5 octubre, 2024

De la política del consenso a la estabilidad económica

De la política del consenso a la estabilidad económica

La política y la economía están estrechamente interrelacionados. Establecer una separación entre ambas disciplinas constituye un error metodológico que responde -y es promovido- según los intereses del pensamiento dominante aplicando una especie de división del trabajo al ámbito intelectual, cuyo principal propósito es segmentar la realidad según el ámbito de estudio (política, economía, sociología, administración, estadísticas, antropología, entre otras) generando una visión de la Ciencia Social como parcelas inconexas cuando en realidad las variables que le componen son intervinientes, unas con otras.

En política no se abandonan los espacios, ya que, al hacerlo los ocupa otra persona. En economía pasa lo mismo. La ausencia de una vocería calificada que explique hacia dónde vamos y las estrategias asociadas a ese destino, constituyen un error de medular importancia que promueve un escenario contrario a los objetivos planteados por el hacedor de la política.

El vacío comunicacional sirve la mesa para que las fuerzas políticas contrarias al Gobierno nacional posicionen empresas y ONG (tal es el caso del Observatorio Venezolano de las Finanzas) que presentan al país, sin mayor rigurosidad científica, los principales indicadores macroeconómicos a través de los cuales los actores privados del sistema productivo construyen sus expectativas sobre el devenir económico.

La desconfianza y la incertidumbre producen un torbellino de fuerzas que afectan las perspectivas de los agentes económicos. Estos actúan con cautela para invertir (reponer inventarios, adquisición de materias primas, maquinarias y equipos, entre otras), lo cual constituye un freno al crecimiento que, de no atenderse mediante las estrategias adecuadas de política económica, en un abrir y cerrar de ojos, la actividad entra en una fase de recesión que conduce a la crisis, generándose un círculo vicioso, donde las desigualdades y la pobreza se multiplican exponencialmente.

Es momento de la estrategia profunda y amplia de discusión nacional para construir una política económica -de consenso- que nos permita solventar las grandes adversidades de nuestra economía, tarea inédita en virtud del ataque permanente al cual estamos sometidos, razón por la cual la coyuntura demanda mucha creatividad y pensamiento científico, que no conciba el hecho económico como una receta neoliberal.



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