10 diciembre, 2025

Peter Jackson no pudo llevar un popular videojuego al cine, pero ese fracaso financiero abrió la puerta a una de las sorpresas más refrescantes del sci-fi moderno

Peter Jackson no pudo llevar un popular videojuego al cine, pero ese fracaso financiero abrió la puerta a una de las sorpresas más refrescantes del sci-fi moderno


Durante mediados de los 2000, la industria del cine vivía un idilio particular con los videojuegos, aunque casi siempre a base de tropiezos. En ese contexto, un director neozelandés que venía de arrasar con ‘El Señor de los Anillos‘ parecía la mejor apuesta para cambiar la tendencia. Sin embargo, aquella aventura cinematográfica no fue exactamente lo que se esperaba, y el desenlace, aunque sonara a fiasco en los despachos, acabaría convirtiéndose en una de las mayores sorpresas del sci-fi reciente.

A comienzos de la década, Peter Jackson y su equipo se lanzaron con entusiasmo a producir una adaptación de ‘Halo’, el gigante de la Xbox que por entonces era el rey absoluto de los shooters. La idea parecía redonda: un universo rico, un director con músculo creativo, un fandom dispuesto a lo que hiciera falta y un plan de producción ambicioso que incluía al debutante Neill Blomkamp detrás de la cámara. 

Pero, como tantas veces pasa en Hollywood, las cuentas no salieron.

Según recogía Variety en 2007, las negociaciones financieras se enquistaron entre los grandes estudios, los presupuestos empezaron a inflarse y el proyecto terminó en un limbo tan grande como un anillo de Halo. La crónica más completa de aquel “quiero y no puedo” está contada en detalle en un fantástico reportaje de VICE, donde productores, creativos y desarrolladores reconstruyen, casi a modo de terapia, cómo aquel sueño se fue desmoronando pieza a pieza.

Aun así, lejos de quedarse cruzados de brazos, Jackson y Blomkamp decidieron aprovechar todo el jugueteo creativo que habían acumulado: diseños, armaduras, utilería, pruebas de efectos especiales y hasta parte de la filosofía visual que habían desarrollado para el proyecto caído. Fue un movimiento que, visto ahora, parece de una intuición brutal. 

Todo ese material, que debía formar parte de una epopeya galáctica multimillonaria, terminó alimentando una historia mucho más contenida y con un filo social tremendo. Así nació ‘Distrito 9‘, una película que nadie vio venir y que, contra todo pronóstico, se convirtió en una bocanada de aire fresco dentro del género. 

Rodada con un presupuesto tremendamente modesto en comparación con lo que habría costado ‘Halo’, incorporó algunos de los diseños destinados a los marines espaciales y los transformó en un lenguaje visual único, sucio, realista y tremendamente humano.

El resultado ya es historia del cine reciente: la película fue nominada al Óscar, se ganó al público por su mezcla de acción, sátira y drama social, y puso a Blomkamp en el mapa como una de las voces más llamativas del sci-fi contemporáneo. 

Paradójicamente, el fracaso financiero de ‘Halo’ acabó siendo la semilla de una de las películas más originales de su década. Y quizá, después de todo, esa es la magia del cine: a veces el mejor proyecto no es el que se planifica durante años, sino el que surge cuando todo se ha ido al garete y no queda más remedio que improvisar con lo que hay.

Foto de IMDB

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