27 abril, 2024

Blood de Brad Anderson: Un sórdido drama familiar

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Brad Anderson dirige Blood, un sórdido drama familiar con tintes de terror.

El cineasta es conocido por películas como Session 9 (2001) o El maquinista (2004) en la que dirigió a Christian Bale.

En este caso, la película está protagonizada por Michelle Monaghan, Skeet Ulrich y el jovencísimo Finlay Wojtak-Hissong.

La cinta llega a las salas españolas el próximo 15 de diciembre, más de un año después de su estreno en el Deauville American Film Festival.

Contenido

Sinopsis de Blood

Tras separarse de su marido, Jess se muda con sus dos hijos a la vieja granja en la que creció.
Cuando el pequeño Owen es atacado salvajemente por un perro, todo su mundo se tambalea.
Jess tendrá que lidiar con la extraña infección de su hijo, mientras gestiona una separación sentimental de lo más complicada.

Crítica de Blood

Blood es una cinta difícil de encajar en un género concreto. Aunque está catalogada como película de terror, lo cierto es que, a menudo, está más cerca del drama.
Esa mezcla de tonos le sienta muy bien a una trama que combina con equilibrio lo más sórdido del género de terror con un desarrollo más cuidado de los personajes.

El tono de Blood

Si nos acercamos a Blood buscando una película de terror al uso, podemos salir de la sala algo decepcionados.
De hecho, la película juega más en la liga de lo sórdido, y a veces de lo desagradable, que en la de los sustos. Su estructura no sigue el esquema de montaña rusa habitual del género, que alterna momentos planos con picos de terror.

Si buscáramos algún ejemplo previo que nos ayudase a entender qué tipo de película es Blood, nos vendrían a la mente producciones como Déjame entrar (Tomas Alfredson. 2008) o The innocents (Eskil Vogt. 2021).

Brad Anderson es capaz de construir un contexto angustioso y mantenernos en ese estado de ansiedad hasta los créditos finales.

El guion

Algunos han criticado un estancamiento argumental en el Segundo acto
del guion de Will Honley. Es cierto que, en lo narrativo, la película no avanza al mismo ritmo que en el primer acto pero sí lo hace en el plano emocional. Brad Anderson se toma la licencia de detenerse a analizar a unos personajes, a los que va poniendo al límite poco a poco.

La presión a la que está sometida la protagonista traspasa la pantalla y se va cerrando sobre nosotros como la soga alrededor de un cuello.

El guion de Blood no termina de ser redondo y algunas de las decisiones nos resultan cuestionables (como ese final incoherente). Sin embargo, el gran trabajo actoral consigue salvar los muebles y mantener nuestro interés hasta la resolución final.

El elenco

Sorprende que a sus 12 años de edad, este sea el quinto largometraje de Finlay Wojtak-Hissong. El pequeño actor lleva encadenando papeles en cine y televisión desde los ocho años.

Su actuación es uno de los aspectos destacables de la cinta. Hissong es capaz de transmitirnos un gran rango de matices desde la inocencia más pura hasta el terror más violento.

También está estupenda Michelle Monaghan. La actriz, nominada al globo de oro por su papel en True detective, combina trabajos en blockbusters como la saga Misión Imposible o Pixels (Chris Columbus.2015), con películas independientes como la interesante Saint Judy (Sean Hanish. 2018).
Además, la veremos en la tercera parte de la trilogía de Ty West Maxxxine, tras X y Pearl.

Completa el reparto Skeet Ulrich, aunque con un peso bastante menor en la trama. El cineasta, conocido por sus trabajos en televisión y por su papel de Billy Loomis en Scream (Wes craven. 1996) y sus secuelas, interpreta al exmarido de Jess y padre de los dos niños protagonistas.

Nuestra valoración de Blood

Blood sería una película mucho más interesante de lo que es, si no estuvieran tan claros sus referentes.

Es inevitable compararla a películas anteriores con las que comparte un tono y un acercamiento similar al género de niños peculiares (esta frase es premeditadamente ambigua para no revelar detalles importantes de la trama).

Blood decepcionará a los espectadores ávidos de un terror que se ajuste a los cánones del género. Sin embargo, su atmósfera opresiva y algunas escenas tan sórdidas como bien construidas hacen que Blood merezca una hora y media de nuestro tiempo.

3.0 out of 5.0 stars



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