‘Oh. What. Fun.’ es un cuadro de película, pero es un cuadro muy entretenido. Y creo que también es la que se merecen tener nuestras madres esta Navidad
Hay una verdad incómoda que todos conocemos, pero que rara vez admitimos en voz alta: en Navidad, las madres suelen ser las cargan con la parte más pesada, con la responsabilidad de que todo salga bien y estemos a gusto. Aunque las cosas han cambiado mucho, suelen ser las que organizan, cocinan y sostienen la armonía familiar mientras el resto de la familia simplemente… aparece. Y aunque el cine navideño está lleno de madres por todas partes, pocas veces se les da el papel protagonista que realmente merecen.
Por eso ‘Oh. What. Fun‘, la nueva comedia de Michael Showalter (‘La idea de tenerte’) para Prime Video, es como un soplo de aire fresco, una película que le da protagonismo a una madre de verdad, con sus frustraciones, su amor inagotable y también sus límites. Una historia que entiende el cansancio acumulado de años de fiestas en familia, pero que jamás deja de abrazar el caos con humor. Es exactamente la película que se merecen nuestras madres esta Navidad.
Navidad sin mamá
Showalter abre la película con una reflexión que parece obvia: ¿por qué no existen más películas navideñas sobre madres? Las hay que las incluyen como personajes secundarios, claro, pero no hay tantas que las muestren como motor emocional de la historia. Aquí, la premisa es muy sencilla: tenemos a una madre cuya paciencia ha sido exprimida hasta el límite por una familia a la que quiere… pero que la da por hecho.
Claire, interpretada por Michelle Pfeiffer, es una matriarca que puede con todo. Su familia es enorme y cada miembro llega con su propio bagaje emocional, parejas nuevas, dramas personales y un nivel de dependencia que haría temblar a cualquier santa. Pfeiffer sostiene la película con una naturalidad que hace que cada gesto duela y enternezca a la vez.
Después de años de aguantar desastres familiares, Claire solo quería un pequeño gesto a cambio, que sus hijos la inscriban en un concurso para mamás. Nadie lo ha hecho. Y cuando, además, la familia entera se marcha al evento navideño que ella misma planificó y se olvidan de llevarla, es cuando empieza realmente la película. Claire explota, hace las maletas y desaparece, dejando a su estresado clan enfrentarse a algo que nunca habían contemplado: una Navidad sin ella.
Showalter equilibra con habilidad la crítica y la comedia. La familia no tiene mala intención, simplemente son torpes, despistados, egoístas a ratos y, sobre todo, humanos. Desde la novia DJ hasta el policía excesivamente dramático del centro comercial, cada personaje tiene un toque que le hace entrañable y que evita que el filme parezca de cartón piedra.


La película no sentencia a nadie, pero tampoco minimiza la herida que hay. La familia de Claire sabe que le ha fallado y el peso de la culpa se convierte en parte del viaje. Lo bonito es que la película nunca se recrea en lo cruel, solo son un grupo de idiotas adorables. Y el proceso de darse cuenta de por qué Claire explotó es muy divertido y emotivo.
‘Oh. What. Fun.’ no inventa nada nuevo, pero sí aporta una historia navideña donde la protagonista es una mujer agotada que merece más de lo que recibe. Y eso es algo que no se había visto mucho hasta ahora. El filme es divertido, emocionante y tiene a una Michelle Pfeiffer en estado de gracia. Es un regalo que recibimos con las manos abiertas y que en realidad representa bien a una figura insustituible como lo es una madre.
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