19 abril, 2024

¡Conócela! Hjalmar Gibelli: Historia de los seguros

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Se trata de una herramienta cuyos orígenes se remontan hasta la mismísima Babilonia, y cuya evolución pasa por el Imperio Romano y los muelles de Londres

 

DAT.- La historia de los seguros, cómo se crearon y su evolución a lo largo de los tiempos, es una muy poca conocida. Por ello, un experto en el área como Hjalmar Gibelli nos cuenta de dónde proviene esta herramienta de protección y cómo se llegó al concepto que conocemos hoy en día.

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Incepción en Babilonia

El hombre siempre ha conocido de primera mano lo que es asumir un riesgo o sentirse amenazado en diferentes escenarios de su vida, ya sea por su integridad, salud, dinero o propiedades. Ante esto, siempre ha buscado y creado soluciones que puedan ayudarlo a apaciguar las consecuencias de siniestros e imprevistos.

Los inicios del seguro se remontan al Código de Hammurabi, creado en Babilonia, y se estima que data entre los años 1955 y 1912 a.C., y, del mismo modo que registra la conducta y reglas de la vida cotidiana, también expresa algunos fundamentos como socorrer a los trabajadores e indemnizarlos por cualquier accidente laboral y acuerdos para repartir los riesgos y atenuar las pérdidas.

Este instrumento también incluía 282 cláusulas dedicadas al tema de préstamo a la gruesa ventura, que era un tipo de seguro marítimo empaquetado con un préstamo que ocurría cuando un mercader recibía el dinero para financiar la travesía, que se eximia de pagarlo en caso de naufragio. Si por el contrario llegaba a puerto, debía pagar el capital y los intereses. La solución de los mercaderes chinos al respecto fue la de repartir el riesgo intercambiando bienes con otros barcos, si una de las embarcaciones se hundía, todos perdían un poco.

Dos centurias más tarde, los romanos crearon los seguros como contratos financieros, con un mercado de seguros marinos activos. A partir del siglo XIV, ciudades Estado Italianas desarrollaron maneras más sofisticadas de asegurar los barcos que viajaban por el Mediterráneo. Para 1347 aparece el primer contrato de seguro marítimo en Italia, en el puerto de Génova, que aún se conserva un ejemplar en el Archivo Notarial de la ciudad, donde se cubría: posibles accidentes, naufragios y acciones de piratas. En 1385 aparece la primera póliza, escrita en italiano, y no en latín como se solía hacer.

La Lista de Lloyd’s

En una cafetería cerca de los muelles de una Londres todavía abrumada por la Gran Peste y el Gran Incendio se hizo popular hablar de los barcos y preguntarse cuál estaba navegando y de dónde, con qué carga navegaba, y si este llegará a su destino a salvo. La gente también apostaba sobre la suerte de ciertas embarcaciones y sus respectivos almirantes y capitanes.

Dándole al cliente lo que pedía, el dueño del café, Edward Lloyd, creó una red de informantes y un boletín conocido como la Lista de Lloyd’s, con información sobre puertos extranjeros, mareas, e idas y vueltas de los barcos. Con esta simple iniciativa, en la cafetería se llegaron a subastar barcos, y hasta se reunían capitanes a compartir sus historias.

Si alguien quería realizar un contrato de seguro sobre un barco, ese era el lugar, y allí el asegurador firmaba debajo, lo que se conoce con el término de subscriptor. Esto dificultó tener una distinción entre lo que era una apuesta o un contrato formal de seguro. Lloyd´s llegó a ser un nombre reconocido en la historia de los seguros, gracias a todos los contratos que se firmaron en la cafetería, y por la Sociedad de Lloyd’s, que se formó 80 años después que abriera la cafetería.

En Londres, y a raíz del gran incendio, también se fundó el Fire Office, para levantar a todos los edificios destruidos por este siniestro, que fueron aproximadamente 13.200. Luego fueron añadidas en esta empresa aseguradora otras necesidades que podían ampararse como riesgos de la salud, por causas de la naturaleza (como terremotos, huracanes e inundaciones), y el seguro baja de la montaña.

 

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Y hablando de las montañas…

En las montañas se desarrollaron otras formas de seguros, originadas en capitalismo de comunidad. Y es que los campesinos de Los Alpes organizaron sociedades de ayuda mutua a principios del siglo XVI, para cuidarse entre ellos si un niño o una vaca se enfermaban.

En cuanto al riesgo, en Los Alpes se compartía. Estos campesinos crearon las bases para el establecimiento de algunas de las más grandes compañías de seguros del mundo, en ciudades como Zúrich y Múnich.

Aunque inicialmente los seguros fue una práctica que se inició con particulares, en esa época el gobierno también entró en el negocio, como una forma de tener ingresos económicos, generalmente para el financiamiento de sus batallas, conquistas, guerras o tormentas políticas como la que ocurrió en Europa alrededor de 1600 y 1700.

Los gobiernos ofrecían una renta anual hasta que el que expiraba era el comprador. Esta forma de seguro te resguardaba contra el riesgo de vivir más tiempo que el resto de tu propio dinero. Hoy en día, es conocido como el seguro social, y entre sus prioridades está el de asegurar a los ciudadanos a manejar los riesgos de desempleo, enfermedad, discapacidad y envejecimiento.

Actualmente, los seguros proporcionan tranquilidad a sus asegurados, y también es una práctica esencial en el funcionamiento de una economía sana.

(Fuente: Seguros Hjalmar)