21 octubre, 2025
Petróleo venezolano: la ambición de EEUU

Luego de las declaraciones del ex presidente de Estados Unidos Donald Trump, en las que expresó la pretensión del imperialismo norteamericano de robarse el petróleo de Venezuela, queda en evidencia el objetivo real de su gobierno con respecto al país suramericano.

En ese sentido, las sanciones del gobierno de Trump son parte de las armas utilizadas para lograr el objetivo criminal de adueñarse del petróleo venezolano, en lugar de la supuesta lucha por la democracia tan cacareada por Washington.

Al respecto, el diputado a la Asamblea Nacional e integrante de la Comisión Permanente de Defensa y Seguridad, William Fariñas, afirmó que “las sanciones no son más que una tramoya, y considerar a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria también es parte de esa tramoya. Esto tiene que ver con la Exxon Mobil y creo que nos pusieron unas conchitas de mango allá en la fachada Atlántica para ver si nosotros sacábamos de la zona al barco de esa empresa de perforación petrolera. Acuérdense que cuando Donald Trump llega a la presidencia, su primer canciller era Rex Tillerson, quien fue jefe de la Exxon Mobil. A esto se le ve la costura por todos lados”, concluyó.

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Del robo continuado

La historia de la expoliación del petróleo venezolano es de larga data, desde que se inició la explotación del crudo en el país a comienzos del siglo XX, cuando empresas extranjeras comenzaron a explotar los recursos petrolíferos de Venezuela sin que el Estado venezolano recibiera una justa compensación.

La situación empeoró para la década de 1920 cuando la Standard Oil Company de Nueva York, empresa fundada por John D Rockefeller, en 1870, conocida hoy día como Exxon Mobil, se apoderó de la mayoría de las reservas petroleras de Venezuela y mantuvo el control de la industria durante varias décadas.

Esta empresa, Standard Oil, llegó a ser la mayor refinadora de petróleo en el mundo y una de las primeras y más grandes corporaciones multinacionales del planeta.

Debido al monopolio que mantenía sobre el crudo en el mundo, se dividió en 34 empresas independientes; dos de estas empresas fueron la Standard Oil Company of New Jersey, que finalmente se convirtió en la Exxon y la Standard Oil Company of New York, que años después se transformaría en Mobil. Posteriormente, para el año 1999, ambas empresas se fusionaron para dar origen a la actual Exxon Mobil, la mayor petrolera privada del mundo.
Estas empresas siempre declararon al Estado venezolano sólo una pequeña fracción del petróleo que extraían para así disminuir los ya reducidos impuestos que por ley correspondían a la nación.

En el año de 1950, la Creole Petroleum Corporation, filial en Venezuela de la Standard Oil Company of New Jersey, en tardío acatamiento de lo previsto por la Reforma Petrolera de 1943, comenzó a procesar el crudo en una refinería que construyó en Amuay, estado Falcón. Allí sólo llevaba una ínfima porción del crudo que extraían en el país, 60.000 barriles diarios, menos de la mitad de la cantidad mínima establecida como obligación de las concesionarias.

La nacionalización

La alabada entrada en vigencia de la Ley de Nacionalización del petróleo el 1° de enero de 1976, en pleno gobierno de Carlos Andrés Pérez, que supuestamente reservaba al Estado venezolano el “control” de la industria de los hidrocarburos, fue una operación que no alcanzó su fin, pero sí obligó por su aplicación a la República a indemnizar con miles de millones de dólares a las empresas transnacionales en el país.

Venezuela erogó grandes sumas de dinero a las empresas petroleras transnacionales a pesar que las instalaciones devueltas al país estaban desactualizadas desde hacía más de una década.

Asimismo, no fue penalizada ninguna empresa por no inyectar gas a los pozos como procedimiento rutinario, lo que produjo graves problemas en la extracción de crudo.
También se les cancelaron sumas millonarias por la entrega de planos y manuales de operación totalmente desactualizados.

Se otorgaron innecesarios contratos de servicio y, como si esto no fuese delicado, se le permitió retener para sí el mercadeo internacional de crudo y productos refinados, la actividad más lucrativa del negocio petrolero.

A pesar de la creación de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en 1975, aún persisten los intentos de las transnacionales para obtener acceso al petróleo y otros recursos naturales de Venezuela.

Guyana y la Exxon Mobil

Los tentáculos del imperio estadounidense nunca descansan en su afán de obtener energía sin importar el cómo.

En el territorio venezolano del Esequibo, corporaciones estadounidenses roban el petróleo del país descaradamente, en abierta violación del derecho internacional y de la soberanía nacional.

“Nosotros deberíamos estar demandando a la ExxonMobil por estar explotando petróleo en la fachada atlántica nuestra. Lo que pretende hacer el gobierno de Guyana al poner en esa zona a esa petrolera, casi en el límite marino que tenemos nosotros con Trinidad, es una barbaridad desde el punto de vista de las delimitaciones de nuestras aguas marinas y de nuestra plataforma atlántica. Y bueno, la reciente declaración de Donald Trump deja en claro que a ellos no les interesaba la democracia, no les interesaba los derechos humanos, que eso era simplemente una fachada, que su objetivo fundamental era ponerle la mano al crudo venezolano con el combo de un grupito de apátridas”. dijo el diputado a la Asamblea Nacional y miembro de la Comisión de Energía y Petróleo, William Rodríguez, y además considera que “hoy día el ejercicio del derecho internacional resulta muy triste, por las manipulaciones que hacen del mismo”.

El enigma del asesinato de Delgado Chalbaud

La historia ha dado cuenta sobre llamativos hechos relacionados con las transnacionales del petróleo.

Narró una vez Hugo Chávez sobre la muerte del ex presidente Carlos Delgado Chalbaud, que no había sido Pérez Jiménez quien encargó el asesinato del militar nacionalista, sino que “la primera delegación petrolera que salió de Venezuela a Teherán la mandó Delgado Chalbaud, a reunirse con Mosadeh, aquel líder iraní que también fue derrocado por la CIA, que quería recuperar el petróleo de Irán para los iraníes.

La mano del imperio yanqui, no tengo duda, estuvo detrás del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud”.

Chalbaud ordenó traducir al idioma farsi (persa) la Ley Orgánica de Hidrocarburos, lo que permitió al gobierno revolucionario iraní nacionalizar las reservas petroleras en 1951, afectando los intereses estadounidenses.

Presidente Delgado Chalbaud.



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