Elizabeth de aquel día.
En ese amanecer, Elizabeth y su esposo vieron por primera vez a Chávez. En medio de la máxima oscuridad que precede al nuevo día, un soldado les dijo “tranquilos señores, estamos con Chávez”. A lo que ellos respondieron ¿Y quién es Chávez? Una vez aclarado el asunto, la joven mujer procedió a prepararles café a los soldados sin saber que fueron generosos con quien años más tarde lideraría la que hoy continúa siendo la Revolución Bolivariana.

Elizabeth Torres cuida la capilla en honor al líder de la Revolución. /Fotos: Cheo Pacheco

Con el pocillo de peltre en mano, Chávez guiñó el ojo y elevó el pulgar izquierdo a Elizabeth, como señal de que el café estaba bueno. Luego de darle recomendaciones de cómo ubicar el colchón en el cuarto con una tela de mosquitero para proteger de las balas a sus hijos por si algo ocurría, sonó algo grande, los soldados junto a Chávez corrieron y subieron a una tanqueta. “Allá se fueron los soldados del pueblo, dije”, rememora.

Aunque algunos tildaron de fracasada la rebelión de aquel 4 de febrero del 92, cuando un Chávez evadido por sus instintos de protección a la vida del pueblo se rindió y fue arrestado, siete años más tarde, en 1998, fue elegido democráticamente presidente de Venezuela con 58% de los votos, y asumió el poder el 2 de febrero de 1999.

En las memorias de Elizabeth, ese día fue catalogado como gloria en sus vivencias, pues ya era parte de la militancia del Movimiento Quinta República fundado por Chávez años antes y con el cual llegó a la Presidencia de la República. “Yo trabajé por ese triunfo y por el de todos los que logró mi Comandante, siempre lo apoyé y mi familia también”, aseveró.

En los tiempos presentes, la miliciana cuida la capilla del 4F, creada en 2013 por el colectivo La Piedrita, el Grupo Humanista Primer Paso y la Comuna Simón Bolívar, y que está abierta 24 horas a admiradores y curiosos de la vida del Comandante.

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Lo recuerdan a diario

Bernarda Pedrosa afirma que recuerda a diario a Hugo Chávez.

Para Bernarda Pedrosa, a quien cariñosamente la llaman Amanda, se ha vuelto su rutina favorita pasar todos los días por los murales que embellecen la entrada del 4F para detenerse frente a una pared que aún visibiliza el rostro de Chávez.

Cuando sale a comprar lo saluda y le pregunta ¿cómo amaneciste hoy?. “Mira, me voy a comprar algo con un bono que me dio Maduro”, le comenta a su eterno Comandante. Al regresar le dice: “mira lo que compré” y luego me despido de él.

“Todos los días lo hago, para mí Chávez no ha muerto, yo lo siento en mi corazón”, afirma Amanda, nacida el 20 de mayo de 1940 y muy querida en el sector por niños, jóvenes y adultos, con quienes conversa al paso por su casa ubicada en las faldas del Cuartel en el barrio El Martirio, donde recuerda que tantas veces conversó con el Comandante, quien le decía mi vieja.

Sus charlas se centraban en la historia del 23 de Enero, sobre Venezuela y la vida. “Tener a Chávez al lado de mi casa es lo más bello, saber que está ahí cerquita, incluso en las mañanas cuando me levanto a recoger agua, un pajarito me visita y en mi corazón sé que es él ¡vivo!”, afirma.

Clemencia Linares tiene un altar en honor al Comandante.

En la entrada de la casa de Amanda, al asomarse al callejón, lo primero que se nota es un bello jardín de flores, árboles frutales y ramas medicinales, todos creciendo en los terrenos que colindan con el 4F. “Aquí Chávez una vez le dijo a Diosdado ‘mira lo que tiene la vieja aquí, el monte para la gripe y también para echarle a la sopa’, ese día me reí tanto”, afirma.

El día de la llegada del Comandante para reposar en el Cuartel, el presidente Nicolás Maduro avistó a Amanda, luego de que la primera combatiente le dijera “Maduro, ahí está la vieja”.

Relata que el Presidente se inclinó y la besó en la frente, le preguntó qué necesitaba y ella le pidió varias cosas. Días más tarde tenía su callejón con concreto recién vaciado y una bella plaza donde están sus recuerdos con Chávez, la misma para la que pide un banquito y un techo para pasar sus tardes disfrutando la vista privilegiada que tiene de Caracas, resguardada por el Cuartel y el 23.

Un altar para el Comandante. Quienes han visitado el Cuartel de la Montaña cuentan que, una de las acciones que en la opinión colectiva evidencian el amor por Chávez en el sector, son los altares en su honor. Con los años, uno de esos espacios ha prevalecido en casa de Clemencia Linares, quien habita en la parroquia desde hace más de 40 años. Ella conoció a Chávez en Apure.

“Ese día me dije, este es el hombre. Aquella vez vi su amor por el pueblo, le gustaba conversar y dar sus puntos de vista de la política y su ideología en aquel entonces, él recorría el país. Años más tarde, le servía con gran orgullo desde el 23 de Enero”, reveló.
La mujer, quien junto a Elizabeth, atendió a los soldados aquel 4 de febrero del 92 con café recién colado, también compartió en muchas oportunidades con el Comandante. Le decía ‘mi llanera’ y siendo paisanos compartían en la ciudad del Libertador Simón Bolívar.

Desde la siembra de Chávez, Clemencia mantiene un altar en su casa con un cuadro al que se le adjudica fama por aparecer muchas veces en televisión durante las marchas en Caracas, en él se le rinde honor al Comandante con su imagen, y un florero donde siempre hay margaritas y rosas le acompañan en el lugar donde la paz reina y se siente.

“Aquí vienen turistas nacionales e internacionales, de Estados Unidos una vez vino un muchacho. Algunos vienen a rezar y otros solo a admirar. Tenerlo aquí cerca es reconfortante, pero a veces cuando voy me da tristeza, pero me reconforto en que tenemos a Maduro que sigue sus lineamientos y lucha por el país como quería el Comandante”, dijo.

Nueva Exposición

Pueblo honra a Chávez en la Flor de los Cuatro Elementos en el Cuartel 4F.

A 10 años de la siembra del comandante Hugo Chávez, desde hoy domingo 5 y hasta el miércoles 15 de marzo, estará abierto al público el Cuartel de la Montaña con una nueva exposición de la vida, obra y pensamiento del líder de la Revolución Bolivariana.
Para el guía de recorrido en el 4F, el sargento Mayor de Segunda Will Mosquera, con 10 años en esa responsabilidad, es sumamente importante que las personas mantengan presente el legado de Chávez.

Precisó que ese legado se demuestra en el Cuartel a través de las misiones, sus viajes por el mundo promulgando la paz y todo su accionar en vida, con las cuatro galerías y el museo fotográfico y audiovisual que demuestran lo que hizo en vida. Además, las personas pueden honrarlo en el mausoleo, donde está el sarcófago con los restos del barinés sobre la Flor de los Cuatro Elementos, que siempre encuentra escoltada por cuatro guardias de honor.

En el Cuartel recibirán al público nacional e internacional desde las 9:00 de la mañana hasta las 4:25 de la tarde, en un recorrido que dura entre 45 minutos a una hora, para mostrar a quien fue un soldado, luchador y hombre ejemplar para el venezolano. A las 4:25 pm también podrá escuchar el disparo de salva, hora en que falleció Chávez, y es un acto simbólico que se realiza desde una terraza que da vista al Palacio de Miraflores y gran parte del 23 de Enero.

“Invito al pueblo que vengan a conocer la historia del Comandante para mantener vivo su legado en nuestra memoria”, expresó Mosquera.



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