20 mayo, 2024
Caracas - Últimas Noticias

Caracas es la capital de la libertad, la ciudad donde nació América. Acá los caraqueños dimos el primer golpe de Estado a los colonizadores españoles el 19 de abril de 1810. Acá declaramos la independencia el 5 de julio de 1811. Caracas es la cuna de un pueblo Caribe trabajador, amoroso, bravío y comedor de la pira que abunda en el Waraira Repano: los Caracas.

Caracas es el conjunto de 22 parroquias que, ¡ojalá! se erigieran en toparquías. Es la ciudad donde en sus cerros vive la mayoría de sus pobladores entre techos de zinc, escalinatas y la dureza de la vida. Es la ciudad donde su diosa María Lionza empina la pelvis de una danta hacia el cielo.

En Caracas, ciudad donde sus esquinas tienen nombres, nacieron en 33 años cuatro libertadores: Francisco de Miranda (28 de marzo de 1750) en la esquina de El Hoyo, Simón Rodríguez (28 de octubre de 1769) en la esquina de Luneta, Andrés Bello (29 de noviembre de 1781) en la esquina de Las Mercedes y Simón Bolívar (24 de julio de 1783) de San Jacinto a Traposos.

En Caracas fue abucheado y apedreado el 14 de mayo de 1958 el monroista Richard Nixon por un cerco de estudiantes universitarios que impidieron que ese enemigo de la Patria llegara a la morada sagrada del Libertador del Mediodía de América. El 27 de febrero de 1989, el pueblo caraqueño le dijo no al neoliberalismo. El 4 de febrero de 1992, convirtió un por ahora en un para siempre. El 13 de febrero de 2002, el bravo pueblo rescató su esperanza.

De esta ciudad, desdibujada por Nelson Rockefeller con un nefasto plan urbanista, escribió en 1881 el apóstol cubano José Martí: “Para ir a Caracas, la capital de la República, la Jerusalén de los sudamericanos, la cuna del continente libre; donde Andrés Bello, un Virgilio, estudió; donde Bolívar, un Júpiter, nació—donde se levantan a la vez el mirto de los poetas y el laurel de los guerreros, donde se ha pensado tanto en lo grande y donde se ha sufrido todo lo terrible; donde la Libertad— ¡tanto luchó allí!—se envuelve en un manto teñido por su sangre,—hay que lanzarse al seno de esos colosos, bordear abismos, cabalgar sobre sus crestas, escalar picos, saludar de cerca a las nubes”.

Tengamos siempre presente que en Caracas nació expósito un Apolo que vislumbró una confederación de toparquías para darle asidero al proyecto bolivariano de Angostura donde las sociedades americanas serán iluminadas con velas de luces y virtudes sociales.



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