18 abril, 2024

Del Carnaval del pasado a la guerra del presente, 2

Del Carnaval del pasado a la guerra del presente, 2


Termino de recordar la guerra criminal de Estados Unidos (EU) en 2003 para destruir y saquear a Irak. La protesta mundial fue enorme. Millones de personas protestaron por doquier contra esa guerra. Hubo grandes marchas hasta en EU y sobre todo fueron inmensas en Europa. Era otro tiempo y otro mundo. Y hasta Europa era otra. Sus gobiernos eran de derecha, sí, pero querían jugar un papel propio en la geopolítica mundial y no el que EU buscaba imponerles para volverlos dóciles sirvientes suyos, como ocurre ahora. Pero en semanas las marchas se agotaron y EU culminó su guerra de destrucción de Irak, le impuso su dominio y se apropió de su petróleo y sus riquezas.

Eso ocurre con las protestas mediáticas carentes de planes y organización. No recuerdo si fue en el estado de Texas o en otro vecino: un grupo de estudiantes tomó por sorpresa los jardines de la casa de gobierno estadal en rechazo a una decisión del gobernador. Su jefe policial propuso echarles gas lacrimógeno, pero el gobernador se negó diciéndole que mejor era tener paciencia pues en cosa de días habría un nuevo tema mediático viral en las redes y que, siguiéndolo, esos jóvenes se irían solos de la gobernación.  Así ocurrió. Y a Europa le pasó lo mismo: sus gobiernos apoyaron las protestas y criticaron a EU, pero en una semana las marchas se disolvieron solas y Europa, que no tenía planes claros ni decisiones comunes, se encontró desnuda y desarmada ante EU. Y cuando quiso participar del saqueo de Irak, Condoleeza Rice, la secretaria de estado de Bush, la cortó en seco diciéndole que solo EU se había manchado las manos de sangre, que Irak era su botín y que si sobraba algo del saqueo quizá fuese para ella.  Europa aprendió la lección: con EU no hay soberanía ni término medio que valgan. O te sometes y obedeces o te enfrenta tratando de aplastarte. Hoy esa misma Europa es un modelo de indigna sumisión a la que EU le impone sus intereses, lo que ella acepta sin chistar, aunque sean contrarios a los suyos.

Es que en estos 20 años el mundo cambió. Y hablo aquí solo de Europa y EU porque este breve examen se centra en ambos. Ellos sometieron y embrutecieron a sus pueblos, que viven al día, en medio de una confusión que los asfixia. De eso he hablado antes. En lo que sigue daré ejemplos del carácter a un tiempo criminal y circense de ese hundimiento. 

De EU diré algo más porque los cambios de estas 2 décadas lo han afectado y no de modo favorable. En 2000 proclamó que el siglo XXI sería su nuevo siglo y que, como única superpotencia del planeta, podía emprender y ganar 3 guerras juntas. No ha parado de agredir al mundo, pero las guerras que encabezó las ha perdido todas, siendo la última la de Afganistán. Ahora las causa sin asumirlas, como la que ha provocado de Rusia contra Ucrania. Mostraré que en su lenguaje y posiciones lo criminal y lo circense se mezclan a diario, igual que ocurre a Europa. A EU la decadencia le ha llegado y su lenguaje prepotente resulta ridículo. Pero no es que el Carnaval vuelva, porque está muerto. Y lo que vemos no es una fiesta divertida sino un plan criminal de guerra nuclear mundial que EU está a punto de hacer estallar con la complicidad de una Europa suicida y de países asiáticos como Japón. Es un caótico Carnaval de la Muerte que se impone en medio del desorden actual de Europa y EU y en que los líderes de ambos recrean sin saberlo rasgos y actos desordenados y fragmentarios de ese muerto Carnaval. Y hay ejemplos de ello ante nuestros ojos, siempre que sepamos algo de esa antigua fiesta.

Empiezo por Europa, que vivió hace siglos ese Carnaval. En ese viejo y rebelde Carnaval del medioevo, pueblo y baja iglesia europea, curas y diáconos, que aprovechando esos alegres y rebeldes tiempos carnavalescos querían, así fuese como catarsis, invertir el mundo poniendo arriba a los pobres y abajo a los ricos, celebraban la famosa Fiesta del Burro, la gran fiesta del Carnaval. Vestían como obispo a un burro y todos en masa lo llevaban con respeto ante el altar mayor de la iglesia escogida para la fiesta. El burro empezaba a rebuznar, hi-ha, hi-ha, y todos lo celebraban como si hablase un apóstol y empezaban alegres a rebuznar también todos haciendo en coro: hi-ha, hi-ha. Al oír esto ¿cómo no pensar en el actual canciller de Europa, que no hace sino rebuznar y rebuznar y cuyos malos y criminales rebuznos todos celebran como si hablase un estadista? “Hi-ha, hi-ha, Europa es un jardincito inocente rodeado de una selva agresiva. Hi-ha, hi-ha, eliminamos la prensa rusa en defensa de la libertad de prensa. Hi-ha, hi-ha, cogeremos el dinero de Europa para ayudar a la paz y compraremos armas para enviarlas a Ucrania. ¡Viva Ucrania, viva la guerra! Hi-ha. Hi-ha” 

¿No les hace esto pensar en una asamblea de la Unión Europea (UE)? Pero ¡eso sí! con verdaderos burros y no con esas malas imitaciones. ¿Qué esperan para poner un burro de verdad, digno y decente, al frente de la UE, que seguramente lo hará mejor que este burdo rebuznante? El pueblo y el bajo clero europeo celebraban también la carnavalesca Fiesta de los Locos. Llevaban aclamado al altar mayor a un pobre al que vestían de obispo, y este ordenaba a todos quemar chancletas viejas y sucias en lugar de incienso. Se le obedecía y ese olor a chancletas sucias quemadas era apreciado por todos como verdadero incienso. ¿No les parece que es ese el actual olor pestilente de esta Europa dirigida por esos supuestos líderes que son Scholtz, Macron, Stoltenberg o Pedro Sánchez? A propósito, ¿recuerdan al ministro alemán de Economía que por el tema del gas ruso anunciaba escasez de agua en el verano y que declaró que él era ya el primero en ahorrarla? Dijo que para ello se lavaba una nalga el lunes y la otra el martes y, eso sí, en cada caso golpeaba con furia la regadera gritando: ¡Toma, Putin! En otra fiesta, la del obispillo, se elegía a un niño como obispo. ¿No creen que cualquier niño lo haría mejor que este hatajo de incapaces, serviles, corruptos y deplorables líderes que manejan a esa Europa como colonia suicida de EU a la que uno no sabe si llamarla el gallinero, el basurero o el estercolero de ese decadente imperio?

En EU, que es amo de Europa y que no conoció carnaval medieval porque, para suerte de la humanidad, aún no existía, lo carnavalesco, producto de una arrogancia ridícula que choca con su imparable decadencia, se expresa solo en amenazas, payasadas y disparates que sus líderes protagonizan a diario y que se niegan a reconocer. Los de Biden ya forman colección, y son tantos que se ven como normales. Los que están de moda son los del secretario de estado Blinken, que no se da cuenta de ellos, siendo la prensa la que los pone en evidencia. Biden y Blinken le exigen a China no ayudar con armas a Rusia mientras EU arma a Taiwán, a la que reconoce como provincia china. Blinken pide a Lavrov que Rusia retire sus tropas de Ucrania, a la que EU arma y financia a diario. Blinken pregunta a China por qué no vende armas a Ucrania. La Nuland impulsa a Ucrania a atacar Crimea y entonces Blinken se asusta y se opone a ello. En fin, lo que hace EU es ridículo o grotesco mientras la guerra nuclear que prepara está cada vez más cerca.  

Pero no todo es igual. La excepción a este ridículo carnaval de guerra y muerte es Rusia, que solo busca paz y seguridad en sus fronteras. EU la forzó a la guerra con Ucrania. Rusia no quiere guerra nuclear ni amenaza iniciarla Y su liderazgo es incomparable. Vale criticar a Putin, pero nadie podría negar su talla política. Lavrov es el único diplomático de esa Europa. María Zajárova, bella y culta vocera política, es brillante. Los jefes políticos y militares son capaces. Y frenar a EU es necesario para lograr la paz y evitar la guerra nuclear.  



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