Coralie Fargeat y ‘La sustancia’ destrozan el muro al cine de terror en los Óscar. Una película llena de desnudos y gore logra todas las nominaciones clave

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Estaba cantado que Demi Moore iba a ser nominada en los Óscar a la Mejor Interpretación de Actriz Protagonista por su papel de Elisabeth Sparkle en ‘La sustancia’, ya que le había valido el premio de los Globos de Oro a la Mejor Interpretación Femenina en una Película Musical o de Comedia, lo que va preparando el terreno para una posible victoria histórica. Pero la sorpresa con la película no acaba ahí y Coralie Fargeat también ha sido nominada al Óscar a la mejor dirección.
Su obra se ha convertido en una de las pocas producciones de terror nominadas a la Mejor Película y, en la lista de nominaciones a ‘La Sustancia’, figuran también opciones a Mejor Guión Original y Mejor Maquillaje y Peluquería, lo que supone un total de cinco candidaturas, aunque ya solo la de Mejor Película es, por sí sola, una enorme victoria para el género de terror, un honor que, francamente, nunca se le había concedido a una pieza tan disparatada, llena de body horror, desnudos y finalmente una orgía de sangre insólita en películas de su presupuesto.
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Marcando récords con látex y fluidos
Los momentos más excesivos y grotescos se alternan con otros con más poso, pero siempre mantiene vivo su espíritu de explotación, con un monstruo repugnante y deforme, partos por la espalda y masas de carne que se arrastran por el suelo. Al mismo tiempo, sin que rechine, Moore hace una compleja interpretación de una estrella envejecida que toma un misterioso suero para recuperar la juventud, un experimento que se convierte en una pesadilla surrealista. Pero su exhibición ha sido aclamada como una clase magistral de transformación física y emocional, con algunas escenas ya icónicas.
Quizá el reconocimiento venga por momentos íntimos, como cuando se aplica y se quita el pintalabios, donde equilibra la fragilidad con confianza, en el que parece el mejor trabajo de sus décadas de carrera. Ella es el corazón de ‘La sustancia’ y por ello está destinada a cambiar la suerte del cine de terror, que históricamente ha vivido al margen de la temporada de premios, celebrado por los aficionados pero desestimado por la Academia. En los 95 años de historia de los Óscar, sólo un puñado de películas de terror han recibido una nominación a la Mejor Película.


A menudo se considera que el género es demasiado gráfico, demasiado especializado o demasiado vulgar para el refinado gusto de los votantes de los Óscar, incluso cuando es innegable que tienen muchas veces mejor dirección que muchas otras. Hasta este año solo seis películas de terror habían sido nominadas a mejor película: ‘El exorcista’ (1973), ‘Tiburón’ (1975), ‘El sexto sentido’ (1999), ‘Cisne negro’ (2010), ‘Déjame Salir’ (2017) y ‘El silencio de los corderos’ (1991), la única en ganar, hace ya 33 años. La visión audaz y absolutamente bizarra de Fargeat ha superado en una nominación a la respetada ópera prima de Jordan Peele,
Un hito para el género sin precedentes
Aunque las primeras conversaciones sobre las posibilidades de la película se centraron en el premio al mejor maquillaje y peluquería por el impresionante diseño del monstruo Elisasue, el murmullo entre los críticos empezó a crecer por la interpretación de Moore, cuyo viaje de autoestima contra la medida tóxica de unos cánones de belleza imposibles ha tocado más de lo esperado, y para un género ignorado durante mucho tiempo, la actriz supone una nueva ola de respeto, uniéndose a otras como la de Kathy Bates en ‘Misery’ (1990), que acabó siendo ganadora.
Contada en tres evocadores capítulos, la aguda dirección de Fargeat también es destacable y supone la novena mujer dentro de la categoría, primera en ser nominada por una película de terror, y sus opciones pueden recibir un impulso con las nominaciones a los premios del Sindicato de Directores de Estados Unidos (DGA) y del Sindicato de Productores de Estados Unidos (PGA), que han reconocido lo mucho que la película ha logrado atraer a las masas, destacando que el tema relevante que trata ha provocado un respaldo unánime y un fenómeno de la cultura pop, que aprecia no solo lo que se pone en pantalla, sino cómo se pone, con un lenguaje visual arriesgado, enérgico, que ha convertido a Fargeat en la única mujer dentro de la categoría de dirección este año.


Nadie como ella, via Indiewire, para explicar por qué las películas de terror merecen estar en igualdad de condiciones en los Óscar.
“No considero que las películas de terror sean diferentes de las demás. Son también políticas. Son una forma estupenda de contar muchas cosas de una manera muy grosera y poco delicada. Para mí, deberían competir al mismo nivel que todo lo demás. Aprendí a aceptar quién era como cineasta, no amando escribir diálogos, por ejemplo, sino expresándome de una manera visual y muy visceral. Y ahí es cuando aceptas quién eres, y entonces puede surgir la magia. Lo mejor que le deseo a la Academia es que no exista esa barrera, que cada película se considere cine, que creo que lo es”.
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