30 abril, 2024
Chávez, el Kende la Barbie

Mi generación es la misma del Comandante Chávez, nuestra niñez y adolescencia en el barrio transcurrieron en medio de la pobreza, donde unas familias hacían más sacrificios que otras, pero pobreza al fin. Haciendo memoria nuestra calle tenía unos 150 mts de largo, unas 50 familias, 5 carros viejos y funcionando, pocos televisores, 2 enfermeras, 2 teléfonos privados, un chofer de autobús, un músico de orquesta, la mayoría de las madres dedicadas a “trabajos del hogar”, la mayoría de niños y jóvenes estudiaban. La calle era una cancha de usos múltiples: para juegos infantiles, dominó, pelotica’e goma, voleibol, fútbol, etc., la calle era el sitio de encuentro comunitario.

Pudiera hacer una larga lista de nuestros juguetes desde el “tira chapas”, chinas, perinolas con latas de jugos, gurrufíos con chapas, papagayos, trompos, metras, etc. Los juguetes de las niñas reforzaban los estereotipos femeninos de la época: muñecas, bebés, cocinas, juegos de corte y costura, etc. El niño Jesús casi nunca leyó las cartas de la pobreza.
De niños nuestra colonización mental fue cultivada a través del sistema educativo, la radio, la televisión y los cómics; la industria de los juguetes sofisticados, sus estereotipos y la publicidad tuvieron poco peso. Entrada la década de los ochentas, tuve mi primer contacto con la famosa muñeca “Barbie”; conocí en el trabajo a una compañera de familia rica, multimillonaria: una mujer alta, con sobrepeso, anchas caderas, trigueña y le tenía un odio visceral a la “Barbie”.

Esta amiga me contó que estudió en colegio para ricos y por su aspecto físico fue motivo de burlas y maltrato por otras niñas (la Barbie era un juguete cotidiano en ese ambiente, su referencia cultural y de consumo estaba en Los Estados Unidos) el maltrato llegó a tal nivel de crueldad que le pusieron de apodo “la Barbie”.

El presidente Chávez fue implacable con la famosa Barbie, sabía del poder colonizador de los estereotipos, de los roles de género, del impacto que causaba sobre todas las niñas la imagen corporal de la muñeca adulta. Chávez muchas veces llamó a fabricar desde la identidad nuestros propios juguetes.

En el año 2009, llegó a las manos del presidente de Ecuador Rafael Correa el famoso juguete “El Chavito” y lo bautizó: “el Ken de la Barbie”, el presidente Chávez respondió riéndose: “Chávez, Ken”



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