17 mayo, 2024

Gobierno de Rafael Caldera: astucia, debilidad y canalladas (3)

Gobierno de Rafael Caldera: astucia, debilidad y canalladas (3)

El zar del petróleo calderista es Luis Giusti, quien publica en periódicos estadounidenses separatas promocionando la Apertura petrolera como lo que es, un sabotaje a la OPEP. En Venezuela no lo dice aunque, una vez que lo fastidiaron mucho, declaró en El Nacional, despectivo, que la OPEP era un vejestorio, que tenía «una agendita». Venezuela está funcionando en el petróleo mundial como el esquirol, los precios bajan y bajan llenando a los directores de la industria petrolera nacional de orgullo porque están arrancándole los clientes a los países árabes. El precio llegará a ser de 5 dólares el barril. El presupuesto nacional está yéndose al foso, el bolívar se devalúa cada día. Para colmo es subido el valor de la gasolina, una medida exigida por el Fondo Monetario Internacional y claramente evadida por el gobierno de Caldera, temeroso de un nuevo Caracazo. El alza se realiza. No hay Caracazo, la masacre del 27 de febrero está en la memoria, la masacre sucede esta vez en la mesa de comer de cada hogar venezolano. 

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¿Estaba hecho de la pasta de Fidel Castro? 

Caldera libera a Chávez. Es un acto que mucho se le ha criticado por la derecha, exagerando tal vez, porque para una visión como la de Caldera no estaba mal que aquel oficial Chávez hablara contra la globalización y contra el neoliberalismo, y citara a Bolívar y a Manuelita Sáenz, y despotricara de Acción Democrática y criticara la corrupción de Copei, que era un partido de malagradecidos, que le debían todo y lo habían expulsado. 

Hablando así, Chávez ganaría las elecciones, eso era muy factible. Después enfrentaría los problemas de verdad y tendría que entrar por el aro, como había entrado él y antes Rómulo Betancourt. Todos los políticos latinoamericanos que habían querido vivir y ejercer poder habían aceptado la realidad. Los que procedieron distinto murieron: Che Guevara, Jacobo Arbenz, Salvador Allende. 

Fidel Castro era el único ejemplo de hombre fiel a las ideas de juventud y triunfante. El único. ¿Estaba aquel teniente coronel nacido en un sitio sin nombre de los sabanales de Barinas, hecho de la pasta de Fidel Castro? ¿Podía permanecer entero donde un Rafael Caldera se había doblado? Quizá combatiría la corrupción, cosa que no estaría mal, pero no se atrevería a tocar el petróleo, porque la corrupción es cuantificable en tal vez dos por ciento del presupuesto nacional, mientras que el petróleo significa un 80% o más, 48.000 millones de dólares al año. En esto de capitalismo y corrupción, Chávez no podría hacer sino lo que él, jugarse con el santo pero no con la limosna. Máxime que el suyo sería otro mundo. Era cosa extensamente calculada en los laboratorios de análisis mundial el auge futuro de China y de India, eran procesos echados a andar e irreversibles, y claramente calculable resultaba el aumento brutal del consumo y el precio petroleros que desatarían. Y por supuesto, tenían que estarse tomando medidas para colocar gobiernos títeres en los países productores, árabes, México, Venezuela, que mantuvieran el petróleo barato a pesar del alza oriental. 

A toda esa información tenía fácil acceso Caldera, y en cuanto a gobiernos títeres y a la política que se les imponía, no necesitaba información intelectual, el suyo era un ejemplo máximo, era el esquirol de la OPEP. Más allá de fantasear sobre intensiones es eficaz observar los resultados. ¿Cuál hubiera sido el destino de Venezuela y de América Latina si Chávez hubiese continuado en prisión por diez o doce años, si la abandonara recién en 2008? 

Zulia y petróleo, como siempre

Ya Hugo Chávez es candidato presidencial. Todos los vivos de Venezuela le rodean. Hay un convencimiento sólido de que, más temprano que tarde, el teniente coronel se dejará de los «brinquitos comunistoides» que salen en su oratoria y se plegará a las exigencias de la globalización y el gran capital. Jorge Olavarría frecuenta la casa de Chávez, algunos banqueros le ofrecen sus oficinas. El Canal 4 de Diego Cisneros, que al principio había demonizado a ese candidato, comenzó a entrevistar amablemente a su esposa. El periodista Alfredo Peña, que le había lanzado una zancadilla ante las cámaras, le descubre virtudes y terminaría inscrito en las planchas para legisladores del partido chavista, en una evidente concesión mutua de aliados. La experiencia del «chiripero» parecía deber repetirse alrededor del joven militar y necesario era inscribirse en la rifa en ciernes. Déjalo que guaralee.

Hugo Chávez recorre a Venezuela recibiendo la adhesión del pueblo que ha redescubierto la fe. El hombre es bueno y parece que está apoyado por los militares. Casi todos los izquierdistas que se habían mantenido al margen desde los tiempos de Betancourt y Leoni están movilizados con esta candidatura. 

El candidato recorre el país, toda la gente que por décadas se había mantenido al margen de los gobiernos de AD y Copei está movilizada con esta candidatura. Y mucha gente que actuó en los gobiernos de AD y Copei también. Hablan, agitan. 

El Zulia se mueve otra vez. Con fecha 24 de noviembre de 1997, trae El Nacional, de Caracas, un reportaje titulado «El Zulia debe tener Presidente y Parlamento». Se presenta el movimiento «Autonomía Regional». Afirma contar con el respeto y la comprensión de «compañeros de lucha en todo el país» y del candidato Henrique Salas Römer, a quien el grupo apoyará en las próximas elecciones presidenciales. Salas Römer es un señorito provinciano, rico y afiliado al partido COPEI, que lo hizo gobernador del estado Carabobo. Ahora es candidato presidencial.

El Nacional promovió la discusión del tema zuliano, publicando el 7 de diciembre de 1997, en su página de opinión, dos artículos con criterios contrastados, bajo el título común: «¿Un nuevo estatuto para el Zulia?». El primero expuso los razonamientos y planteamientos del grupo «Autonomía Regional», el segundo está firmado por Gerónimo Pérez Rescaniere, se titula “¿Hacia un nuevo Panamá?” y concluye que tal vez sólo los embarazos que sufre en el Medio Oriente impeden a los Estados Unidos  emprender un intento secesionista en Venezuela.

Curando la mentalidad rentista venezolana

Continúan las privatizaciones, el motivo argüido es que las empresas estatales dan pérdidas. Aun dando pérdidas en una contabilidad directa —y aun no siendo estas pérdidas provocadas por gerentes colocados para eso—, podía en muchos casos ser justificada e incluso urgente la posesión de tales empresas por el Estado por su carácter estratégico, garantizador de la supervivencia del país en situaciones conflictivas. Pero ¿las preocupaciones de seguridad venezolana coinciden con los intereses neoliberales? No. Paradigmático resultará el proceso de privatización de la CANTV. En la negociación, la multinacional que controló la casi totalidad de las acciones a un precio generosísimo, gozó además de una garantía contra pérdidas, vale decir que si la telefónica daba ganancias éstas iban para los accionistas —y ello es casi seguro porque, contractualmente, hay obligación de subir las tarifas—, y si da pérdidas, las paga el Estado venezolano. Son negocios correctos. 



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